Con el desarrollo de la última crisis económica, la necesidad de ahorrar se ha erigido como una de las principales preocupaciones de personas y familias, las cuales buscan en todas partes trucos y consejos para manejar la economía familiar de la forma más eficaz posible. A raíz de esto salieron a la luz infinidad de guías que pretendían ayudar a las personas a administrar mejor su dinero.
Uno de ellos es Kakebo, una especie de diario para la economía doméstica creado en Japón en el siglo XX, pero que ha resurgido en la actualidad gracias a que personas como Marie Kondo, gurú de la organización del hogar, han predicado sus bondades y beneficios por todo el mundo.
¿Qué es el método Kakebo?
El concepto japonés “Kakebo” se traduce literalmente como “libro de cuentas para la economía familiar”. Este libro, que fue creado por la periodista japonesa Hani Motoko a finales del siglo XX, es comúnmente utilizado por los japoneses para administrar la economía doméstica de manera eficaz.
Hani Motoko fue la primera periodista mujer reconocida en la historia de Japón. A lo largo de su vida creó la revista femenina más antigua del mundo, que todavía se encuentra en circulación, y fundó una escuela para niñas con el objetivo de mejorar la educación y la independencia de las mujeres japonesas.
Además creó Kakebo, un medio de contabilidad tangible que resultaba ser una combinación de diario para la economía doméstica y de libro de autoreflexión en el que se podían encontrar proverbios, afirmaciones y preguntas que instaban a la persona a recapacitar acerca de sus hábitos de consumo. Todo esto unido suponía una eficaz herramienta para el ahorro.
Según la archiconocida escritora japonesa y consultora de organización Marie Kondo, más que una agenda o diario, el Kakebo es un ejercicio práctico de contabilidad casera en el que anotar las finanzas del hogar (ingresos, gastos, etc.) y que, además, mejora el bienestar psicológico y emocional de la persona, ya que controlar el dinero de manera consciente nos ayuda a mantener el equilibrio y la calma en todas las áreas de la vida.
En resumen, además de ayudarnos a ahorrar dinero, el Kakebo favorece la disminución del estrés que conlleva una mala economía doméstica, siendo muy útil para trabajar la autodisciplina y la conciencia acerca de nuestros hábitos de consumo. Aquellas personas que lo utilicen podrán saber no solo en qué gastan su dinero, sino también por qué no son capaces de ahorrar.
¿Cómo se utiliza?
Gracias a su combinación de diario personal y libro de cuentas, el Kakebo es muy fácil de utilizar. Para comenzar, existen diferentes etapas en las que dividir las finanzas del hogar, registrando los ingresos y los gastos de manera diaria, semanal y mensual.
Finalmente se hace un resumen anual de la economía doméstica y un pequeño cuestionario en el que reflexionar sobre cómo nos comportamos desde el punto de vista financiero.
Otra de las ventajas es que el Kakebo puede comenzarse en cualquier momento de año, si bien es cierto que se ha observado un aumento en las ventas de Kakebos en épocas como después de Navidades o pasadas las vacaciones de verano. A continuación, explicamos paso a paso cómo se utiliza un Kakebo.
1. Anotar ingresos y gastos mensuales
El primer paso a la hora de utilizar un Kakebo es anotar los ingresos y gastos fijos mensuales, así como aquellos que la persona proyecta o estima que va a tener.
Si la persona no sabe a ciencia cierta algunos de estos datos, se recomienda subestimar los ingresos e incrementar los gastos estimados. Una vez anotados, la persona puede dividir la diferencia (es decir, el dinero que se estima que le quedará) en dinero para gastos extras y para metas de ahorro, las cuales establecerá al comenzar el diario.
2. Anotar los gastos durante la semana
En las tablas semanales, la persona puede ir anotando los gastos diarios sobre la marcha. El Kakebo divide los gastos en cuatro categorías diferentes:
Gastos generales: transporte, comida, etc.
Ocio: cenas, viajes, cafés, etc.
Cultura: gastos en cine, libros o actividades que enriquecen intelectualmente.
Extras inesperados: emergencias, reparaciones, regalos, etc.
3. Resumen mensual
Una vez finalizado el mes, la persona debe sumar los gastos para así observar si se ha mantenido fiel a sus objetivos iniciales, analizando si estos eran realistas, si los resultados reflejan sus logros y sus esfuerzos y en qué podría mejorar.
Además, puesto que los gastos se dividen en segmentos, la persona puede ser consciente de en qué categorías gasta más e identificar los posibles puntos débiles.
Finalmente, en las secciones de revisión se encuentran toda una variedad de afirmaciones y reflexiones motivadoras con relación a los hábitos de consumo y al estilo de vida en general.
4. Realizar un informe anual
A lo largo del año, la persona deberá realizar mes a mes los pasos anteriores hasta que, una vez pasados 12 meses, se realiza una especie de informe o feedback anual. Al final del Kakebo hay una plantilla acompañada de las herramientas necesarias para elaborar un gráfico del año financiero.
Además, la persona deberá contestar un cuestionario que le obliga a retroceder a lo largo de todo el año y a reflexionar acerca de sus hábitos y el estado de su economía doméstica.
¿Quién lo necesita y por qué?
Aunque todo el mundo puede utilizarlo, el Kakebo es una herramienta ideal para todas aquellas personas que sientan terror al visitar su cuenta bancaria, que sean incapaces de ahorrar aunque lo intenten y no sepan el porqué, o que simplemente esté planificando algún proyecto vital y necesiten tener bajo control los aspectos económicos de su vida.
Si bien es cierto que la idea de realizar todos los meses un balance económico de nuestra vida puede resultar aterradora, con el tiempo la persona se sentirá mucho más segura de sus gastos y aumentará su sensación de control y de responsabilidad.
Tal y como ya hemos mencionado, el objetivo primordial de un Kakebo no es el de torturar a las personas con cuentas, balances y números, sino el de poner en su lugar el valor de las cosas, favorecer el ahorro y mejorar el estado de la economía doméstica.