En este artículo en concreto, revisaremos qué es el nistagmo (nistagmus) y la definición de este trastorno del movimiento producido en los ojos. Además, también explicaremos cuáles son sus síntomas principales y sus causas. Por último, revisaremos qué tratamientos disponibles existen para revertir esta condición médica.
El nistagmo también conocido como nistagmus, es un trastorno ocular en la cual se producen unos movimientos oculares rápidos, involuntarios y rítmicos. A menudo su causa suele estar relacionada con un trastorno ocular, es decir, sensorial o también puede ser debido a un problema motor como resultado de un trastorno neurológico subyacente.
Los tipos de movimientos u oscilaciones que se producen en el ojo pueden ser de 3 tipos: nistagmo vertical, horizontal y rotatorio. En el nistagmus vertical, los movimientos se producen de arriba a abajo, en el horizontal de lado a lado y en el rotatorio en forma circular. El nistagmo vertical ocurre con mucha menos frecuencia que el nistagmo horizontal y es a menudo, pero no necesariamente, un signo de daño cerebral grave.
Estos movimientos también pueden variar en función de si son pendulares –con oscilaciones iguales en todas las direcciones- o sacádicos –definidos como movimientos más rápidos en un lado que en el otro.
Algunos tipos de nistagmo no tienen por qué significar ningún problema médico. Es más, podemos llegar a provocarnos un nistagmus si miramos a un objeto de forma fija durante un largo periodo de tiempo. El tipo conocido como optocinético también puede desencadenarse de forma involuntaria o espontánea cuando se pasa frente a los ojos de alguien un objeto rayado que con un movimiento rápido.
¿Qué síntomas presenta?
La sintomatología principal de este trastorno ocular incluye la incapacidad para permanecer los ojos quietos, una disminución de la visión y una mala percepción de la profundidad. Aquellas personas que presentan nistagmo adquirido, pueden experimentar también visión doble u oscilopsia, en la cual se presenta una sensación de que los estímulos exteriores están moviéndose de forma constante.
Asimismo, un nistagmus provocado por otra causa subyacente adquirida puede venir acompañado con otros síntomas como mareos, dificultad para mantener el equilibrio, pérdida de la audición, falta de coordinación y entumecimiento.
Finalmente, esta afección puede estar asociada a otras condiciones como el albinismo, el daltonismo, la miopía muy alta o el astigmatismo severo, la laberintitis aguda –o inflamación del oído interno, lesiones cerebrales, así como el consumo agudo de alcohol y drogas.
¿Cuáles son las causas?
La causa de esta afección ocular puede ser de tipo congénita o adquirida. El 80% de los nistagmos suelen ser congénitos, mientras que el 20% restante suelen ser de tipo adquirido. Asimismo, la variante congénita ocurre más frecuentemente en hombres que en mujeres. A continuación se describirán ambas formas de etiología.
El nistagmo congénito o síndrome de nistagmo infantil (SNI) suele presentarse durante los primeros meses de vida del bebé, generalmente afecta a los dos ojos y suele ser de tipo horizontal. En general, suele ser el resultado de la falta de desarrollo de la fijación binocular temprana. Esto puede ocurrir si hay una catarata en el momento del nacimiento o si existe algún otro problema en el sistema visual.
Una variante conocida de este tipo es el espasmo nutans, que suele presentarse junto a tortícolis y espasmos en la cabeza. Suele observarse en niños de 4 meses a 3 años de edad y generalmente suele desaparecer sin tratamiento 2 años después de su inicio.
El SNI puede transmitirse genéticamente, ya sea como un rasgo autosómico recesivo o dominante, o como un rasgo recesivo ligado a X. También se puede asociar con otras afecciones que se transmiten genéticamente como la amaurosis de Leber y el albinismo.
Por otra parte, el nistagmo adquirido puede ser causado por una afección o problema subyacente, como la esclerosis múltiple, traumatismos craneoencefálicos, existencia de tumores en las vías vestibulares o visuales, el uso de ciertas drogas y como efecto secundario a algunos medicamentos anticonvulsivos y antidepresivos.
Otras causas de esta variante incluyen a las malformaciones de Arnold-Chiari, las deficiencias vitamínicas como de la tiamina o vitamina B12, la sífilis, la encefalopatía de Wernicke, el síndrome de Behcet y la enfermedad de Meniere.
Debido a que puede ser causado por tumores, derrames cerebrales y trastornos neurológicos, cualquier tipo de nistagmo debe ser evaluado de forma temprana, ya que puede significar un síntoma de una afección grave.
Tratamiento y manejo del nistagmo
Una vez se determina la causa del nistagmus, el tratamiento de este suele a incluir el uso de dispositivos ópticos, como gafas, lentillas, medicamentos e incluso cirugía.
La corrección del error de refracción con gafas o lentes de contacto es el primer paso para tratar la afección. Lo que hacen estos dispositivos es ayudar que la velocidad de los movimientos disminuya y a que los ojos converjan.
Si la oscilopsia es un síntoma coexistente, entonces se pueden administrar ciertos medicamentos para reducir las oscilaciones oculares. El nistagmo vestibular se puede tratar con diazepam o escopolamina. Los fármacos denominados agonistas de GABA, como el baclofeno y la carbamazepina, son útiles para tratar algunos nistagmos de origen adquirido.
Las inyecciones de Botox (toxina botulínica) pueden ayudar a controlar de forma temporal ciertos movimientos oculares incontrolables. No obstante, no es una solución permanente y los efectos secundarios que produce como la visión doble o la caída del párpado, no suele utilizarse con frecuencia.
Finalmente, la cirugía está indicada cuando el nistagmo congénito produce un desequilibrio muscular. De la misma manera, en el caso del nistagmus adquirido debido a un tumor o accidente cerebrovascular, la neurocirugía también está indicada para tratar la causa subyacente, que conlleva a la eliminación de la afección ocular.
Referencias bibliográficas:
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