En España, el sistema de pensiones busca asegurar un ingreso económico durante la jubilación. Ahora bien, cumplir con los requisitos establecidos es esencial para acceder a estas prestaciones. Todos sabemos que, para poder recibir una pensión de jubilación contributiva, es necesario tener un mínimo de cotización.
En concreto, habrá que tener cotizados al menos 15 años y haber alcanzado la edad mínima. En 2023, esta última era de 66 años y cuatro meses. Esta edad puede variar según la situación laboral del trabajador y futuros cambios en la normativa. Desgraciadamente, no todos los ciudadanos logran cumplir con estos requisitos.
La pensión de la Seguridad Social para las amas de casa
Existen casos, como el de muchas amas de casa, que a pesar de haber dedicado su vida al trabajo doméstico y al cuidado familiar, no cotizan. Para atender a esta situación, el Gobierno ha implementado las pensiones no contributivas. Estas están diseñadas para ofrecer un ingreso básico a aquellos que no han podido cotizar lo suficiente.
En definitiva, proporcionan una red de seguridad para aquellos que, al llegar a la jubilación, no cuentan con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades básicas. Además, son muy diferentes de las pensiones contributivas, que dependen de los años de cotización y del salario percibido. Y es que las no contributivas se basan en la situación económica del solicitante.
¿Cómo pedir una pensión no contributiva?
Para solicitar una pensión no contributiva, el interesado debe cumplir ciertos requisitos. En primer lugar, es necesario tener más de 65 años, lo que permite acceder a esta prestación. Además, el solicitante debe demostrar que no tiene ingresos suficientes para su mantenimiento, ya que hay un límite de ingresos anuales de 6.784,54 euros. Este puede aumentar si la persona convive con otros, ya que se considera la renta de la unidad económica de convivencia.
En 2023, la cuantía de la pensión no contributiva es de 484,61 euros al mes, equivalente a 6.784,54 euros al año. Esta cifra puede variar ligeramente cada año en función de los Presupuestos Generales del Estado (PGE). En algunos casos, hay personas que han cotizado durante su vida laboral, pero no han alcanzado los 15 años necesarios para recibir una pensión contributiva.
En tales situaciones, las pensiones no contributivas son la única opción disponible. Por el contrario, si alguien ha cotizado al menos 15 años, podrá acceder a una pensión contributiva, aunque esta será proporcional a los años cotizados. Por ejemplo, con 15 años de cotización, el pensionista recibirá el 50% de la base reguladora, que se calcula en función de los ingresos medios del trabajador.
Para recibir el 100%, se requiere un mínimo de 35 años de cotización, lo que incentiva a los trabajadores a permanecer en el mercado laboral durante más tiempo.