Aunque suelen asociarse simplemente a un organismo parásito que genera infecciones, los hongos tienen características muy diversas y pueden clasificarse en muchos tipos según sus usos y sus efectos en la naturaleza. Por ejemplo, los humanos usamos varios tipos de hongos comestibles para cocinar platos como el risotto de hongos, pero muchas enfermedades también se relacionan con la presencia de hongos en la boca, la piel, las uñas de los pies y otras partes del cuerpo.
Los hongos tienen un papel muy importante en el proceso de producción y descomposición ecológica de la materia pero también pueden tener efectos dañinos, sobre todo cuando crecen en la piel. En este artículo te explicamos qué son los hongos, cuáles son los tipos más comunes y cuáles son las infecciones y tratamientos principales.
¿Qué son los hongos?
Los hongos no son ni animales ni plantas. El reino de los hongos está compuesto por un conjunto de organismos eucariontes (es decir, compuestos por células eucariotas) microscópicos presentes en el proceso de putrefacción.
Los hongos son conocidos como los descomponedores primarios de la materia muerta. Esto significa que se trata de una especie recicladores naturales que nos ayudan a crear antibióticos, descontaminar superficies o eliminar plagas, entre muchas otras cosas.
Por ejemplo, sirven para preparar alimentos y bebidas: la levadura es un tipo de hongo unicelular responsables de la fermentación de la cerveza y el pan.
Los hongos más comunes son los que viven en el suelo pero también los hay en árboles, en hojas de plantas y hasta en la superficie del agua. En general habitan en los materiales de descomposición.
Aunque suele pensarse que los hongos y la setas son lo mismo, en realidad las setas son la parte externa de un tipo de hongo. Hay más de 80 mil especies de hongos conocidas hasta el momento, y se cree que quedan muchas más por descubrir. La rama científica que lo estudia se llama micología.
Características principales
Los hongos están compuestos por células eucariotas, es decir, tienen un citoplasma, un núcleo celular que contiene ADN. De hecho, esta es la diferencia entre un hongo y una bacteria: las bacterias se componen por células procariotas, que no tienen un núcleo sino que su ADN está disperso por el citoplasma.
Para reproducirse los hongos liberan esporas, células microscópicas que resisten bien las altas temperaturas y la humedad, por lo que también tienen una función protectora, tanto en el caso de los hongos como en las bacterias.
A diferencia de las plantas, los hongos no tienen clorofila, el compuesto de color verde que participa en la fotosíntesis. Se alimentan de la putrefacción y de las sustancias que se liberan durante la descomposición de la materia. El cuerpo de los hongos puede ser unicelular o también filamentoso, como si fuera una pelusa.
Tipos de hongos
La investigación científica ha ofrecido muchas formas de clasificar los hongos. Puede ser según su reino, su especie o familia, el tipo de reproducción que utilizan, su forma de alimentación, las características de sus células o sus funciones en el ecosistema, entre muchas otras de sus características.
Una de las formas más útiles de clasificar los tipos de hongos es según su uso. En este sentido podemos decir que hay hongos comestibles, medicinales, alucinógenos (también conocidos como psicoactivos), ornamentales y parásitos. Veamos los rasgos principales de cada uno de estos tipos.
1. Comestibles
Estos hongos no son tóxicos ni venenosos y tienen muchas propiedades que nos ayudan a tener una dieta balanceada. Son bajos en calorías y contienen proteínas, vitamina B y vitamina D2.
Un ejemplo son las levaduras, las trufas y algunas setas. En México, por ejemplo, es muy común el consumo del hongo del maíz llamado huitlacoche, mientras que en España lo son el champiñón o el níscalo.
2. Medicinales
Los hongos medicinales han tenido un gran auge en los últimos años porque empiezan a recuperarse prácticas tradicionales y orgánicas en el remedio de enfermedades. Un ejemplo de hongo con propiedades medicinales es el Trametes-versicolor coriolus, también llamado cola de pavo.
Este tipo de hongo ha sido utilizado en el tratamiento del cáncer y para mejorar el funcionamiento del sistema inmune. No obstante, a nivel científico se siguen investigando sus efectos.
3. Alucinógenos
Los hongos alucinógenos o psicoactivos han estado presentes en el desarrollo de nuestra civilización. Han sido utilizados para generar experiencias místicas en rituales ancestrales que buscan sanación física y mental -además de como drogas recreativas.
Hay más de 190 especies de hongos alucinógenos conocidos en todo el mundo. Incluso han empezado a utilizarse en el tratamiento de algunos trastornos mentales.
4. Ornamentales
Los hongos ornamentales son los que se utilizan para adornar. Por ejemplo, han sido utilizados en rituales ceremoniales y como ofrenda o regalo similar a las flores por algunos grupos étnicos del centro-sur de México.
5. Parásitos
Los hongos parásitos son los que tienen efectos tóxicos que provocan infecciones y que pueden estar en el cuerpo humano, por ejemplo. Por sus efectos dermatológicos, a estos se les conoce como hongos dermatofitos. Causan daño en el tejido de la piel, provocando infecciones, algunas de ellas contagiosas.
Los hongos parásitos también pueden provocar plagas en cultivos. Esto se ha relacionado con el uso excesivo de químicos, por lo que la agricultura ha tenido que transformar algunos de sus métodos.
Infecciones por hongos y tratamientos comunes
Como hemos visto, los hongos pueden crecer en el suelo y son muy resistentes a los ambientes húmedos. Por eso, las infecciones por hongos en los pies son unas de las más comunes, pero no las únicas. Pueden encontrarse también en las manos o en los genitales.
Las infecciones por hongos no son hereditarios pero sí contagiosos. En general la prevención de las infecciones por hongos involucra tener buenos hábitos de higiene y un sistema inmunológico resistente.
Una vez que la infección ha comenzado, podemos encontrar tratamientos muy diversos, desde remedios caseros con frutas y minerales hasta pomadas dermatológicas.
Las infecciones provocadas por hongos también son conocidas como candidiasis cuando el hongo que las provoca es una levadura de la especie Candida, que crece en el contacto de mucosa con la piel.
1. En los pies
Los hongos en los pies causan grietas, dolor, ardor o comezón, irritación y olor desagradable, e incluso ampollas. Pueden extenderse desde los dedos a la planta o a las uñas. La infección más común es el pie de atleta, que está provocado por la sudoración y el contacto con la calceta.
Existen muchos remedios caseros que ayudan a eliminarlos. Estos regulan el pH, la irritación y el grado de sequedad de la piel. Los remedios más comunes incluyen vinagre blanco, bicarbonato de sodio, piña y limón, y baños de sal. También hay pomadas o cremas que pueden curarlos. Son llamadas cremas antimicóticas, como el Miconazol o el Bepanthol.
2. En las uñas (de pies y manos)
Este tipo de infección fúngica también es llamada “onicomicosis”. Los hongos de las uñas generalmente inician en los dedos y a partir de ahí se extienden. Los más comunes son los hongos en las uñas de los pies, provocadas por el pie de atleta, aunque también puede deberse a haber llevado un calzado ajustado durante mucho tiempo.
Los hongos también pueden crecer en las manos. Uno de los factores que los desencadena es morderse las uñas, usar uñas artificiales, tener una sudoración excesiva o mantener las manos en agua durante mucho tiempo.
Los hongos de las uñas son muy contagiosos, por lo que se recomienda tener precaución cuando se comparten duchas y artículos personales como cortauñas.
3. En la boca
Los hongos de este tipo son poco comunes y generan dolor al hablar y comer, sangrado al cepillarse los dientes, inflamación de encías, placas blanquecinas dentro de la boca y la lengua, irritación, picor y grietas en la comisura de la boca.
Se relacionan con enfermedades causadas por un sistema inmunológico débil, por un nivel alto de azúcar en la sangre, por desnutrición y por el consumo constante de tabaco o de alcohol.
También son comunes en niños muy pequeños que aun no tienen desarrollada la flora bucal. Pueden provocarse por resequedad en la boca y un pH bajo, y por el uso de prótesis dentales que no se acompañan por una buena higiene. Hay medicamentos especiales para la candidiasis oral, por ejemplo Nistatina.
4. Vaginal
La candidiasis vaginal es una infección muy frecuente. Se estima que todas las mujeres la tendremos por lo menos una vez en la vida. Los síntomas son una secreción espesa de color blanco sin olor pero acompañada de picor, irritación, ardor y enrojecimiento en la vulva. También puede haber dolor al orinar.
Entre las causas más frecuentes se encuentra el uso de ropa interior ajustada que guarda calor y humedad o el embarazo, así como el uso de anticonceptivos, esteroides o antibióticos, ya que este tipo de fármacos pueden matar las bacterias naturales que frenan el crecimiento de la levadura.
El tratamiento de farmacia incluye supositorios, cremas vaginales como Canestén y óvulos para hongos como la blastoestimulina. En infecciones más fuertes es necesario que un especialista haga una prueba tomando una muestra de la secreción blanquecina para determinar el tratamiento más indicado.
Para prevenir la candidiasis vaginal se recomienda utilizar ropa interior de algodón, evitar duchas vaginales y no utilizar trajes mojados o húmedos durante mucho tiempo. También se recomienda evitar tampones durante la infección.