Ha llegado la mejor época del año para aquellos que les encanta decorar sus hogares con adornos luminosos y brillantes. Y es que, cuando se acercan estas fechas, el espíritu navideño se apodera de nosotros y nos empeñamos en transmitirlo por todas partes. Sin embargo, también existe otra cara de la moneda que no debemos perder de vista.
Las celebraciones navideñas se han convertido en un tiempo de agitación y consumo exacerbado. Entre las múltiples objeciones que se le pueden hacer a este estilo de celebrar las fiestas está el nocivo efecto que se provoca en estas fechas al entorno.
Es por eso que, en estos días, podríamos reconsiderar algunos de los hábitos perniciosos para el medio ambiente que hemos ido adquiriendo en los últimos años y plantearnos su abandono.
Adornar la casa por Navidad también tiene consecuencias en el entorno. El árbol, las luces, el belén y todas las demás decoraciones influyen negativamente en el medio ambiente. Sin embargo, con nuestra implicación, este problema tiene solución.
Existen algunas alternativas con las que podemos evitar despilfarrar energía, atentar contra la flora y emitir gases contaminantes en exceso. Se trata de un objetivo que no solo beneficia al entorno, sino que puede incluso reportarnos nuevas satisfacciones a nosotros, haciéndonos redescubrir los pequeños placeres del disfrute de una Navidad respetuosa con la naturaleza.
En este sentido, hemos recapitulado una serie de recomendaciones que se pueden tener en consideración ahora que iniciamos los preparativos para la celebración de las fiestas navideñas.
En primer lugar, debemos recordar que el Acebo es una especie vegetal protegida e importante para el equilibrio ecológico. Por eso, es importante no utilizarlo como adorno navideño.
Si queremos fomentar una Navidad más sostenible, también debemos evitar que nuestro árbol sea un abeto natural. Además, se trata de una especie poco frecuente en nuestras latitudes.
Es una costumbre importada, y por ello, poco recomendable en un país excesivamente cálido como España. Si aun así no puede sustraerse al encanto del "nórdico amigo" al verlo en un vivero, al menos, siga estas pautas para que pueda ser replantado:
Este año podemos intentar montar el "Nacimiento" evitando dos elementos: el musgo natural y el papel de aluminio. El aluminio es un mineral escaso y su extracción es costosa y muy contaminante. Es el momento de darle a la imaginación y buscarles multitud de sustitutos reciclables (¿desde cuándo son plateados los ríos?).
Así mismo, puede tener en cuenta otros aspectos a la hora de decorar su hogar para las fechas señaladas. En cuanto a la iluminación navideña, utilice bombillas de bajo consumo o leds que son más eficientes y procure encenderla con moderación.
Reconsideremos el adorno de los balcones y exteriores de la vivienda con luces, ya que estando dentro no disfrutamos de ella y, por el contrario, estamos contribuyendo a aumentar la contaminación lumínica y al despilfarro energético, con lo que ello significa.
Si tenemos niños pequeños podemos fabricar nuestros propios adornos a partir de materiales reciclados. Puede ser una buena idea para adornar la casa y ahorrar algo de dinero, al mismo tiempo que los mantendremos entretenidos.