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Mujer durmiendo en la cama

¿Es posible morir de sueño? ¿Qué pasa cuando no dormimos?

La privación de sueño causa problemas psicológicos, pero ¿puede llegar a matarnos?

¿Cuántas ocasiones hemos escuchado la expresión “Me muero de sueño”? Con el ritmo de vida actual, en el que ser una persona activa se asocia con el éxito, en ocasiones olvidamos la importancia del proceso de sueño para el organismo y el bienestar psicológico.

El ser humano y otros muchos mamíferos invertimos gran parte del día en dormir; en concreto, pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo. Así, el patrón de sueño es uno de los procesos más importantes para un correcto funcionamiento a nivel físico y psicológico.

En este artículo analizaremos la evidencia científica disponible con el objetivo de contestar a una pregunta: ¿es posible morir de sueño?  Para ello explicaremos los efectos de la privación de sueño y las bases biológicas de este proceso.

¿Por qué necesitamos dormir?

Los procesos que explican el sueño forman parte del ciclo sueño-vigilia, el ritmo circadiano más importante, que tiene una duración de 24 horas y permite al organismo recuperar o restaurar procesos bioquímicos y psicológicos  que se han deteriorado durante la vigilia.

Mientras tienen lugar estos procesos regenerativos el cuerpo descansa para así poder estar activo física y mentalmente durante la vigilia. De forma simplificada, podríamos decir que necesitamos dormir para poder estar despiertos.

Pese al pensamiento popular de que el sueño es un proceso pasivo y relacionado con la "desactivación" de la mente, en realidad el cerebro presenta una gran actividad mientras dormimos. En concreto  el sueño consta de dos estados diferentes de actividad neuronal: estos son el sueño REM y el sueño no REM.

El sueño REM o MOR

El sueño REM o MOR (de movimientos oculares rápidos) ocupa el 20% del tiempo total de sueño y se suele producir cada 90 minutos. En esta etapa la actividad eléctrica del sistema nervioso central tiene una intensidad similar a la del estado de vigilia, y se produce un aumento de la frecuencia cardíaca y de la respiratoria.

Los estudios indican que  el sueño REM está implicado en procesos de memoria y aprendizaje. En consecuencia, la privación de la fase REM dificulta la integración de nueva información aprendida en la vigilia e incluso impide la adecuada gestión emocional de situaciones importantes.

El sueño no REM

El sueño no REM está compuesto por cuatro fases que nos trasladan de un estado más superficial de sueño a uno más profundo. Estos periodos permiten regular el estado de ánimo, entre otras funciones.

En el estadio 1 se produce la transición de vigilia a sueño y la musculatura corporal se relaja por completo. La fase 2, que ocupa el 40% del sueño total, es la que tiene una mayor duración; en este estado la persona se puede despertar con estímulos externos de intensidad moderada. De aquí se pasa a las fases 3 y 4, en las que el sueño es más profundo; es durante estas subfases cuando suelen suceder los terrores nocturnos.

Efectos de la privación de sueño

El insomnio y la privación del sueño provocan graves alteraciones en el organismo. En concreto, influyen de manera negativa en la atención y en la percepción y  aumentan el número de errores de memoria y la irritabilidad, lo cual a su vez favorece la aparición de sensaciones de ansiedad y estrés.

El funcionamiento de las funciones cerebrales superiores se ve alterado; esto interfiere con el rendimiento cognitivo, de modo que cuando la privación de sueño es severa llevar a cabo tareas cotidianas de manera exitosa se convierte en toda una hazaña.

A nivel cerebral, la privación de sueño afecta de manera directa a la corteza prefrontal, encargada del razonamiento práctico y de la lógica, además de a la memoria de trabajo, esto es, al manejo activo de información memorística durante un periodo breve. También se ha identificado una menor activación del lóbulo temporal, involucrado en el procesamiento del lenguaje.

De este modo, incluso comprender lo que dicen los demás y elaborar respuestas adecuadas puede llegar a resultar complejo. También empeora la actividad del tálamo, una estructura subcortical implicada en la atención y en la alerta.

Existen estudios que relacionan la privación del sueño con la psicosis, el espectro de trastornos mentales en que se enmarca la esquizofrenia. En este sentido se alega que la falta de sueño dificulta la gestión de eventos emocionales desde la perspectiva adecuada, de modo que se dan respuestas inapropiadas ante estímulos normales.

¿Cuántas horas soporta el organismo sin dormir?

Hasta el momento, Randy Gardner es el ser humano que más horas ha permanecido sin dormir de manera científicamente probada, voluntaria y sin utilizar ningún tipo de estimulantes. En concreto se mantuvo 264 horas despierto, lo que equivale a 11 días.

Pese a que en la literatura aparecen casos que han permanecido más horas sin dormir, no se ha podido comprobar bajo qué circunstancias ni se ha podido descartar el uso de químicos para permanecer despierto.

Durante el periodo en el que Gardner estuvo sin dormir los investigadores controlaron diversas variables. Las alteraciones se iniciaron con cambios en el humor y un estado de ánimo irritable. Con el paso de los días aparecieron delirios y alucinaciones visuales, y la capacidad de concentración del sujeto experimental pasó a ser nula.

Existen registros que muestran que en la Segunda Guerra Mundial los nazis utilizaron la privación de sueño como método de tortura. La ciencia sugiere, a partir de los resultados de experimentos con ratas, que la muerte se produce entre 3 y 4 semanas después del inicio de la privación de sueño.

El Insomnio Familiar Fatal: la muerte por sueño hereditaria

El Insomnio Familiar Fatal (IFF) es una enfermedad hereditaria que se da de forma extremadamente aislada en algunas familias. Está incluida dentro del grupo de las encefalopatías causadas por priones.

Aparece como consecuencia de  una mutación del cromosoma 20 que se transmite por herencia autosómica dominante. Esta mutación provoca la producción anómala de priones, una proteína que si se acumula en exceso provoca degeneración cerebral.

Los síntomas se inician en la edad adulta con la presencia de insomnio permanente a causa de la afectación del tálamo, junto con dificultades para hablar y para moverse, además de síntomas psiquiátricos como ansiedad, alucinaciones y depresión.

La evolución es fatal, llevando progresivamente a la muerte en un breve periodo de tiempo -por lo general, de 6 a 48 meses después del inicio de los síntomas. La persona que lo sufre se encuentra en un estado de alerta permanente causado por la destrucción de las células del sistema reticular descendente, que inhibe los procesos de vigilia.

En la actualidad existen unas 40 familias reconocidas en las que se han dado casos de Insomnio Familiar Fatal. 13 de ellas son de origen español; en concreto, proceden de Navarra y el País Vasco.  

La importancia de una buena higiene del sueño

Después de este breve recorrido acerca de las implicaciones que tiene el sueño sobre el organismo y las repercusiones negativas que ejerce la privación del sueño, podemos concluir que el sueño es uno de los procesos más necesarios para el buen funcionamiento del organismo.

Es por ello necesario otorgarle la importancia que tiene y seguir unos buenos hábitos en el proceso de ir a dormir;  llamamos a estas rutinas "higiene del sueño".  Estos son algunos de los ejemplos más relevantes:

  • Mantener un horario fijo para acostarse y levantarse.

  • Evitar siestas superiores a 30 minutos.

  • No permanecer en la cama más tiempo del que necesitamos para dormir.

  • Evitar comidas copiosas antes de ir a dormir, es recomendable esperar dos horas después de cenar.

  • Evitar realizar actividades en la cama tales como leer, ver la televisión o escuchar música.

  • Mantener una temperatura agradable en la habitación y utilizar ropa holgada como pijama.