Se calcula que, en el año 2014, aproximadamente un 13% de la población mundial padecía obesidad. Cabe esperar que esta proporción continúe aumentando en los próximos años, ya que ha llegado a más del doble del valor que tenía en 1980; esto no ha sucedido sólo en los países más ricos, sino que también se ha dado en África o en Asia.
En este artículo describiremos qué es la obesidad, qué grados o tipos existen (según el índice de masa corporal o IMC) y cuáles son las principales causas del sobrepeso. Para ello nos basaremos principalmente en las aportaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
¿Qué es la obesidad? Definición del concepto
La Organización Mundial de la Salud define la obesidad como una cantidad excesiva de grasa que, al acumularse en el cuerpo, puede deteriorar la salud puesto que causa o favorece enfermedades físicas como la diabetes, y en menor medida también síntomas psicológicos relacionados con el estado de ánimo o la autoestima, entre otros aspectos.
Por lo general el grado de obesidad se evalúa mediante el índice de masa corporal o IMC, llamado también “índice de Quetelet” en honor a su creador. Esta medida se basa en el análisis numérico de la relación entre la estatura y el peso; en concreto, se calcula dividiendo el peso (en kilogramos) entre la altura (en metros cuadrados).
Dicho cálculo permite comparar la proporción de masa corporal de una persona con la del resto de la población con el objetivo de predecir el riesgo relativo de sufrir trastornos físicos típicamente asociados al sobrepeso. En muchos casos esto se consigue mediante el uso de tablas y gráficos.
No obstante, el índice de masa corporal ha sido duramente criticado por su reduccionismo: no distingue la grasa de la musculatura, por lo que sobreestima el peso de las personas muy atléticas, y tampoco es muy adecuado para las que son muy altas o muy bajas. De hecho, hay quien duda incluso de la capacidad del IMC para valorar el riesgo de enfermedades.
En el caso de los adultos, la OMS considera que se puede hablar de sobrepeso cuando el IMC supera el valor de 25, mientras que la obesidad como tal se diagnostica a partir de 30. Para valorar la obesidad infantil es necesario recurrir a la estadística: el grado de sobrepeso se evalúa en función de cuánto supere el IMC la media de la población de la misma edad.
Causas y consecuencias del sobrepeso
El desequilibrio entre las calorías que se consumen y las que se gastan es la causa principal del sobrepeso y de la obesidad. Esto se suele deber a dos factores que pueden o no darse simultáneamente: la ingesta excesiva de comidas muy ricas en grasas, sobre todo si son saturadas, y la falta de actividad física.
El sedentarismo es una consecuencia perjudicial de los cambios en el estilo de vida y el entorno social que se han dado en las últimas décadas. La hegemonía de la vida urbana o la aparición de medios de transporte veloces, cómodos y accesibles han favorecido el aumento de la frecuencia del sobrepeso; algo similar se puede decir del auge de la comida procesada.
Entre las enfermedades físicas que se asocian con un IMC elevado podemos destacar la diabetes mellitus tipo 2, los trastornos cardiovasculares (en particular la aterosclerosis, que aumenta notablemente el riesgo de sufrir infartos), enfermedades musculoesqueletales como la osteoartritis e incluso algunos tipos de cáncer, como el de colon o el de endometrio.
Tipos de obesidad según el índice de masa corporal (IMC)
El índice de masa corporal determina el grado o tipo de obesidad, según la clasificación más utilizada en este campo. No obstante, como decimos, el IMC es una medida limitada y es importante evaluar también otras variables relevantes, como la proporción de grasa en el vientre o en la cintura.
Decimos que una persona tiene sobrepeso cuando su índice de masa corporal se encuentra entre 25 y 29,9; cuando el número supera el valor de 27 hablamos de preobesidad. En este caso se detecta un ligero aumento del riesgo de sufrir trastornos, pero éste se vuelve más marcado cuando el IMC supera el número 30, en cuyo caso se trata ya de obesidad.
1. Grado 1 (de bajo riesgo)
La obesidad de bajo riesgo o de primer grado se diagnostica cuando el IMC se encuentra entre 30 y 34,9. En este caso el riesgo de desarrollar enfermedades aumenta de forma notable en comparación con los casos de sobrepeso, sobre todo en personas de baja estatura.
2. Grado 2 (de riesgo moderado)
En este tipo de obesidad el IMC se sitúa entre 35 y 39,9. La probabilidad de padecer alteraciones cardiovasculares, metabólicas o musculoesqueletales se incrementa aún más que en la obesidad de grado 1.
3. Grado 3 (obesidad mórbida o de alto riesgo)
La obesidad mórbida conlleva un riesgo muy elevado de sufrir trastornos como los que hemos mencionado previamente; por ello resulta muy urgente introducir cambios en la dieta y en la actividad física. En estos casos el IMC se encuentra entre 40 y 49,9.
4. Grado 4 (obesidad extrema)
El cuarto grado de obesidad no está incluido en todas las clasificaciones, sino que muchas lo engloban en la obesidad mórbida. No obstante, es relativamente habitual encontrar referencias a la obesidad extrema (o “superobesidad”) cuando el IMC supera el valor de 50, puesto que la probabilidad de sufrir enfermedades se vuelve mucho mayor en valores tan elevados.