Seamos sinceros, ¿a quién no le apetece pegarse una buena comilona después de tomar alguna bebida alcohólica?
Después de unos tragos con los amigos, o en el momento de irse de la discoteca, nuestro apetito se altera brutalmente. Salado, dulce, picante, no importa el sabor, a esas horas de la noche cualquier cosa es aceptada por nuestro organismo. El objetivo es claro, reducir los efectos que han provocado en nosotros.
El alcohol en sangre hace que el hambre se despierte ferozmente. Bien, pues debes tener en cuenta que hay ciertos alimentos que aún agravaran más el estado del maltrecho estómago. Así que, hay que cuidar aquello que escogemos engullir posteriormente a una borrachera.
Aquí te dejamos unas cuantas comidas que es mejor no consumir en estado de embriaguez.
La pizza
Aunque esta sea una comida muy común durante este tipo de noches, no es una buena opción. El alcohol relaja los músculos y eso lo aprovecha el ácido de la salsa de tomate. Este puede mezclarse con tus jugos gástricos y crear un desastre en tu estómago.
Es un alimento ultraprocesado, así que mejor optar por comer otra cosa. Si finalmente decides coger un trozo de pizza al salir de la discoteca, es probable que acabes sentado en la taza del váter durante un rato.
Las patatas fritas
Otro de los alimentos favoritos después de cualquier borrachera, sobre todo por la comodidad que supone acceder a ellas y comerlas en el momento. Pero la cantidad de sal que llevan este tipo de patatas puede provocar que se agrave la sensación de deshidratación.
Esto conlleva a ingerir más bebida de la que ya ha soportado tu cuerpo, pudiendo desencadenar terribles consecuencias digestivas. Es por eso que debes evitar la consumición de este producto, que no te aportará nada, tan solo saciarte durante unos instantes.
La bollería
El hambre postalcohol suele traer muchos antojos y uno de los más comunes son los dulces. Es verdad que consiguen saciar esa sensación de estómago vacío con facilidad, pero la cantidad de azúcar que contienen empujará al organismo a beber más.
Además, las calorías de estos dulces se sumarán a las del propio alcohol convirtiéndose en un combo muy poco sano. Unos niveles tan exagerados de azúcar y de alcohol pueden llegar a ser letales en nuestro estómago.
El chocolate
La cafeína, la grasa y el cacao juntos. No hay más que decir. Los problemas gástricos provocados por el alcohol se mezclan con la mala combinación del chocolate.
Quizás sería una de las peores elecciones, ya que puede llegar a provocarte gastroesofagitis, causando quemaduras e irritación en el esófago.
Las naranjas
Por muy raro que parezca, la comida sana tampoco se salva. La gran cantidad de ácido que se encuentra en esta pieza de fruta afectará en gran medida a un estómago que ya estará sobrellevando los efectos de alcohol.
En caso de que en tus momentos de borrachera decidas comer una fruta, la más recomendable es el plátano. Tiene fuente de potasio, y eso ayudará en tu recuperación.
La comida picante
Si cuando estás sobrio, las comidas picantes ya pueden sentarte mal, imagínate cuando los efectos del alcohol se hayan apoderado de tu cuerpo. Puede ser una auténtica explosión de sabores.
De la misma forma que el ácido, esta clase de alimentos contribuirán a la sensación de malestar del estómago.