Si hay algo que caracteriza a nuestro país, además del folclore o la paella, es sin lugar a dudas el famoso Karlos Arguiñano. El cocinero más querido de toda la televisión nos trae una receta que, una vez probemos, no nos dejará indiferentes.
Dicha receta puede no ser la más apreciada por la gente, desde luego. A pesar de que algunos preferirían cambiarla por otra, es importante saber que si se emplean los trucos que desvelaremos a continuación, podemos conseguir deleitar a nuestro paladar.
Los callos a la madrileña de Karlos Arguiñano: Son una delicatessen
Uno de los platos más emblemáticos de la gastronomía madrileña es sin lugar a duda los callos a la madrileña. Esta receta, que cuenta con un origen tradicional, es muy apreciada en toda la capital del país (e incluso fuera de ella).
Se trata de un plato en el que la cuchara, el tenedor y la servilleta no pueden faltar. Además, si decidimos acompañarlo con pan, mejor que mejor. Su preparación puede variar dependiendo de cómo se cocinen, aunque la opción que nos trae Karlos Arguiñano es realmente increíble.
Así pues, la receta del cocinero está diseñada partiendo de la base de cuatro comensales. Para elaborarla necesitaremos los siguientes ingredientes: 1 kg de callos de ternera, una pata de ternera, dos cebollas, una cabeza de ajos, un hueso de jamón, chorizo y morcilla asturiana.
También tendremos que tener a mano una cucharada de harina, aceita de oliva virgen extra, una guindilla, pimentón picante, pimentón dulce, hebras de azafrán, sal y laurel. Cuando tengamos todos los ingredientes listos, pasamos a la acción.
Primero tenemos que lavar los callos, los añadiremos en una olla junto con la pata de ternera y el hueso de jamón. Una vez tengamos estos tres ingredientes, lo sazonamos. A continuación añadimos una cebolla, la cabeza de ajos, el laurel, la guindilla y el azafrán.
Colocados todos los ingredientes, tapamos la olla y dejamos un tiempo de cocción de 40 o 45 minutos. Transcurrido este tiempo, debemos dejar los callos con una parte del caldo. Procedemos a retirar la carne de la pata y la guardamos para después.
Cogemos la otra cebolla, la picamos en dados y la añadimos a la sartén con un chorrito de aceite. Después, añadimos también el chorizo y la morcilla, y cuando estén listas la harina.
Empezamos a cocinar en la sartén, y procedemos también a añadir el pimentón dulce y picante. Una vez tengamos listo este sofrito, es momento de colocarlo en la olla y añadir la carne de la pata.
Colocamos la tapa y volvemos a dejar que se cocine todo durante dos minutos. Transcurrido este tiempo, es momento de servir el plato en una cazuela de barro y... ¡Listo! Ya podremos disfrutar de nuestros callos a la madrileña.
Aspectos a tener en cuenta
Si bien es cierto que esta receta puede ser un verdadero manjar para disfrutar, no está de más tener en consideración cuál es su valor nutricional. En este sentido, los callos a la madrileña de Arguiñano son ricos en proteínas, vitaminas y minerales.
No obstante, conviene no abusar de su ingesta. La otra cara de la moneda también nos recuerda que esta receta, además de estar riquísima, también puede aumentar el colesterol en la sangre (debido a sus grasas).
Algunos ingredientes de ella, como el chorizo o la morcilla, tienen un alto valor calórico y pueden ser difíciles de digerir. Por ello, también es posible sustituir estos alimentos y optar por otros más ligeros y sanos como las hortalizas.
En cualquier caso, como dice el refrán... ¡Una vez al año no hace daño! Por lo tanto, sea cual sea el ingrediente que escojas, no te olvides de disfrutar realmente del plato. Merece la pena.