El mes de nacimiento ha resultado ser un predictor de las enfermedades que se pueden padecer en el futuro; así lo avala la ciencia. Aunque esta afirmación puede sonar algo chocante y fantasiosa, aspectos como la cantidad de luz, las condiciones climáticas o los virus estacionales durante el periodo de gestación influyen en el desarrollo del bebé.
A continuación vamos a mostrar cuáles son las enfermedades a las que más predisposición se tiene en función del mes de nacimiento. También recordaremos los factores que hacen que esto sea posible, así como la validez o la fiabilidad que aporta la ciencia en cuanto a esta asociación.
Esta es una de las cuestiones que cada vez más personas tienen en cuenta a la hora de decidir tener un bebé. Programar cuáles van a ser los meses de gestación, si hará calor o frío y el mes en el que nacerá el bebé se está convirtiendo en una práctica habitual y está a la mano gracias a las técnicas de fecundación artificial o a los calendarios de fertilidad.
Pero, además de la comodidad que puede proporcionar gestar a un bebé en una u otra época del año, se añaden hechos como la influencia del mes de nacimiento en las posibles enfermedades futuras del individuo. Esta información, pese a que lleva años siendo foco de estudio, está teniendo más fiabilidad y relevancia en la actualidad.
Un estudio de J. A. Quesada (2017) ha revelado que factores medioambientales pueden explicar la asociación significativa entre el mes de nacimiento y padecer enfermedades crónicas. Según esta investigación, los hombres son más susceptibles que las mujeres a este tipo de influencia.
Esta asociación es debida a la influencia que ejercen los factores medioambientales en la salud de la madre durante la gestación: infecciones producidas por virus como el del sarampión o el de la gripe pueden tener incidencia en la predisposición del bebé a diferentes patologías.
De este modo queda patente la relación que existe entre la salud y el bienestar de la madre durante el embarazo y el vigor y la resistencia contra enfermedades del futuro bebé.
Por lo tanto, condiciones climatológicas como el frío o el calor, así como contextos en los que la proliferación de virus es mayor o momentos en los que la luz del sol es más reducida son los que hacen que en función del mes de nacimiento, o la época del año, el bebé sea susceptible de padecer un tipo u otro de patología.
Un estudio llevado a cabo en el Reino Unido por la Universidad de Gales ha mostrado que uno de los factores que pueden llevar a padecer enfermedad inflamatoria intestinal, y en concreto la enfermedad de Crohn, es la exposición temprana al virus del sarampión por parte de la madre mientras el feto estaba en gestación. Por lo tanto los nacidos en primavera o invierno pueden ser más vulnerables a padecer la enfermedad de Crohn.
Otro estudio realizado por Ekbom y colaboradores (1994) demostró que sufrir colitis ulcerosa podría estar relacionado con haber nacido en la primera mitad del año, en la que se abarcan el invierno y la primavera, debido también a los efectos del virus de sarampión en la madre.
La esquizofrenia es uno de los trastornos que más se han estudiado en el ámbito de la salud mental. Su etiología se desconoce, pero se ha detectado una relación significativa entre el mes de nacimiento y la probabilidad de sufrirla. Este tipo de asociación es debida a la vulnerabilidad de la madre a padecer el virus de la gripe durante la gestación.
Así, diferentes investigaciones sugieren que las personas nacidas en meses de frío, tales como febrero o marzo, tienen una probabilidad mayor de sufrir esquizofrenia que aquellas nacidas de agosto a septiembre. Además se ha comprobado que nacer en áreas urbanas (y no en un entorno rural) también es un factor de riesgo asociado a la esquizofrenia.
La etiología de la diabetes mellitus tipo 1 también ha sido investigada con relación al mes de nacimiento de la persona. Un estudio de Willis y colaboradores (2002) arrojó datos relevantes en cuanto a la vulnerabilidad genética de sufrir diabetes mellitus tipo 1, en la que el propio organismo ataca y destruye las células que producen insulina.
Estos autores demostraron que este tipo de patología puede ser debida a sufrir un proceso autoinmune en el útero de la madre durante la gestación. Se vio que la diabetes tipo 1 es más común entre los nacidos en épocas cálidas del año, como el verano o el inicio del otoño.
Dicho estudio también sugirió que los hombres nacidos en el mes de septiembre tienen una predisposición más marcada a sufrir trastornos relacionados con el funcionamiento de la glándula tiroides que los nacidos en otras épocas del año.
Pero las personas que han nacido entre los meses de julio y octubre tampoco se libran. Un estudio de la Universidad de Columbia, mediante el desarrollo de un complejo algoritmo que relaciona meses del año con patologías, demostró que los nacidos entre julio y octubre son más vulnerables a padecer asma y otras afecciones respiratorias.
Quesada, J. A. & Nolasco, A. (2017). Relación entre el mes de nacimiento y la prevalencia de enfermedades crónicas. Medicina Clínica, 148: 489-494
Haslam, N., Mayberry, J. F., Hawthorne, A. B. et al. (2000) Measles, month of birth, and Crohn's disease. Gut, 47: 801-803.
Ekbom A., Wakefield A. J., Zack M. et al. (1994) Perinatal measles infection and subsequent Crohn's disease. Lancet, 344: 508–510.
Willis, J. A., Scott, R. S., Darlow, B. A. & Lewy, H. (2002) Seasonality of Birth and Onset of Clinical Disease in Children and Adolescents (0-19 Years) with Type 1 Diabetes Mellitus in Canterbury, New Zealand. Journal of Pediatric Endocrinology and Metabolism, 15(5).
Mortensen, P. et al. (1999). Effects of Family History and Place and Season of Birth on the Risk of Schizophrenia. The New England Journal of Medicine, 340: 603-608.