La necesidad de experimentar sensaciones diferentes, la curiosidad por lo nuevo y las situaciones complicadas llevan a muchos jóvenes a refugiarse en el consumo de drogas, o al menos a probarlas por primera vez para sentir el efecto de las diversas sustancias tóxicas tan fáciles de alcanzar en la actualidad.
A continuación vamos a exponer algunos de los motivos que empujan a los jóvenes a consumir drogas por primera vez, así como los riesgos que se corren al hacerlo y las consecuencias negativas que pueden sufrirse únicamente por el hecho de consumir de manera puntual algún tipo de sustancia tóxica.
El consumo de sustancias psicoactivas entre los jóvenes
Se estima que en España un 15% de los jóvenes de entre 18 y 25 años confiesan consumir de manera habitual algún tipo de droga o sustancia tóxica para el organismo, según datos proporcionados por La Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD). Las más habituales son el alcohol, el cannabis y la cocaína.
La facilidad de acceso a las drogas, la falta de información sobre los riesgos que se corren al consumirlas y la gran influencia del entorno social en las decisiones de estas personas hacen que individuos que se acercan a la edad adulta decidan experimentar con el consumo de algún tipo de sustancia tóxica.
Consecuencias negativas y posibles secuelas del uso puntual
Aunque para muchos resulte un hecho puntual que no tiene por qué provocar una adicción, la realidad es que el consumo de drogas puede tener reacciones letales para muchas personas debido a la mala metabolización de la sustancia por parte del organismo o a la toma de cantidades excesivas de droga por falta de información o de experiencia.
Por otro lado, el alto valor adictivo que poseen sustancias como la heroína o la cocaína (que han vuelto a popularizarse entre los más jóvenes) hacen que lo que aparentemente estaba considerado como un consumo puntual o un primer contacto se convierta fácilmente en una adicción que arruine la vida de ese individuo y la de su familia. Con frecuencia el estrés psicosocial tiene un papel clave en este proceso.
Además, es importante recordar la influencia que tienen las drogas respecto a la vulnerabilidad de padecer algún tipo de trastorno mental. De este modo, existen muchos casos en los que el consumo puntual de drogas ha desencadenado en un brote psicótico o en el inicio de una esquizofrenia, cambiando por completo la vida de estas personas. La depresión también es común en adicciones al alcohol o a la marihuana.
Causas del primer contacto con las drogas
Son muchos y muy diversos los motivos que llevan a los jóvenes a aproximarse al consumo de drogas y decidir probarlas por primera vez. La necesidad de aprobación, la curiosidad, los problemas emocionales o la falta de autocontrol son algunos de los factores que influyen en el momento de probar una droga por primera vez.
A continuación expondremos algunas de las causas más comunes del primer contacto con las sustancias psicoactivas, sobre todo en relación a las ilegales.
1. Las dificultades en la gestión de emociones
Como bien sabemos la mayoría de personas, la adolescencia y el inicio de la edad adulta son etapas de cambio constante en que las presiones y las decisiones aparentemente decisivas están a la orden del día. Esto genera a los jóvenes altos picos de ansiedad y estrés que no siempre consiguen gestionar.
Es por ello que en ocasiones estos jóvenes desorientados, presionados y sin objetivos claros deciden aventurarse en la vivencia de sensaciones nuevas y refugiarse del estrés y del nerviosismo en el consumo de sustancias tóxicas tales como el cannabis o la cocaína, además de otras más aceptadas como el alcohol o el tabaco.
2. Los problemas familiares y relacionales
Los problemas familiares parecen irse incrementando de manera exponencial hasta tocar techo en la adolescencia. La necesidad de independencia, de autonomía y de contacto con el mundo exterior hace que las disputas entre padres y sus hijos adolescentes sean muy comunes.
Esto genera malestar y preocupación tanto en padres como en hijos, aumentando el riesgo de que estos últimos decidan probar las drogas por primera vez para evadirse de la realidad familiar.
Además, el alcoholismo de alguno de los miembros de la familia, las disputas entre padres o la violencia en el hogar repercuten en el adolescente de manera directa y negativa, teniendo un papel determinante en muchos casos de abuso y de adicción a sustancias psicoactivas.
3. La intensa influencia del entorno social
El grupo de amigos, el contexto por el que se mueve y el estilo de ocio mediante el cual se divierte influye de manera directa en las decisiones del joven o adolescente, quien debido a la necesidad de aprobación del grupo o a la falta de criterio decide adentrarse en el peligroso mundo de las drogas sin tener ni idea de los riesgos que corre.
Pese a que en ocasiones parece ser utilizado como excusa de muchas madres y padres cuyos hijos se drogan, el grupo de amigos tiene un peso muy importante en cuanto a la decisión de drogarse por parte del adolescente. Por tanto, apartar al joven que consume sustancias de ese grupo negativo de amistades puede resultar tremendamente beneficioso.
4. La curiosidad por lo nuevo
Otro de los factores que empujan a los jóvenes a consumir drogas por primera vez es la curiosidad por las nuevas sensaciones, por experimentar. Esta necesidad de explorar más allá de lo conocido es muy habitual en la adolescencia y en el inicio de la edad adulta, pero es importante conocer los límites y los riesgos que cada uno está dispuesto a asumir.
Es por ello que este factor influye de una manera determinante y motiva al joven a probar drogas que le hagan sentir emociones intensas y nuevas. No obstante, estas sensaciones tan excitantes en un inicio se pueden convertir en un arduo, oscuro y duro camino del que será muy difícil apartarse.
5. El rechazo a la autoridad y las normas
La necesidad de control y de independencia, tan habitual en pleno desarrollo del autoconcepto y de la personalidad individual, lleva a muchos jóvenes a tomarse las normas y las leyes por su mano. Por este motivo deciden realizar acciones ilegales con el objetivo de salir de la normalidad y despuntar de alguna forma.
Esta huida de lo “normal” suele ser acompañada por el consumo de drogas, lo que les hacer tener comportamientos más extravagantes y desinhibidos, libres del sentido del ridículo tan marcado en la adolescencia. No obstante, esta motivación por destacar y romper con la norma puede tener gravísimas consecuencias en el desarrollo vital de esa persona.