Si a tu vehículo le toca pasar la ITV en breves, no te relajes: por un simple detalle podrías quedarte sin superarla. Y no precisamente hablamos de coches veteranos, sino que, en este caso, los más modernos pueden acabar siendo los más perjudicados.
No hay nada que les haga más pereza a los conductores que acudir a la Inspección Técnica de Vehículos (ITV). Sin embargo, se trata de un trámite obligatorio y clave para garantizar una mayor seguridad en las carreteras.
Con esta revisión, se comprueba que todos los elementos del vehículo se encuentran en buen estado: frenos, dirección, neumáticos, luces, suspensión, carrocería... Nada pasa desapercibido ante los ojos de los técnicos. Ahora bien, solo les bastará con fijarse en un simple detalle para denegar automáticamente la homologación del automóvil.
Este es el motivo por el que podrían denegarte la ITV
Estamos hablando del testigo MIL, uno de los indicadores más clave para la revisión del vehículo. Se trata de una especie de “chivato” que se activa cuando detecta un fallo en el sistema motor del coche. Es decir, en caso de ir a pasar la ITV con esta luz encendida, tu coche se quedará a las puertas de superarla, sin excepciones, pues se considera un defecto grave.
Este método de aviso se encuentra integrado en todos los vehículos matriculados a partir de 2008. Como hemos dicho, sirve para advertir de un problema en el motor, no obstante, no se especifica de qué tipo de avería se trata.
Algunos de los fallos más habituales pueden estar relacionados con una mala combustión o refrigeración, el catalizador, la sonda lambda, las bujías, los caudalímetros o el filtro de partículas FAP, entre otros.
Si el testigo se mantiene encendido, algo no va bien
El testigo MIL también es uno de los aspectos que se tienen en cuenta a la hora de pasar la ITV. De hecho, como hemos mencionado, se trata de uno de los puntos decisivos, que puede determinar si tu vehículo supera o no la inspección.
Para comprobar que el testigo funciona correctamente, este debe activarse al poner en marcha el vehículo y apagarse pocos segundos más tarde. De lo contrario, si la luz se mantiene encendida indefinidamente, significa que el sistema ha detectado un fallo en el motor. En este caso, el propietario deberá acudir a un taller para solucionar el problema. Una vez reparado el fallo, el testigo se apagará automáticamente.
Las multas de la ITV: hasta 700 euros
Todos los vehículos están obligados a pasar satisfactoriamente la ITV para ser aptos para la circulación. De no ser así, los propietarios podrían enfrentarse a una considerable sanción. Concretamente, la multa por conducir con la ITV caducada alcanza los 200 euros, con la posibilidad de reducirse a la mitad con prontopago.
Pero esta no es la única infracción sancionable relacionada con la ITV, sino que también destacan 4 más. Una de ellas tiene que ver con la circulación tras intentar pasar la revisión sin éxito: la multa por cometer esta falta es de 200 euros, con opción de prontopago.
Circular tras pasar la ITV como negativa también es motivo de sanción. En este caso, la multa asciende a los 500 euros y no hay la posibilidad de pagar solo la mitad. Así mismo, también se penaliza a los que, tras superar la inspección, no han pegado la nueva pegatina en el parabrisas: esto supone una sanción de 80 euros.
Por último, cabe recordar que está totalmente prohibido circular con una etiqueta de la ITV que no corresponde al vehículo. Este hecho se considera un delito de uso de certificación falsa y la cuantía a pagar será la que considere el Tribunal Supremo. Por ejemplo, en uno de los casos, el juez dictaminó una multa de 720 euros a un conductor por conducir llevando una pegatina errónea.
¿Cuándo se debe acudir a la ITV?
Los coches nuevos deben acudir por primera vez a la revisión técnica, una vez cumplidos los 4 años desde su matriculación. Después de superar dicho intervalo, los vehículos deberán someterse a la ITV cada 2 años, hasta llegar a los 10 años. A partir de ese momento, la revisión se llevará a cabo anualmente.