La morcilla es uno de los embutidos más característicos y especiales que existen. Este alimento se elabora principalmente con sangre de cerdo y con una gran variedad de ingredientes accesorios, siendo especialmente comunes el arroz y la cebolla.
En este artículo descubriremos qué es la morcilla y cómo se hace este embutido. Además explicaremos en qué países ha sido consumido tradicionalmente y cuáles son las diferencias entre la elaboración de la morcilla en distintos lugares del mundo.
¿Qué es la morcilla (o moronga)?
La morcilla es un tipo de embutido hecho a base de sangre de cerdo, generalmente coagulada y cocida, que presenta un característico color granate oscuro o negro.
La morcilla se puede cocinar de una gran variedad de formas y con muchos ingredientes distintos, ligados a las costumbres tradicionales de cada región donde esta se consume.
Este tipo de alimento se consume como parte de los elementos que se producen en la matanza del cerdo y tradicionalmente se elabora mezclada con grasa de cerdo y con otros ingredientes como el arroz, la cebolla, la miga de pan o los cereales que se usan para dar forma y cuerpo al embutido.
Aunque se especula que en la Antigüedad tanto griegos como romanos consumían embutidos elaborados con sangre coagulada y cocida o frita, se cree que este tipo de alimento se popularizó en Europa a partir de la edad media.
¿Cómo se hace este embutido tradicional?
El proceso para hacer la mayoría de embutidos no suele ser muy distinto de una variedad a otra. El caso de la elaboración de la morcilla es diferente puesto que no se elabora propiamente con carne como la mayoría de embutidos sino con la sangre del animal, que suele ser el cerdo.
El proceso para hacer la morcilla es relativamente sencillo y consiste en tener ya cocidos los ingredientes que van a añadirse a la sangre para dar consistencia, forma y cuerpo al embutido, que suelen ser arroz, cebolla u otras verduras cocidas, como el puerro.
Una vez se tienen preparados los ingredientes que van a acompañar la morcilla, se añaden en un recipiente grande junto con la sangre, la manteca de cerdo y las especias y se mezclan todos juntos, generalmente con la maquinaria industrial necesaria para hacerlo.
Una vez se tienen bien mezclados los ingredientes están listos para ser embutidos en tripa natural o sintética y hacer la forma final de la morcilla. La tripa suele ser de vaca o de cerdo y generalmente son mejor valoradas las morcillas hechas con tripa natural.
Una vez tenemos embutidas las morcillas, se cuecen con agua y se dejan enfriar rápidamente. El último paso consiste en colgar la morcilla durante un día aproximadamente.
Consumo internacional de este embutido
La morcilla se come en la mayor parte de los países europeos y también en la mayoría de los latinoamericanos, continente en el que este embutido es denominado de diferente forma según el país.
A continuación destacaremos, por continentes, los países donde es más popular el consumo de morcilla elaborada en cualquiera de sus formas.
Europa
Europa es uno de los continentes donde se elaboran los embutidos desde más hace más tiempo y en mayor variedad de formas. En el viejo continente encontramos la tradición de consumir morcilla en la práctica totalidad de los países.
En España encontramos variedades de morcilla casi en cada región, y en general una tradición de embutidos de cerdo muy arraigada. La morcilla se consume tanto en platos completos tradicionales como a modo de acompañamiento en parrilladas de carne y también como tapa.
En Alemania y Austria es conocida como blutwurst o salchicha de sangre y también existen una gran variedad de formas de elaborarla -generalmente añadiendo trozos de grasa de cerdo en el interior.
Otros países del continente europeo en los que se consume la morcilla de manera tradicional son Francia, Italia, Hungría, Bulgaria, Polonia, Finlandia, Irlanda y el Reino Unido.
Latinoamérica
El continente americano y especialmente Latinoamérica es una zona con una gran tradición de consumo de carne de todo tipo y también de morcilla. La riqueza nacional y cultural que encontramos en el continente americano ha propiciado que la denominación de este embutido varíe según el país en que nos encontramos.
En la mayoría de países de Sudamérica la morcilla se come de manera tradicional en el contexto de las típicas parrilladas de carne y también como ingrediente de algunos platos populares de la nación.
En relación con las distintas denominaciones que existen de la morcilla en los distintos países latinoamericanos, podemos destacar que en Centroamérica se conoce como “moronga”; en México “moronga”, “morronga” o “rellena”; en Chile se llama “prieta”; “rellena”, es como se conoce en Perú y en zonas de Colombia, y con el nombre clásico de “morcilla” se conoce en Argentina, Paraguay, Uruguay y Venezuela.
Asia
Aunque no sea un fenómeno conocido en Occidente, existen varios países del continente asiático en los que el consumo de morcilla forma parte de las tradiciones tradicionales culinarias. De forma resumida podemos decir que la morcilla se come como aperitivo en China, Taiwán, Corea, Tíbet y Filipinas.