En este artículo conoceremos qué es la memoria, cuáles son sus funciones y qué tipos hay -incluyendo la memoria a corto y largo plazo, entre otras. Además revisaremos los principales trastornos y alteraciones que afectan a la memoria.
¿Qué es la memoria?
La memoria es una de las funciones básicas que utiliza el cerebro humano de manera evolutiva para sobrevivir. Esta facultad especial permite a los seres humanos almacenar información relevante de cualquier tipo así como recuperarla en cualquier momento, entre otros procesos esenciales.
La memoria ha sido desde la aparición del ser humano una facultad esencial para la supervivencia de la especie, como también lo es para casi todas las especies animales del mundo.
La memoria facilita el aprendizaje, la transmisión de conocimiento entre generaciones, el conocimiento general sobre el entorno y también sobre los peligros y amenazas que éste entraña.
La memoria es una de las facultades cognitivas más versátiles y que presentan mayor plasticidad de todas las capacidades del ser humano. Las personas han logrado encontrar a lo largo del tiempo mecanismos y estrategias para mejorar la memoria, así como para sacar el mejor rendimiento de la misma.
Funciones de esta facultad humana esencial
La memoria humana realiza tres tipos de procesos esenciales: la codificación, el almacenamiento y la recuperación de información mnémica.
En cada uno de estos procesos (o fases) intervienen distintas facultades relacionadas con la memoria y, al mismo tiempo, cada una de las tres puede verse interferida por determinados elementos.
A continuación repasamos las características de cada una de las fases que intervienen en el funcionamiento de la memoria.
1. Codificación
La fase de codificación de la memoria consiste en recibir información del medio en que nos encontramos y transformar esa información en un código con el que la memoria pueda operar.
Generalmente el código suele ser verbal (palabras, conceptos, números, letras…) o bien visual, constando en este caso de imágenes, paisajes, figuras o formas.
La fase de codificación, puesto que depende de los sentidos de la persona y de la correcta capacidad de funcionamiento del cerebro, generalmente es falible, es decir, no siempre se hace bien y a veces se producen errores.
2. Almacenamiento
El almacenamiento de la memoria es el proceso por el cual la información codificada en un lenguaje entendible para el cerebro es guardada con el fin de no perderla y utilizarla en el futuro.
Esta información puede guardarse durante horas, días o incluso toda la vida, lo que configura los distintos tipos de recuerdos existentes en la memoria humana.
De nuevo, diferentes elementos pueden interferir en un correcto funcionamiento de la memoria. Las principales circunstancias que pueden afectar a este proceso son el estado de la memoria de la persona, la presencia de contusiones, traumatismos o patologías de cualquier tipo y el envejecimiento neuronal y físico.
3. Recuperación
La recuperación significa, como es lógico, evocar, recordar y volver a procesar la información almacenada previamente.
Los principales problemas a la hora de recordar puede deberse, nuevamente, a la vejez natural de la persona o bien a alguna patología que afecte a la memoria, como la amnesia.
Tipos de memoria dependiendo de sus características
Según la categorización clásica de la memoria encontramos 3 tipos diferentes según su naturaleza y características distintivas, a continuación las repasamos.
1. Memoria sensorial
La memoria sensorial es aquel tipo de memoria que los seres humanos obtenemos a partir de los sentidos físicos. Se trata del proceso más primario de la memoria y es previo a cualquier otro proceso de recuerdo de tipo superior.
La memoria sensorial es el primer paso en el proceso de memorizar acontecimientos y se centra principalmente en los estímulos obtenidos por la vista, el oído, el gusto, el olfato y la propiocepción.
La memoria es un proceso complejo en el que intervienen muchos elementos distintos de nuestro cerebro encargados de procesar una gran cantidad de información proveniente del exterior. La memoria sensorial es la parte de la memoria que recibe los estímulos de nuestro cuerpo físico, es decir, de las sensaciones inmediatas que experimentamos.
2. Memoria a corto plazo
La memoria a corto plazo o memoria de trabajo es aquella que se encarga de procesar los recuerdos necesarios para llevar a cabo tareas justo en el momento en que se encuentra la persona y relativos al entorno inmediato.
Este tipo de memoria es la que se pone en marcha cuando la persona requiere memorizar elementos durante poco tiempo en una gran variedad de escenarios -ya sea durante un juego de mesa, al hacer la compra en el supermercado, realizando un trabajo en equipo o escribiendo una carta.
La memoria a corto plazo es más duradera que la memoria sensorial pero menos que la memoria a largo plazo. Se estima que este tipo de memoria se limita a recordar entre 2 y 7 elementos durante 30 segundos aproximadamente.
3. Memoria a largo plazo
Este tipo de memoria recibe ese nombre porque es la más duradera, y la encargada de recordar cualquier elemento sin apenas límite de cantidad ni de tiempo de almacenamiento.
La memoria a largo plazo es aquella que se encarga de recordar conocimientos emocionalmente relevantes o bien contenidos que han quedado en la mente de la persona por alguna razón.
Algunos ejemplos de recuerdos almacenados en la memoria a largo plazo son el nombre propio y el de los seres queridos, así como la apariencia física, datos de cultura general relativos a la historia o la geografía y conocimientos aprendidos mediante la memorización, como por ejemplo aquellos estudiados durante la infancia.
Dentro de la memoria a largo plazo encontramos la memoria declarativa y la memoria no declarativa. La memoria declarativa hace referencia al conocimiento sobre el mundo y puede codificarse en palabras o números, desde fechas importantes en nuestra vida hasta datos históricos, geográficos o lingüísticos.
Por el contrario, la memoria no declarativa o procedimental no se explicita con códigos verbales sino que es la que necesitamos para hacer cosas, para desarrollar actividades o para usar conocimientos prácticos.
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