El precio de la gasolina le ha dado una pequeña tregua a los conductores españoles. Esta semana se estaba dispensando a 1,683 euros el litro, según la información del Ministerio para la Transición Ecológica. Todo un alivio después de que el pasado mes de junio llegara a rebasar los 2 euros.
Y esto sin que se tenga en cuenta la bonificación de 20 céntimos que empezó a aplicar el Gobierno el pasado mes de marzo. Una medida que se prolongara hasta finales de año. Eso sí, tampoco se descarta la posibilidad de extender la ayuda en función de la situación del mercado en ese momento.
Los que no tienen tantos motivos para alegrarse son los propietarios de los vehículos diésel. Han visto algo inaudito hasta la fecha, que es como este combustible ya se paga más caro que la propia gasolina.
¿Por qué está tan caro el diesel?
Con la rebaja del Estado se puede llenar un depósito con gasolina 95 por unos 74 euros. A comienzos de verano, esta acción implicaba un desembolso de 96 euros. Sin embargo, los que deciden acudir estos días a las estaciones de servicio a cargar con diésel se encuentran un escenario muy distinto.
El precio de este combustible se eleva de media hasta los 1,82 euros. Con el descuento del Gobierno, llenar el tanque les puede salir por unos 81 euros. Supone casi 7 euros más que uno de gasolina 95.
Hay varios motivos que pueden explicar esta subida en el precio del diésel. Los expertos fijan como principal razón la guerra en Ucrania. Aunque hay una tendencia a mirar la cotización del petróleo para entender el precio de los carburantes, en realidad habría que reparar en otros aspectos.
"Lo que marca el coste de los combustibles no es el brent. Son la gasolina y el gasoil ya refinados, que también cotizan en los mercados internacionales", señalan en la Asociación de Operadores de Productos Petrolíferos. Explican que son estos valores "los que se utilizan para fijar los precios en el surtidor".
Cuentan que existen muchos mercados de carburantes. En nuestro país se toma como referencia el de Róterdam para la parte norte del país, mientras para el Mediterráneo, Génova. Cuentan con sus propias evoluciones, que están asociadas con las del crudo, que es la materia prima con la que se producen.
El origen del problema se encuentra en Rusia
Fuentes de esta organización petrolífera señalan que el foco del problema se localiza en Rusia. No solo es un "importantísimo exportador de crudo, sino que es un grandísimo exportador de gasoil", apuntan a La Voz de Galicia.
Hasta la fecha, la Unión Europea ha importado unos 600 000 barriles diarios de gasoil. Pero estiman que la situación cambiara en muy poco tiempo. Los estados miembros decidieron ponerle fin a las importaciones de petróleo ruso a últimos de año y para ello fueron reduciendo su dependencia progresivamente.
Esto obligará a tomar medidas alternativas. Muchos países ya se han ido preparando para todo lo que está por llegar en invierno. En el caso de España, el pasado julio adquirió 226 000 toneladas de diésel a Rusia, una cifra que no se alcanzaba desde 2009.
Mucha dependencia del diésel
Los expertos sostienen que Europa es un continente que depende mucho del diésel. Al contrario de lo que pudo ocurrir en Estados Unidos o Asia, aquí se promovió la venta de este tipo de vehículos. Hay un elevado consumo de diésel.
A esto se le une, además, que algunos territorios no invirtieron lo suficiente en el refino de este combustible. Ahora se acerca el invierno, una época en la que crece la demanda del gasoil.
Explican que todavía "no hemos comenzado a consumir esta energía". Sin embargo "los mercados ya se están adelantando al aumento de la demanda y a una posible disminución de la oferta", advierten.