Desde que éramos pequeños se nos ha inculcado que el calcio es el nutriente más importante durante el desarrollo infantil. Y sí, aunque esta información es cierta y se trata del mejor aporte para nuestra salud ósea... debes saber que no es el único.
Si quieres cuidar y mantener la salud de tus huesos, debes saber que además del calcio, también existen otra variedad de nutrientes igual de importantes. Concretamente, vamos a enseñarte 4 opciones saludables que también deberías incorporar a tu alimentación.
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El calcio es indispensable, pero no es la única opción
Que el calcio es un elemento indispensable para la salud de nuestros huesos es evidente. Durante muchos años se ha propagado la idea de que su consumo, obtenido principalmente a través de la leche y sus derivados lácteos, es único y necesario para nuestro cuerpo.
En este sentido, la National Library of Medicine señala que nuestro tejido óseo tiene un 32,3% de calcio. Ahora bien, aunque esta afirmación es cierta, no quiere decir que el calcio sea el único recurso al que debamos recurrir.
De hecho, se ha demostrado que un exceso de calcio puede acabar siendo incluso contraproducente. Varios estudios han demostrado que un consumo excesivo de este puede dar lugar a la formación de cálculos renales.
Por lo tanto, aunque se trate de un aporte indispensable para nuestro cuerpo, tampoco debemos abusar de él. Así pues, teniendo en cuenta esto, no está de más resaltar otras alternativas al calcio. Vamos a verlas a continuación.
1. Magnesio
El magnesio es un nutriente que está fuertemente asociado a nuestros huesos, ya que su implicación en el proceso de la cristalización ósea es muy alto. Dicho de otra forma, el magnesio se encarga de asegurar que el calcio se deposite en los huesos para que estos estén fuertes y sanos.
Por ello, se trata de una alternativa al calcio verdaderamente saludable. Podemos encontrar este nutriente en alimentos como las verduras de hoja verde, los frutos secos, las semillas, los cereales integrales y el pescado.
2. Vitamina C
Cuando hablamos de vitamina C es muy probable que se nos venga a la cabeza alimentos como las naranjas o las mandarinas, sobre todo ahora que están de temporada. Y sí, los cítricos en este sentido están repletos de vitamina C.
Sin embargo, lo más destacable de todo esto es que gracias a ella nuestro cuerpo forma el colágeno, una proteína necesaria para la composición del tejido óseo. Por esta razón, mantener unos niveles adecuados de vitamina C también es indispensable para nuestros huesos. Además, existen otras frutas que están repletas de vitamina C, como por ejemplo las fresas o los kiwis.
3. Vitamina D
La vitamina D es una de las más importantes para el correcto funcionamiento de nuestro organismo. De hecho, es la encargada de la absorción y la utilización del calcio, aunque gran parte de la población en nuestro país presenta un déficit de ella.
Debemos tener presente que, por mucho calcio que consumamos, si no tenemos suficiente vitamina D en nuestro cuerpo, este tendrá dificultades para absorber dicho calcio. Así pues, para aumentar los niveles podemos optar por tomar el sol, consumir pescado graso (como el salmón o el atún) y también las yemas de huevo.
4. Vitamina K2
Y por último, pero no menos importante, no debemos olvidarnos de la vitamina K2. Probablemente sea una de las más desconocidas para la mayoría de nosotros, pero eso no quiere decir que no sea importante mantenerla en buenos niveles.
Concretamente, esta vitamina actúa como una especie de guardián en nuestro cuerpo, ya que es la encargada de asegurar que el calcio que consumimos se digiera allá donde más se necesite. Este nutriente lo podemos encontrar en alimentos como la carne, los huevos y los lácteos.