El aumento del precio de la energía en España es un tema que ha generado una creciente inquietud en la sociedad. Los costes de la electricidad y otros recursos energéticos se han incrementado, con un impacto significativo en varios aspectos de la vida cotidiana en el país.
Las facturas de electricidad han crecido para los hogares y las empresas. Esto ha llevado a una mayor presión en los presupuestos familiares y a desafíos para la competitividad empresarial. Además, los costes energéticos más altos pueden afectar la inflación y erosionar el poder adquisitivo de la población.
Para las empresas, especialmente aquellas que requieren un alto consumo de energía en su producción, ha sido aún más difícil. Debido a una disminución de la competitividad en los mercados internacionales, que puede suponer recortes de empleo y una menor inversión en crecimiento y desarrollo.
Las compañías, sin embargo, han visto como ha aparecido en escena una forma para ahorrar en energía. Una gran noticia para ellas, pues una inversión importante en eficiencia energética, les puede ahorrar un buen pellizco.
Hablamos, en concreto, de la cuota anual que las compañías petroleras, de electricidad o gas deben pagar al Fondo Nacional de Eficiencia Energética (FNEE). Al invertir en mejorar la eficiencia de la energía, sustituyen una parte de sus pagos al FNEE por ahorro energético certificado.
¿Cómo se consigue el Certificado de Ahorro Energético?
El CAE se consigue a través de inversiones para mejorar la eficiencia energética. Se da la casualidad de que, si esta inversión es para tu domicilio, puede ser pagada por tu compañía de luz o gas. Esto es así debido a que las comercializadoras compran a los propietarios de inmuebles el ahorro generado.
Se pueden consultar cuáles son las actuaciones para conseguir este certificado, ya que el catálogo fue aprobado en julio de 2023. Tienen que ver, sobre todo, con la mejora del aislamiento térmico de las viviendas o el sistema de climatización.
La Organización de Consumidores (OCU) ha dado a conocer el catálogo de actuaciones, que incluye lo siguiente:
- Mejora del aislamiento térmico del edificio, que implica la rehabilitación de la envolvente térmica (muros, suelos, techos y ventanas).
- Sustitución del sistema de climatización por uno más eficiente.
- Instalación de sistemas de energía solar térmica para la producción de agua caliente sanitaria (ACS) y calefacción en edificios anteriores a 2006.
- Sustitución de calderas de combustión por bombas de calor.
- Renovación o sustitución de ventanas, con requisitos específicos de calidad y eficiencia.
- Rehabilitación profunda de edificios de viviendas, que afecta tanto a la envolvente como a instalaciones como calefacción, ACS, refrigeración, climatización e iluminación.
- Adquisición de electrodomésticos de alta eficiencia, como frigoríficos, congeladores, lavadoras y lavavajillas, que estén registrados en la base de datos europea EPREL.
Todas estas actuaciones requieren el Certificado de Eficiencia Energética del edificio, facturas de inversión y documentación adicional para obtener el CAE.
Entonces ¿Qué consecuencias tiene el CAE para los consumidores?
Estas medidas tienen como objetivo promover la eficiencia energética y reducir el consumo de energía en edificaciones en España. Pero también los consumidores se pueden sentir beneficiados con repercusiones positivas.
La intención es que las comercializadoras adquieran el ahorro generado a los propietarios de instalaciones o inmuebles por una actuación que justifique un Certificado de Ahorro Energético.
Por ejemplo, si mejoras el aislamiento de tu vivienda, la comercializadora de gas puede compensarte económicamente por ello para adquirir ese CAE. De esta manera, se busca aumentar la inversión en tecnologías eficientes y sistemas de ahorro. Ya que las empresas pueden sacar partido de la compra de ese ahorro, por un lado y los consumidores ahorrar en sus facturas de energía.
Además, se implementa un sistema que libera a los ciudadanos de trámites burocráticos al permitir que las empresas se encarguen de las nuevas instalaciones y certifiquen el ahorro de energía. Un Verificador de Ahorro de Energía supervisaría el proceso, agilizando las ayudas para quienes adopten tecnologías eficientes.
Las comercializadoras proporcionan ayuda económica, lo que hace que la inversión sea rentable más rápidamente. Además, los particulares pueden acceder a subvenciones europeas para la sostenibilidad y la protección del medio ambiente.
Esto suena muy utópico aún, pues La Unión Europea establece un objetivo de ahorro energético del 0,8% sobre las ventas de energía final promedio entre 2016 y 2018. Esto equivale a un ahorro acumulado estimado de 37.206 kilotoneladas equivalentes de petróleo para el período 2021-2030.