El músculo digástrico se extiende desde la base del cráneo al hueso hioides y desde éste hasta la porción central de la mandíbula. Su rol es fundamental en la masticación, la respiración y el resto de movimientos complejos que impliquen la mandíbula.
En este artículo revisaremos qué es el músculo digástrico, dónde se localiza exactamente, cuáles son sus principales características anatómicas, en qué funciones participa y en qué circunstancias puede producirse dolor en este músculo.
¿Qué es el músculo digástrico?
El músculo digástrico recibe su nombre del hecho de que está formado por dos vientres musculares. Desde un punto de vista anatómico es considerado un músculo suprahioideo porque se localiza por encima del músculo hioides, mientras que los músculos de la cabeza que están debajo son llamados “infrahioideos”.
De hecho, lo encontramos situado desde el hueso hioides hasta la base del cráneo y, a su vez, desde el hueso hioides hasta la porción central de la mandíbula. El hueso hioides es un hueso que encontramos en la parte anterior del cuello, justo por encima del cartílago tiroides y la lengua.
En todo su conjunto, el músculo digástrico dibuja un arco largo y cóncavo dirigido hacia arriba, abrazando tanto la glándula submandibular (también conocida como submaxilar, una glándula salivar de forma irregular y tamaño parecido a una nuez localizada en la parte posterior del piso de la boca) como la glándula parótida (glándula salivar de mayor tamaño que encontramos situada a ambos lados del rostro).
Localización y anatomía
Como indicábamos en el apartado anterior, el músculo digástrico se extienda hasta el hueso hioides, adhiriéndose al cráneo inferior a través de un mecanismo de polea, constituido por dos vientres o porciones unidos entre sí por un tendón intermedio, uno posterior y otro anterior.
La porción anterior se dirige desde atrás hacia adelante, concretamente hacia el borde inferior de la mandíbula. La porción posterior tiene su inserción en el lado medial de la conocida como apófisis mastoides, precisamente en la denominada "ranura digástrica". Los seres humanos tenemos dos músculos digástricos, uno situado en la parte derecha y otro en la parte izquierda de la cabeza.
Funciones del músculo digástrico
Entre las principales funciones del músculo digástrico nos encontramos con que ayuda a los músculos pterigoideos laterales a abrir la boca, haciendo descender la mandíbula al ser capaz de elevar el hueso hioides.
Para poder cumplir esta importantísima función, los dos músculos digástricos deben actuar juntos. Es decir, actúa de la misma manera que lo haría una polea de tensión, al generar fuerzas en distintas direcciones en la propia mandíbula.
Por ello, es capaz de contraerse en dos porciones o vientres diferentes, pudiendo contraerse por separado, gracias fundamentalmente a que los vientres o porciones del músculo digástrico son a su vez suministrados por distintos nervios.
Es decir, precisamente, es la contracción de este músculo la que permite producir la fuerza necesaria y suficiente como para que la mandíbula pueda abrirse y moverse de un lado a otro. Cualquier acción compleja que ejerza la mandíbula implicará la presencia del músculo digástrico.
Así, las principales funciones del músculo digástrico son las siguientes:
- Permite abrir la mandíbula.
- Es responsable de acciones como hablar, masticar y tragar.
- A su vez, también brinda la posibilidad de respirar.
Dolor en la musculatura mandibular
A nivel clínico, la realidad es que el músculo digástrico puede ser un punto de referencia importante cuando una persona experimenta dolor en la zona de la mandíbula o en alguna otra parte de la cara.
De hecho, no debemos olvidarnos de que este músculo posee dos porciones separadas, inervadas a su vez por distintas ramas de nervios. Por tanto, la tensión en el vientre posterior no producirá el mismo “dolor” o la misma sensación que si la tensión se produjera en el vientre anterior.
Por ejemplo, la porción anterior (también conocida, recordemos, como vientre anterior) se encuentra conectada al nervio trigémino, se conecta a su vez tanto a la mandíbula como a distintas partes de la cara. En cambio, el vientre posterior se encuentra conectado al nervio facial.
De esta manera, cualquier tensión o inflamación en cualquier parte del músculo puede enviar impulsos de dolor no solo a través de la mandíbula, sino también de muchas partes de la cara.
Por suerte, para calmar la tensión presente en el músculo basta en la mayoría de las ocasiones con relajarlo realizando algunos movimientos simples de mandíbula, o bien aplicando un ligero masaje con el fin de aliviar la tensión, reduciendo el dolor y la inflamación.