Pasar la ITV es uno de los momentos que temen la mayoría de los conductores en España. Con un parque móvil cada vez más antiguo, es frecuente que la inspección no siempre salga de forma favorable.
Sin embargo, aún hay algunos conductores que lo pueden pasar todavía peor. Es el caso, por ejemplo, de aquellos que cuentan con un vehículo matriculado después de 2008. La razón es que deben estar atentos a un elemento en especial.
A pesar de que son varios los elementos que siempre hay que revisar para cerciorarnos de que nuestro coche es seguro y de que, por tanto, pasará la ITV, hay uno que afecta en específico a este tipo de vehículos. Conocerlo será esencial para no llevarse sorpresas.
La ITV, una prueba obligatoria
La Inspección Técnica de Vehículos, más conocida como ITV por sus siglas, es una prueba que todos los vehículos están obligados a pasar. Para aquellos coches que tienen más de 10 años, la inspección se debe pasar de forma anual.
Los vehículos que tengan menos de 10 años, por su parte, la tendrán que pasar cada dos años. Además, en la misma, se valoran todos los aspectos del vehículo. Es decir, desde las luces y la carrocería, hasta la suspensión o el mantenimiento.
Qué sucede si tu coche está matriculado después de 2008
Sin embargo, existe un inconveniente específico que los coches matriculados después de 2008 deben tener en cuenta. Estos vehículos no deben acudir a la prueba, bajo ningún concepto, con el testigo MIL o fallo de motor encendido.
Este testigo se ubica en el cuadro de mandos que se encuentra detrás del volante. Y, cuando se enciende en estos vehículos, está calificado como un fallo grave. Es decir, el resultado de la ITV será desfavorable.
Sin embargo, la solución es más sencilla de lo que piensas. Solo tienes que comprobar esto antes de ir a la inspección. Si ves que el indicador está encendido, se apagará después del chequeo del sistema.
Qué elementos debes revisar antes de la prueba
Por otro lado, el resto de los vehículos, y también los matriculados a partir de 2008, deben tener otros elementos en perfecto estado. En la ITV se revisarán, por ejemplo, las luces y todas ellas deben funcionar de forma perfecta para no suponer un peligro.
Los neumáticos, por su parte, también deben encontrarse en perfecto estado de conservación, al igual que la suspensión, donde entran elementos como los discos o la amortiguación, entre otros.
Por otra parte, los frenos también se verifican, así como la carrocería y los bajos del vehículo. Esto se hace para comprobar que no exista oxidación o corrosión. Las puertas y los limpiaparabrisas también deben estar en perfecto estado.
Asimismo, en la prueba se observa el índice de emisiones contaminantes para controlar que están en los niveles que deben. El motor, por último, también es revisado para comprobar que no hay pérdidas de aceite, entre otros problemas.
Sanciones por no pasar la ITV
A pesar de que la ITV es una de las pruebas más temidas por muchos de los conductores, al ser obligatoria, todos deben pasarla cuando toque. No hacerlo, de hecho, puede conllevar sanciones que no todos conocen.
En el caso de llevar la ITV caducada o si esta es desfavorable, la multa será de 200 euros. Si la ITV es desfavorable y se coge el coche, ascenderá a 500 euros. Además, si la ITV sí ha sido favorable, pero se te olvida colocar la pegatina, la multa será de 80 euros.
En último lugar, si circulas con una pegatina de ITV favorable en un coche que en realidad no la ha superado, se considera como un delito de uso de certificación falsa. En este caso, la sanción ascenderá a 720 euros.