Seguro que en alguna ocasión te habrás cruzado con algún compañero de trabajo o vecino de escalera que, a pesar de sonarle tu cara, siempre que te ve muestra indiferencia. Pues bien, aunque te parezca extraño, esto tiene una razón.
Y es que existen personas cuya expresión facial o corporal (sobre todo de cara a los demás) es prácticamente nula. Pero no te preocupes, porque no es nada que vaya contra ti o sea personal: simplemente hay un factor psicológico detrás.
¿Por qué hay personas que no muestran emociones ni reaccionan ante ellas?
Las relaciones humanas son verdaderamente complicadas, de eso no cabe duda. En ellas intervienen una multitud de factores y condiciones, las cuales muchas veces pueden resultar chocantes entre unos individuos y otros.
Sin embargo, a nadie le gusta saludar o esbozar una sonrisa y ver que la otra persona no se la devuelve. En estos casos, tendemos a pensar que esa persona tiene algo contra nosotros.
Y claro, aunque en alguna ocasión puede que eso sea así... existen otra serie de circunstancias que podrían explicar el porqué de determinados comportamientos. Y aquí sí que sí, nada tiene que ver con nosotros. Cuando alguien se muestra frío, apático, como 'desconectado' de su entorno, probablemente sea porque sufre el síndrome de desconexión emocional.
Este síndrome está relacionado con la dificultad que presenta una persona para identificar, y a la vez, experimentar diversas emociones. Como podrás deducir, esto puede llegar a englobar grandes dificultades.
Almudena Sos, terapeuta emocional y de parejas, señala lo siguiente: "Hay quien se desconecta en algunos o en muchos momentos del día, y hay quien vive desconectado desde hace años y a un nivel profundo".
Evidentemente, las personas que padecen este síndrome pueden ver afectadas sus relaciones sociales y personales, ya que la gente de su entorno puede sentirse dañada con la frialdad que muestran.
No obstante, cabe remarcar que en la mayoría de casos, estas desconexiones se producen de forma automática e inconsciente: es decir, la persona no elige actuar de esa manera.
Centrándonos en más profundidad, debemos tener presente que existen ciertos momentos vitales en los cuales esta desconexión puede producirse. La primera puede darse en la infancia, la segunda en una relación de pareja, la tercera con el entorno familiar y la cuarta en el trabajo.
Todas estas esferas pueden verse afectadas, en mayor o menor medida, por este síndrome de desconexión emocional. Pero eso sí, debemos tener presente que existen dos tipos de desconexión.
La primera hace referencia a aquellas personas las cuales se desconectan porque, a su vez, están muy conectadas consigo mismas. Al estar tan centradas en su mundo, les cuesta salir de él y compartir la vida con los demás.
Por otro lado, nos encontramos el caso contrario: personas a las que le cuesta conectar con los demás porque precisamente están desconectadas de ellas mismas. Y las desconexiones, al fin y al cabo, pueden presentarse de muchas formas.
Algunos de los mecanismos de desconexión emocional pueden darse a través de compras compulsivas: otras veces, sin embargo, pueden manifestarse por medio de obsesiones, compulsiones e incluso adicciones.
A pesar de esto, conocerse y conectar con uno mismo siempre será la clave para aprender a estar bien de forma individual y con los demás. Además, a día de hoy existen diferentes técnicas que nos pueden ayudar a lograrlo.
La meditación consciente o la práctica del mindfulness pueden ser unas grandes aliadas para un trabajo de introspección. El contacto con la naturaleza y el tiempo de ocio con otras personas, además, también puede resultar muy favorecedor.
Ser conscientes de nuestras emociones y sentimientos es la clave de todo. Sin embargo, a veces llegar a tal punto no es posible, y para ello, lo mejor que uno puede hacer es acudir a un profesional de la psicología.