El metilfenidato, también conocido como Ritalin, Concerta o Rubifen es un estimulante utilizado para el tratamiento del TDAH y de la narcolepsia. Su efecto principal produce un aumento en el estado de alerta de la persona y de la capacidad de atención de esta.
Seguidamente explicaremos qué es y para qué sirve el metilfenidato, qué efectos adversos produce, cuál es la dosificación recomendada y qué precauciones se deben tomar a la hora de tomar este fármaco.
El metilfenidato es un estimulante leve del sistema nervioso central (SNC). Este medicamento también es vendido bajo los nombres comerciales de Rubifen, Ritalin, Concerta, Aradix, Methylin, Ritalina, Ritrocel, Equasym, Medicebran y Medikinet, entre otras marcas.
El metilfenidato es utilizado principalmente para el tratamiento del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), tanto en niños como en adultos. También se usa para controlar algunos trastornos relacionados con el sueño, como la narcolepsia. En casos raros, se receta para disminuir la sedación y el letargo de analgésicos de tipo opiáceo.
El mecanismo no se comprende de forma completa (tal y como ocurre con muchos otros psicofármacos). Se cree que este medicamento activa el sistema de excitación de la corteza cerebral para producir un efecto estimulante en la persona. El sistema de excitación aumenta los niveles de actividad eléctrica en el cerebro.
En general, el efecto del metilfenidato consiste en aumentar el estado de alerta. En adultos y niños que sufren de TDAH, el metilfenidato disminuye su inquietud motora y aumenta su capacidad de atención. Las tabletas de este medicamento están disponibles en concentraciones de 5, 10 y 20 mg, así como en tabletas de liberación prolongada de 20 mg.
Dosificación
La dosis recomendada de metilfenidato se determina por ensayo y error en función de las respuestas individuales de cada paciente. El metilfenidato generalmente se administra en 2 o 3 dosis por separado, preferiblemente 45 minutos antes de una comida.
Para los niños que sufren de TDAH, la dosis inicial recomendada es de 5 mg, 2 veces al día antes del desayuno y la comida, aumentada de 5-10 mg por semana hasta un máximo de 60 mg por día. Siendo la dosis total promedio de 20-30 mg por día, aunque la dosificación de 10-60 mg tampoco es infrecuente. Para la narcolepsia en adultos, la dosis recomendada es de 5 a 20 mg, 2 o 3 veces al día y 30 o 45 minutos antes de las comidas.
No obstante, estas se tratan de dosificaciones generales y aproximadas, por lo que el paciente deberá seguir las instrucciones del médico o farmacéutico al pie de la letra.
El metilfenidato puede crear dependencia si se toma en altas cantidades o por períodos de tiempo más largos de lo necesario. Las personas deben tomar la última dosis del día antes de las 6 de la tarde para disminuir el insomnio. La pastilla no debe romperse ni triturarse porque cambiaría el tiempo de absorción en el organismo. Si se olvida la hora normal de administración, se debe tomar el medicamento lo antes posible. Sin embargo, no se pueden tomar 2 pastillas al mismo tiempo.
Los efectos adversos más comunes que puede producir el metilfenidato incluyen nerviosismo, dificultad para dormir, taquicardias y aumento de la presión arterial. El hecho de reducir la dosis o simplemente cambiar el tiempo de toma del medicamento puede reducir algunos de estos efectos. Cualquier reacción adversa debe ser explicada al médico.
Además, puede causar mareos, irritabilidad, cambios en la visión, somnolencia y falta de apetito. Los efectos secundarios menos comunes incluyen dolor en el pecho, palpitaciones, dolor en las articulaciones, erupciones cutáneas y movimientos o tics vocales incontrolables. Otras reacciones también pueden incluir malestar estomacal, náuseas, dolor de cabeza, sangre en la orina o en las heces, calambres musculares, puntos rojos en la piel o hematomas.
En dosis más altas o con el uso a largo plazo, las personas pueden llegar a experimentar pérdida de peso o cambios mentales tales como confusión, creencias irracionales, cambios de humor, alucinaciones o sentimientos de irrealidad sobre ellos mismos o su entorno.
En relación a las interacciones, varios medicamentos pueden interactuar de manera adversa con el metilfenidato, incluidos los anticoagulantes, los antidepresivos y los medicamentos para tratar la hipertensión arterial. Asimismo, las dosis de estos medicamentos pueden reducirse cuando se toman de forma simultánea con el metilfenidato.
Precauciones a tener en cuenta
El metilfenidato tiene un gran potencial para producir dependencia física y psicológica en la persona. Su administración no debe detenerse abruptamente (igual que con otros psicofármacos). Esto puede causar síntomas de abstinencia que incluyen depresión, ideas paranoides, pensamientos de suicidio, ansiedad, agitación y trastornos relacionados con el sueño.
Asimismo, no debe administrarse a personas con ansiedad extrema, tensión, agitación, depresión severa, inestabilidad mental o emocional, o antecedentes de abuso de alcohol u otras drogas. Tampoco está indicado para personas con síndrome de Tourette, u otros trastornos de tics, glaucoma o ciertas afecciones mentales.
El Ritalin no debe recetarse a niños menores de 6 años, ya que no se ha determinado la seguridad del medicamento para este grupo de edad. Las personas no deben conducir ni operar maquinaria o artefactos hasta que vean cómo les afecta el medicamento. Tampoco se debe conducir si se percibe sensación de mareo.
Finalmente, este fármaco puede causar irregularidades en la composición de la sangre y producir cambios en la función hepática. Las personas que toman metilfenidato deben realizarse análisis de sangre periódicos por este motivo.
Referencias bibliográficas:
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Fallon, L. F. (2003). Methylphenidate. In M. Harris & E. Thackerey (Eds.), The Gale Encyclopedia of Mental Disorders (Vol. 2, pp. 619-621). Detroit: Gale.