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Una espalda con sarpullido

Impétigo: síntomas y tratamiento de esta infección de la piel

El impétigo es una infección de la piel común en niños causada por la bacteria Streptococcus pyogenes.

El impétigo es una infección bacteriana de la piel  causada por el Streptococcus pyogenes, un tipo de bacteria que afecta al sistema respiratorio, sobre todo cuando hay llagas abiertas en la piel.

En este artículo vamos a describir cuáles son los síntomas en niños y en adultos de esta infección en función del tipo: impétigo contagioso (o vulgar), ampolloso y ectima. Además revisaremos cómo tratar esta infección mediante medicamentos.

Impétigo y Streptococcus pyogenes

La palabra “impétigo”, originaria del latín, se traduce literalmente como “erupción en la piel”. Se trata de una enfermedad de la piel causada por la bacteria Streptococcus pyogenes. En concreto, las cepas de los estreptococos pyogenes del grupo A son las que causan las infecciones a las que nos referimos en el sistema respiratorio.

Cuando hay erosiones, heridas y llagas abiertas en la piel, estas bacterias se introducen en el cuerpo causando una infección. A partir de este punto empiezan a aparecer ampollas con pus en la piel.

Foto de la bacteria Neisseria Meningitidis
El impétigo es una enfermedad infecciosa bacteriana causada por estreptococos | Twitter (@AEV_Vacunas)

La infección de Streptococcus pyogenes puede ser contagiosa si la enfermedad se encuentra activa y se transmiten fluidos corporales, incluida la pus. En cambio, si la persona es portadora de la bacteria pero no manifiesta síntomas no contagiará la infección.

El impétigo es mucho más común en niños que en adultos, en especial entre los que tienen menos de 5 años. En particular, la variante ampollosa de la enfermedad se da de forma casi exclusiva en niños muy pequeños.

La prevalencia de esta enfermedad es mucho más alta en los países y en las poblaciones que no son particularmente ricas, sobre todo si se encuentran en lugares tropicales. Se calcula que afecta a más de 150 millones de niños al año en todo el mundo (Bowen et al., 2015)..

Tipos (y sus síntomas)

Hay tres tipos de impétigo: contagioso o vulgar, ampolloso y ectima. El tipo más común es el primero, por lo que en ocasiones también es conocido como “impétigo vulgar”.

Impétigo contagioso (vulgar)

El impétigo contagioso o vulgar también es conocido como “no ampolloso”. En estos casos el signo más característico es la aparición de llagas con pus en la piel de la nariz y/o de la boca.

Por tanto, en esta variante de la enfermedad se producen síntomas como erosiones y llagas en la piel, pero no las ampollas típicas de la infección por Streptococcus pyogenes.

Foto de una piel muy afectada por la sarna
La erosión y las ampollas en la piel son signos típicos del impétigo | CANVA

 

Impétigo ampolloso (bulloso)

El impétigo ampolloso es casi exclusivo de niños  menores de 2 años. Se caracteriza por la presencia de ampollas llenas de pus que producen picor y que, como en el resto de variantes de la enfermedad, forman costras amarillentas al romperse.

Ectima

El ectima se diagnostica cuando aparecen lesiones típicas de la infección por impétigo en la parte interna de la piel -generalmente en las piernas y en los brazos. Estas causan mucho dolor y las llagas pueden convertirse en cicatrices después de que las ampollas se rompan.

Cómo tratar y prevenir la infección

Por lo general los síntomas de la infección por impétigo se solucionan mediante un  tratamiento con medicamentos antibióticos orales o en crema. El segundo formato de administración es el habitual porque los antibióticos orales resultan más agresivos para el organismo.

Desde la medicina alternativa se ha planteado la posibilidad de tratar infecciones de la piel, incluyendo el impétigo, mediante productos naturales como la miel de abeja; no obstante, las investigaciones disponibles no permiten confirmar estas hipótesis.

Para prevenir el impétigo es importante evitar entrar en contacto con los fluidos corporales de personas infectadas. Compartir platos, vasos, cubiertos o ropa son algunos posibles modos de contagio. Asimismo,  lavarse bien y procurar  no tocarse las llagas reduce el riesgo de contagiar  a otras personas.

Referencias bibliográficas:

  • Bowen, A., Mahe, A, Hay, R., Andrews, R., Steer, A., Tong, S. & Carapetis, J. (2015) The global epidemiology of impetigo: A systematic review of the population prevalence of impetigo and pyoderma. PLOS ONE, 10(8): e0136789.

  • Hartman-Adams, H., Banvard, C. & Jucket, G. (2014). Impetigo: diagnosis and treatment. American Family Physician, 90(4): 229-235.