Comer bien es uno de los grandes placeres de la vida. La gran cantidad y variedad de alimentos que tenemos a nuestro alcance hacen posible que disfrutemos, tanto en casa como fuera de ella, de todo tipo de platos y recetas deliciosos.
Sin embargo, en algunas ocasiones estos momentos de satisfacción pueden acabar en una auténtica pesadilla si los alimentos no se encuentran en buen estado, dando lugar a una intoxicación por alimentos. A lo largo de este artículo hablaremos acerca de qué es una intoxicación alimentaria y cuáles son sus síntomas, causas y tratamiento.
Una intoxicación alimentaria, o intoxicación por alimentos, es una afección que aparece después de que la persona ingiera alimentos contaminados o en mal estado. Existen diversos motivos por los cuales en la comida pueden aparecer organismos infecciosos como bacterias, virus y parásitos, causantes de esta intoxicación.
Estos elementos patógenos suelen habitar en casi todos los alimentos que consumimos; sin embargo, durante el proceso de cocinado mueren y desaparecen antes de llegar al plato, por lo que generalmente la comida que comemos es bastante segura.
Una excepción la constituyen los alimentos que se consumen crudos y que no pasan por un proceso de cocción, lo cual los convierte en fuentes habituales de intoxicación.
En otros casos, los alimentos entran accidentalmente en contacto con organismos contaminantes o presentes en la materia fecal. En la mayoría de casos esto ocurre cuando la persona que prepara la comida no se lava las manos antes de cocinar.
Entre los principales alimentos con mayor probabilidad de contaminación están la carne, los huevos y los productos lácteos, así como el agua, que también puede llegar a contaminarse con agentes patógenos causantes de ciertas enfermedades.
En caso de intoxicación alimentaria, con toda seguridad la persona comenzará a experimentar síntomas al poco tiempo de ingerir los alimentos. Según el origen o la fuente de la infección, los primeros síntomas aparecen a partir de la primera hora tras la ingesta o, en todo caso, dentro de los 28 días siguientes.
Así, por lo general los signos y síntomas de intoxicación alimentaria comienzan a aparecer a las pocas horas de ingerir alimentos contaminados. Las primeras reacciones de nuestro organismo tienen como objetivo expulsar aquello que detecta como potencialmente dañino por lo la persona puede experimentar sensación de náuseas, vómitos y diarreas.
En la gran mayoría de las intoxicaciones por alimentos, los síntomas no son graves y se resuelven sin necesidad de tratamiento y de forma gradual. No obstante, dependiendo de la cantidad ingerida y de los organismos que habitaban la comida puede ser necesaria la atención médica ambulatoria o incluso la hospitalización.
Habitualmente la intoxicación por alimentos de gravedad leve o moderada incluye los siguientes síntomas:
- Calambres abdominales
- Diarrea
- Pérdida de apetito
- Fiebre leve
- Debilidad
- Náuseas y vómitos
- Cefaleas
No obstante, puede darse el caso de que la intoxicación alimentaria sea potencialmente mortal, por lo que si la persona percibe alguno de estos síntomas deberá acudir a un centro de salud u hospital cuanto antes. Los síntomas de intoxicación por alimentos grave son:
- Diarrea durante más de tres días
- Fiebre muy alta
- Problemas de visión
- Dificultad para hablar
- Síntomas de deshidratación severa como boca seca, no orinar o encontrar sangre en la orina
La contaminación de los alimentos puede darse en cualquier momento de la producción y elaboración de estos, tanto en el cultivo y la cosecha como en el procesamiento, el almacenamiento, el envío o la preparación.
La causa más habitual es la contaminación cruzada, por la cual los organismos patógenos o dañinos pasan de una superficie a otra -en este caso, de una superficie u objeto contaminado a la comida.
Por regla general estos organismos se destruyen y mueren durante el proceso de cocción, pero en alimentos crudos o listos para el consumo, como verduras o vegetales para ensalada u otros productos similares, estos organismos no llegan a eliminarse, pudiendo ocasionar una intoxicación alimentaria.
Existen muchos agentes bacterianos, parásitos y virus que pueden infectar la comida y causar una intoxicación por alimentos.
La intoxicación alimentaria por bacterias es, con diferencia, la causa más habitual de intoxicación. Entre las principales bacterias causantes de esta afección se encuentran la salmonella, la listeria y el E.coli.
Aunque la intoxicación alimentaria por parásitos no es tan habitual como la que es causada por bacterias, los agentes parasitarios dispersos en los alimentos pueden llegar a ser muy peligrosos. En estos casos, el parásito de la toxoplasmosis o toxoplasma es el más común.
Estos parásitos suelen encontrarse en las cajas de arena para gatos y, aunque pueden permanecer en el tracto digestivo de las personas durante años sin necesidad de causar ningún síntoma, las personas son un sistema inmune débil o las mujeres embarazadas sí sufren un mayor riesgo de intoxicación.
La última de las posibles causas es la de una intoxicación por alimentos provocada por un virus. Los principales virus que pueden provocar esta afección son el norovirus, el sapovirus, el rotavirus y el astrovirus.
Además el virus de la hepatitis A también puede ser transmitido por alimentos que se encuentran contagiados de esta grave enfermedad.
El tratamiento o intervención en caso de intoxicación por alimentos depende en gran medida de la fuente de la infección, de los síntomas y de la intensidad de estos. En la mayoría de casos, los síntomas de intoxicación suelen remitir en pocos días sin necesidad de tratamiento.
Sin embargo, si debido a las características de la intoxicación es necesario tratamiento éste suele incluir el restablecimiento del equilibrio de fluidos del organismo. Debido a los vómitos y a la diarrea se pierde una gran cantidad de líquidos y minerales, los cuales deben ser reemplazados (incluso por vía intravenosa si es necesario) para prevenir o tratar la deshidratación.
En caso de intoxicación alimentaria provocada por bacterias, puede ser necesaria la administración de medicamentos antibióticos. No obstante, esta opción no es válida en el resto de intoxicaciones y, en algunos casos, puede agravar los síntomas de la intoxicación.