Después de unas cuantas semanas de excesivo calor y de escasez de precipitaciones, los meteorólogos avanzan buenas noticias. Se atreven a poner fecha al cambio del tiempo, con un desplome de los termómetros y posibles lluvias que podrían aparecer en forma de tormentas.
En cuestión de muy pocos días, la caída de los valores térmicos podría ser de hasta 15 grados en algunos puntos de España. Será algo atípico para esta época del año. Lo que va de verano puede considerarse de especialmente caluroso, con tres olas de calor y casi una cuarta a las puertas.
Sí que advierten de una gran oscilación térmica, sobre todo si se compara con lo experimentado el año pasado por esta época. Por aquel entonces hubo una mayor estabilidad de los termómetros, sin tantas variaciones.
Durante esta semana, las temperaturas nos han concedido un pequeño respiro, con unos registros muy comunes para estas fechas. Pero los expertos ya adelantan que a partir de este domingo y comienzos de la próxima semana habrá un nuevo repunte.
De momento, tanto el viernes como el sábado nos esperan unos valores elevados. Sobre todo en zonas del interior peninsular, sur, valle del Ebro e interior del País Vasco. Incluso se llegarán a activar los avisos naranjas en estas dos últimas zonas.
Se prevé que los registros ronden entre los 35ºC y los 40ºC. El domingo se esperan máximas de 40ºC en el valle del Guadalquivir, valle del Ebro y la Región de Murcia. Será un ambiente generalizado de mucho calor , en donde 32 capitales de provincia rebasarán los 35ºC.
Solo se librarán de estos valores en Galicia y puntos del Cantábrico. Tanto el viernes como el sábado la entrada de un frente por el noroeste dejará precipitaciones en el noroeste. Esto contribuirá a crear un ambiente más fresco en estas zonas.
Cuándo se producirá el desplome de los termómetros
Varios expertos en meteorología vienen advirtiendo a través de sus redes sociales del importante cambio que muestran los modelos. Indican que "vienen días bastantes calurosos", aunque "la próxima semana puede volver la lluvia", que irá acompañada de una "bajada muy importante de temperaturas".
Los mapas detectan a "8-10 días" esa caída térmica, que también podría dejar tormentas y una gran inestabilidad. Es cierto que aún es demasiado prematuro aventurar lo que nos deparará el tiempo con tantos días por delante. Pero los modelos dejan entrever lo que sucederá.
Para el sábado 26 de agosto las máximas alcanzarían los 21-22ºC. Se tratan de valores excesivamente bajos después de venir de los 35-40 grados de las últimas jornadas.
Un buen ejemplo de ello puede ser Bilbao, que este viernes marcó máximas de 36ºC y para el martes 29 se limitará a 20ºC. En Lugo se pasará de los 34ºC del martes 22 a los 19 grados del martes 29. Por lo tanto, los descensos serán especialmente acusados, yendo además acompañados por precipitaciones en muchos casos, publica el portal Accuweather.
Por qué se produce este cambio tan importante del tiempo
Los meteorólogos aprecian un estiramiento de las altas presiones por el Atlántico. Esto provocaría un descolgamiento de aire frío en forma de vaguada o incluso Dana, publica el medio especializado meteopoble.com.
Adelantan que a partir del viernes 25 de agosto irrumpirán las tormentas, que se dejarán notar en gran parte de la Península. En algunos puntos podrían ser especialmente intensas, como es el Mediterráneo.
Todo esto vendría acompañado por un desplome térmico en casi todo el territorio peninsular. Algo que se agradecerá mucho para aliviar el calor de las últimas semanas. Esta variación empezará a notarse sobre todo desde el viernes 25.