A menudo hemos oído hablar de la llamada “enfermedad del beso” como un mal que afecta especialmente a los jóvenes, sin tener claro del todo en qué consiste ni cuáles son sus características.
Sobre esta afección se han desarrollado toda clase de mitos y leyendas principalmente a causa del gran desconocimiento sobre la misma. A continuación veremos qué es la mononucleosis infecciosa y cuáles son sus síntomas, causas y tratamientos.
La mononucleosis infecciosa es una enfermedad provocada generalmente por el virus Epstein-Barr (VEB) que afecta sobre todo a adolescentes y adultos jóvenes, siendo los alumnos universitarios un grupo especialmente en riesgo.
Esta enfermedad se contrae a través del intercambio de saliva; es por eso que se la conoce como “la enfermedad del beso”, aunque el contagio puede ser debido al hecho de compartir, por ejemplo, un vaso.
Se puede contagiar a otra persona sin presentar la enfermedad, tan solo siendo portador del virus, y afecta al menos a un 25% de los jóvenes y adolescentes infectados con el VEB.
Como hemos indicado, la principal causa de esta enfermedad es el contagio con el virus de Epstein-Barr, que pertenece a la misma familia del virus del herpes, que infecta el sistema linfático.
No obstante existen otros virus que pueden originar la mononucleosis, como por ejemplo el citomegalovirus o el virus Toxoplasma Gondii, que es la causa de la enfermedad en solo en un 1% de pacientes.
Además, en algunos casos se ha descubierto que la causante del contagio puede ser la bacteria Salmonella typhi.
La mayoría de los pacientes con mononucleosis pasan la enfermedad sin enterarse y aquellos que la notan suelen confundirla con un proceso gripal común y leve. Es por eso que suele ser una enfermedad difícil de diagnosticar por uno mismo.
Los síntomas suelen aparecer entre cuatro y seis semanas después de la exposición al virus. A mayor edad del paciente más tardan en aparecer, y la evolución de los mismos es variable.
Desaparecen generalmente a las dos semanas; sin embargo, la fatiga puede durar unas semanas más. Las secuelas de esta enfermedad pueden ser el desarrollo de una enfermedad lipoproliferativa o bien la rotura de bazo, aunque son casos poco comunes.
Los síntomas de la enfermedad del beso pueden dividirse entre los típicos de los adultos y los de los niños.
Los síntomas pueden variar de un paciente a otro, como se ha indicado, y pueden aparecer al poco tiempo de contagiarse o tras un período más largo. A continuación los enumeramos.
Fatiga extrema: agotamiento sin motivo aparente.
Fiebre que alcanza temperaturas superiores a los 38º.
Dolor de garganta (faringitis), dolor de cabeza y generalizado por todo el cuerpo.
Inflamación de los ganglios linfáticos: los del cuello, de detrás de las orejas (retroauriculares) y de la parte baja de la cabeza (occipitales).
Hígado o bazo inflamado: síntomas menos comunes
Los síntomas en niños pequeños y en bebés suelen ser poco llamativos y se confunden con un virus normal; por el contrario, en niños mayores y adolescentes existen una serie de síntomas establecidos.
Decaimiento intenso: puede tardar más de un mes en desaparecer.
Inflamación de la garganta, de los ganglios (sobre todo los del cuello), del hígado (que puede provocar dolor de barriga) o del bazo (poco habitual).
Edema en los párpados: se da en un tercio de los casos, debido a la inflamación de los ganglios, lo que dificulta el drenaje de líquido.
Erupción de la piel: aparece en muy pocos casos.
Fiebre alta: más de 39º; es un síntoma infrecuente.
No existen tratamientos para curar la mononucleosis infecciosa, puesto que es una enfermedad de origen vírico. Lo que sí puede recomendar el especialista son medicamentos destinados a paliar los síntomas.
En este caso se suelen prescribir analgésicos para mitigar el dolor, antiinflamatorios para la inflamación ganglionar y corticosteroides en caso de que las amígdalas faríngeas estén muy inflamadas y puedan llegar a dificultar la respiración.
Otras medidas de carácter general son guardar reposo, hidratarse bien y no automedicarse (ya que la aspirina, por ejemplo, está contraindicada en pacientes de esta enfermedad).
Cabe destacar que en el caso de niños y adolescentes es recomendable no realizar deportes de contacto durante 4-6 semanas en caso de inflamación de bazo y/o hígado, ya que puede producirse una rotura o lesión.