El coche es el medio de transporte más utilizado en los traslados vacacionales, pues se emplea tanto para llegar al lugar de vacaciones, como para pequeños desplazamientos en el destino.
Salir de vacaciones en coche, frente a otras formas de viajar, tiene ciertas ventajas. Nos permite trazar un recorrido propio sin estar sujetos a horarios y se puede llevar más equipaje; sin embargo, la conducción exige concentración en esta tarea, lo que puede provocar fatiga.
Además, la seguridad del conductor y de los acompañantes depende tanto de la precaución y la prudencia de aquel, como de las buenas condiciones del vehículo. Por ello, antes de emprender un largo viaje se deben comprobar varios aspectos del automóvil para garantizar el buen desarrollo del mismo.
Antes de salir, revisa el estado del vehículo
La presión
Debemos cerciorarnos de que la presión de las ruedas se corresponde con la recomendada por el fabricante del vehículo. Además, el estado de los neumáticos es fundamental: deben tener el dibujo bien marcado. Es conveniente cambiarlos con cierta periodicidad (cada 40.000 Km cuando se conduce en ciudad y cada 80.000 Km sí se circula preferentemente por carretera)
Los frenos y la batería
Los frenos son otro punto vital del coche que debe ser revisado, así como el nivel del líquido de frenos. La batería también debe estar en perfecto estado. De no ser así, el coche podría dar fallos al arrancar. Por otra parte, hay que controlar los niveles de aceite y de agua, así como los filtros correspondientes.
Funcionamiento interno
Revisar el funcionamiento y reglaje de las luces y llevar siempre repuestos. No pasar por alto el estado de la correa del ventilador. Su rotura es una avería que se da con bastante frecuencia. Debemos vigilar el estado de los limpiaparabrisas y de los amortiguadores, de estos últimos depende gran parte de la seguridad y la comodidad de los pasajeros.
A la hora de planificar el viaje
Los horarios y las rutas
Evitemos salir a carretera los días y horas que se prevea mayor volumen de vehículos. Es conveniente trazar una ruta y procurar seguirla durante todo el viaje.
El equipaje
En la medida de lo posible todo el equipaje debe ir en el maletero. Si metemos algún bulto en el habitáculo del coche, intentemos que vaya bien sujeto y que, por supuesto, no impida la visibilidad ni la libertad de movimientos del conductor.
Los miembros de la familia a bordo
Los niños deben ocupar siempre los asientos traseros y los menores según su estatura deberán viajar en las sillas homologadas que establece la normativa.
Intentemos no sobrecargar el vehículo, pues consumirá más combustible. Si situamos parte del equipaje en una baca sobre el coche, debemos intentar favorecer la aerodinámica del mismo. Retírala en cuanto no nos sea necesaria, pues, al oponer resistencia a la marcha del vehículo, aumenta también el consumo de carburante.
Las ventanas
No debemos viajar con las ventanillas abiertas, ya que al igual que ocurre con la baca, opone resistencia y aumenta el gasto de combustible. Tampoco se debe abusar del aire acondicionado.
El conductor del vehículo
Antes de ponerte al volante debes descansar todo lo que necesites. Para evitar que el cansancio aparezca durante el trayecto, es conveniente hacer paradas cada dos o tres horas, estirar las piernas, refrescarse y comer algo ligero. Además, no debes conducir en estado de estrés o ansiedad y sobre todo, antes y durante el viaje no debes ingerir alcohol ni comer en exceso.
Por otra parte, debes usar el cinturón de seguridad e invitar a los pasajeros a que se lo pongan y respetar los límites de velocidad y las indicaciones de la vía.
Si estás tomando algún medicamento que produce somnolencia, debes comentárselo al médico para que te diga qué se debe hacer durante el viaje. Sí no sabes si el medicamento que toma provoca sueño, lee el prospecto.
Debe consultar antes de salir el estado de las carreteras llamando a los servicios de la Dirección General de Tráfico (DGT) o consultando su página web.
Por último, no debes utilizar el teléfono móvil mientras conduces.
No olvide los papeles
Siempre que viajemos en coche debemos llevar con nosotros el permiso (carné) de conducir, que tiene que estar vigente. Si no lo llevamos o está caducado y nos es requerido, tendremos que hacer frente a una multa. Tampoco podemos dejar atrás la tarjeta de inspección técnica. En ella se reseña que el vehículo reúne las condiciones técnicas para circular.
Si nuestro vehículo ha pasado la ITV, debe exhibir en la esquina superior izquierda del parabrisas la correspondiente pegatina, que tiene que ser perfectamente visible desde el exterior.
También debemos llevar en el coche el último recibo pagado del Seguro Obligatorio de Vehículos. Con este seguro se cubre la responsabilidad civil por los daños materiales y personales que se pueda causar circulando. El recibo pagado del Impuesto Municipal de Circulación, completa la documentación obligatoria que se debe portar siempre en el vehículo.