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Mujer sonándose la nariz con un pañuelo

El olor que desprendemos todos a partir de los 30 años: confirmado por la ciencia

Aunque se trata de un olor común y particular, es habitual que no guste a muchas personas, especialmente las más jóvenes

Todos hemos notado alguna vez que algunas personas mayores tienen un olor peculiar, que no es muy agradable ni fácil de describir. Pero, ¿en qué consiste y por qué aparece a partir de cierta edad?

Cuando nos acercamos a una persona mayor, a veces podemos percibir un olor que no es muy agradable ni fácil de describir. Se trata de un aroma particular, que no a muchas personas les gusta.

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De hecho, suele ser muy habitual que se convierta en un olor incómodo. Especialmente porque tiende a recordarnos al típico olor que suelen tener las personas a medida que van cumpliendo años y se acercan a la vejez. ¿Qué es y por qué ocurre?

¿Qué causa ese olor tan particular y característico?

Bautizado popularmente como el “olor a anciano”, se produce por la oxidación de los ácidos grasos que forman la barrera lipídica de la piel. Esta es la capa que protege la piel de la deshidratación y de las agresiones externas. 

Hombre con los ojos cerrados tapándose la nariz
En ocasiones, este olor puede resultar desagradable | Getty Images

Esta oxidación se debe al contacto con el aire y con las bacterias que habitan en la superficie de la piel. Al oxidarse, los ácidos grasos se descomponen en moléculas más pequeñas y volátiles, que se liberan al aire y generan ese olor característico.

La molécula responsable de este olor es el 2-nonenal, un aldehído insaturado que tiene un aroma muy desagradable, similar al del aceite rancio o al del cartón mojado.

El 2-nonenal se forma principalmente en las zonas donde hay más glándulas sebáceas, como el cuero cabelludo, las axilas o la espalda. Además, el 2-nonenal es muy persistente y difícil de eliminar, por lo que lavarse con agua y jabón no es suficiente para neutralizarlo.

¿Por qué aparece este olor corporal?

Lo cierto es que, como advierten los expertos, este olor no aparece de repente cuando se llega a una edad avanzada. En realidad, consiste en el resultado de un proceso gradual que empieza a partir de los 30 años.

Esto se debe a que el cuerpo humano va perdiendo su capacidad antioxidante natural con el paso del tiempo. De esta forma, los ácidos grasos naturalmente presentes en la piel tienden a oxidarse más fácilmente , produciendo una mayor cantidad de 2-nonenal.

Dos jubilados con un patinete
El cuerpo humano pierde su capacidad antioxidante natural con los años | Getty Images

Además, hay otros factores que influyen en la aparición y la intensidad de este olor. Como los cambios hormonales, la dieta, el estrés, el tabaco, el alcohol o el uso de cosméticos.

Estos factores pueden alterar el equilibrio de la flora bacteriana de la piel o aumentar la producción de lípidos en la superficie cutánea, lo que favorece la oxidación y la formación de 2-nonenal.

También hay diferencias individuales en la producción y la percepción del olor. No todas las personas generan la misma cantidad de 2-nonenal ni lo desprenden con la misma intensidad. Tampoco todas las personas lo perciben de la misma manera, ya que hay personas más sensibles que otras a esta molécula. 

Incluso hay estudios que sugieren que el olor a anciano puede tener una función biológica, como transmitir información sobre la edad, la salud o la compatibilidad genética de las personas.

¿Se puede evitar de alguna manera?

El olor a anciano es un fenómeno natural y normal que forma parte del envejecimiento humano. No hay que avergonzarse ni ocultarlo, sino aceptarlo y convivir con él. Sin embargo, si se quiere reducir o prevenir su aparición, hay algunas medidas que se pueden tomar.

Alimentos variados de una dieta equilibrada
Llevar una dieta equilibrada puede ser beneficioso para reducir dicho olor | Getty Images

En primer lugar, llevar una dieta equilibrada y rica en antioxidantes, como frutas, verduras, frutos secos o té verde. Estos alimentos ayudan a combatir los radicales libres que causan la oxidación de los ácidos grasos de la piel. También debemos evitar el estrés y los hábitos nocivos como el tabaco y el alcohol, que pueden aumentar la producción de lípidos en la piel y favorecer la oxidación.

Usar productos cosméticos adecuados para la piel, que no contengan ingredientes irritantes o que puedan alterar el equilibrio de la flora bacteriana, puede ser útil. Se recomienda usar productos hidratantes, nutritivos y antioxidantes, que ayuden a mantener la barrera lipídica de la piel en buen estado.

Usar fragancias que puedan enmascarar o neutralizar el olor a anciano. No todas las fragancias son efectivas para este fin, ya que algunas pueden reaccionar con el 2-nonenal y generar olores peores. Se recomienda usar fragancias frescas, cítricas o herbales, que tengan un efecto desodorante y refrescante.

Como vemos, estas son algunas de las medidas que se pueden tomar para evitar este característico olor corporal. Pero lo más importante es tener una actitud positiva y no dejar que este olor afecte a la autoestima o a las relaciones sociales. 

Este olor corporal tan particular es una realidad que nos afecta a todos en mayor o menor medida. No hay que temerlo ni ocultarlo, sino entenderlo y convivir con él. Al fin y al cabo, es parte de nuestra identidad y de nuestra historia personal.