Cuando escuchamos la palabra marisco, inmediatamente se nos vienen a la cabeza fechas señaladas como la Navidad. Sin embargo, su consumo también tiende a darse en las costas del país durante los meses de verano.
A grandes rasgos, la época idónea para consumir marisco se da entre los meses de septiembre a abril. O dicho de otra forma, todos los meses que contengan la letra "R". Este dato es importante tenerlo en cuenta, ya que los productos presentan una mayor calidad.
Si echamos un vistazo a toda la variedad de mariscos, nos encontraremos con uno especialmente interesante. Aunque se puede consumir en cualquier época del año, lo más habitual es hacerlo con la llegada del frío. Por desgracia, a diferencia de las gambas o los mejillones, este marisco es uno de los grandes olvidados...
El marisco que gran parte de España no conoce o ha olvidado
Hablamos de un tipo de marisco muy típico de la Costa Tropical, localizada en Granada, más concretamente en Motril. Hablamos de la quisquilla, un crustáceo omnívoro, que se alimenta de materia orgánica en descomposición. Se reproduce entre los meses de noviembre y junio, aunque son fértiles todo el año.
Ya se consumían en la época de los romanos, y su origen proviene de las aguas templadas con fondo rocoso. Aunque su pesca se realiza en todo el Mar Mediterráneo, también está presente en el mar Caspio, Negro y Cantábrico.
Presentan un ciclo vital de año y medio, y su tamaño en la madurez se sitúa entre 5 y 15 centímetros. Las artes de pesca que se utilizan para capturar este marisco son las nasas, la pesca de arrastre y reteles. No obstante, en cada comunidad autónoma existe una legislación respecto a la captura de la quisquilla.
Este marisco está muy relacionado con el camarón, y no son pocas las personas que llegan a confundir alas dos especies. Sin embargo, su textura y sabor son mediterráneos (a diferencia del camarón, que es gallego).
Su carne es muy sabrosa y también gelatinosa, pero tiene un sabor más delicado que el resto de crustáceos. Su cuerpo comprimido de abdomen grueso y musculoso te puede dar una pista, ¿sabes ya de que marisco se trata?
La quisquilla, un tesoro mediterráneo olvidado
¡Así es! La quisquilla es un marisco muy presente y querido en la gastronomía de Motril. Aunque tiene un tamaño pequeño y morfológicamente se puede parecer a los camarones, presenta algunas diferencias, como el tamaño y el color.
Mientras que los camarones son más grandes y al ser cocinados se tornan de un color rojizo, la quisquilla es algo más pequeña y se mantiene blanca y/o rosada. Además tiene un sabor muy suave, lo cual la hace única. Su precio también es más asequible que el de otros mariscos, por lo que es adecuado para cualquier bolsillo.
Los valores nutritivos de un marisco único
La quisquilla presenta unos niveles muy bajos de grasas y muy altos de proteínas. Lo que más podemos destacar de este marisco es su aporte en minerales, pues resulta muy beneficioso para nuestro organismo.
Se trata de un alimento que contiene grandes cantidades de sodio, fósforo y yodo. Este último resulta indispensable para el correcto funcionamiento de nuestro metabolismo, pues nuestro cuerpo necesita yodo para producir hormonas tiroideas.
Pero los otros dos minerales también son importantes. Gracias a su contenido en sodio, este alimento nos aporta energía y es algo indispensable para el funcionamiento del sistema nervioso. Por otra parte, su contenido en fósforo también nos ayuda a mantener nuestros huesos y dientes fuertes y sanos.
Como ves es una opción muy rica y saludable, sobre todo si queremos aprovecharla en verano. Su aporte energético apenas llega a 75 kcal por cada 100 gramos, y además contiene una gran cantidad de agua. Eso sí, también presenta una elevada cantidad de colesterol, con lo cual no es recomendable para personas que tengan los niveles altos.
¿Cómo se consume la quisquilla de Motril?
Si estas vacaciones te animas a ir de tapas y quieres consumir este marisco, puedes hacerlo de muchas maneras. La forma más habitual de consumirla en Motril son fritas, acompañadas también con algunas tapas o aceitunas para que se contraste el sabor y el punto de acidez.