En apenas tres semanas, el 27 de marzo, el cambio horario de verano será un hecho en la Unión Europea. Los relojes deberán adelantarse una hora para entrar en el horario de verano, por lo que esa noche dormiremos una hora menos.
Cuando lleguen las 2:00 de la madrugada, se tendrán que colocar las agujas del reloj en las 3:00. La modificación horaria de primavera será efectiva en todos los países de la Unión Europea (UE), con el objetivo de ajustar la jornada laboral a las horas de luz natural. A partir del domingo 27 de marzo, amanecerá y anochecerá más tarde hasta otoño.
Una de las razones que avalan el cambio horario es que se considera que el ahorro energético potencial es de un 5% en España, unos 300 millones de euros. De esta cifra, 90 corresponderían al consumo doméstico y el resto, a la industria o a la iluminación de edificios de servicios.
¿Qué día tendremos que cambiar la hora?
El cambio al horario de verano tiene lugar en España la madrugada del último domingo de marzo, que este año cae en 27. Así, se mantendrá el horario de invierno durante casi todo el mes.
Sobre los efectos que provoca el cambio horario es que amanecerá y anochecerá una hora después, y habrá más tiempo de luz solar por las tardes. Algo que beneficiará y mucho a los negocios hosteleros, después de dos años muy duros de restricciones por culpa de la pandemia.
Efectos del cambio de hora en nuestra salud
El cambio al horario de verano suele provocar insomnio, somnolencia, irritabilidad o mareos, especialmente en niños y ancianos. Además, dichas secuelas pueden verse agravadas por el confinamiento.
Sí está demostrado que la alteración del sueño se produce por el cambio de hora, ya que el horario de trabajo sigue siendo el mismo aunque se haya dormido una hora menos. Esta modificación de la rutina provoca un efecto parecido al del jet-lag, o un aumento de migrañas.
Esto puede generar, según una investigación realizada por científicos españoles, un crecimiento de la mortalidad en las carreteras de 1,5 muertes al año. Las razones son claras: la fatiga por la suma de una hora de sueño.
Con el cambio horario, se altera el sueño y crece el número de infartos
Otra consecuencia de la alteración del sueño sería una subida del número de infartos agudos del miocardio, entre el 4% y 29%. La tasa de ataques cardiacos durante los primeros tres días de la semana tras el cambio al horario de verano crece un 5%, apunta el 'European Review for Medical and Pharmacological Sciences'.
Eso sí, estos efectos no serán los mismos de otros años por la limitación de la libertad de circulación fijada por la pandemia del covid.
Así las cosas, además del ser humano, se estudian también los problemas que pueden afectar a los animales, especialmente los de granja. El cambio horario modifica las horas de alimentación, como en los cerdos, causándoles cierta ansiedad. También cambia las horas de ordeñar a las vacas, lo que genera pérdidas en el total de litros obtenidos en ese día.
En España, el primer cambio horario llegó en 1974
El cambio de hora comenzó allá por la década de los 70, coincidiendo con la primera crisis del petróleo. Y es que algunos países tomaron la decisión de adelantar la hora para aprovechar mejor la luz del sol y consumir menos electricidad. En el caso de España, el primer cambio horario llegó en 1974.
Además, en 1980, la CEE, de la que España aún no formaba parte, ejecutó la primera directiva para poner orden sobre este asunto en los diferentes países.
Por otro lado, sobre el final del cambio de hora, la CE se había fijado el objetivo de poner fin a los cambios en 2019, pero se ejecutó. Y el Parlamento Europeo propuso que el último año con cambio de hora fuera 2021, y tampoco ha sido así.