Proteger nuestra salud cognitiva y tomar medidas preventivas contra el deterioro mental son preocupaciones fundamentales. Especialmente para las mujeres españolas mayores de 50 años. Y es aquí cuando nos encontramos con la nueva dieta MIND.
Cuando cumplimos cierta edad, la demencia pasa a convertirse en la segunda causa de muerte natural en este grupo demográfico. Diversos factores, como tumores, lesiones, cambios metabólicos, deficiencias vitamínicas y el consumo excesivo de alcohol, han sido asociados con esta patología preocupante.
En este contexto, los expertos de la Universidad de Harvard han realizado investigaciones exhaustivas para descubrir métodos efectivos de prevención. Como resultado, han desarrollado una nueva y emocionante dieta conocida como MIND. Se trata de un régimen alimenticio que combina características de la dieta mediterránea y la dieta DASH, esta última conocida por su eficacia en la pérdida de peso.
Lo cierto es que, como veremos, esta nueva dieta ha demostrado ser beneficiosa tanto para la salud cardiovascular como para la preservación de la función cerebral. Y es que se centra en promover el consumo de alimentos de origen vegetal y limitar la ingesta de alimentos de origen animal. Y establece una serie de pautas claras y sencillas.
¿Cómo funciona la dieta MIND?
En primer lugar, se recomienda consumir al menos tres porciones diarias de cereales integrales y una porción de verduras de hoja no verde. Además, se sugiere el consumo de más de seis porciones de verduras a la semana, cinco porciones de frutos secos y dos porciones de bayas.
También se alienta el consumo de aves de corral al menos dos veces por semana, así como la incorporación de pescado en al menos una comida o cena semanal. Por último, se recomienda utilizar grasas saludables, como el aceite de oliva virgen extra, en lugar de otras opciones menos beneficiosas.
Es importante destacar que la dieta MIND no prohíbe alimentos específicos, pero establece límites para el consumo de grasas saturadas. Se aconseja leer cuidadosamente las etiquetas de los productos para conocer su contenido.
En este sentido, los investigadores de la Universidad de Harvard sugieren un máximo de cinco porciones de dulces a la semana y un máximo de cuatro porciones de carnes rojas. En cuanto a quesos, mantequillas y fritos, se permite su consumo en cantidades moderadas, limitándolo a una vez cada siete días.
Según los expertos de Harvard, la dieta MIND se basa en alimentos ricos en vitaminas, carotenoides y flavonoides, los cuales se cree que protegen el cerebro al reducir el estrés oxidativo y la inflamación.
Los investigadores han descubierto que las personas con puntajes más altos en la escala MIND presentan un 53% menos de riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer. Incluso aquellos participantes con puntajes moderados mostraron una tasa de riesgo un 35% menor.
¿Qué más podemos hacer para cuidar nuestra salud cerebral?
Además de seguir la dieta MIND, también podemos hacer otras cosas para cuidar nuestra salud cerebral y prevenir el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento. Y es que la alimentación no es el único factor que influye en la salud cerebral.
También es importante mantener una actividad física regular, que mejora el flujo sanguíneo al cerebro y previene enfermedades cardiovasculares que pueden afectar a la memoria y al aprendizaje. Se recomienda hacer al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana, como caminar, nadar o bailar.
Volviendo al principio, además de su impacto en la salud cerebral, se ha observado que esta dieta también beneficia la salud del corazón, previene la diabetes y reduce el riesgo de ciertos tipos de cáncer.
Por tanto, resulta especialmente adecuada para personas mayores de 50 años, así como para aquellos más jóvenes que desean protegerse contra estas enfermedades debilitantes. Cuidar nuestra alimentación es una forma efectiva de mantener nuestro cerebro en óptimas condiciones y garantizar una vida saludable en general.