Las hormonas de nuestro cuerpo regulan prácticamente todas las funciones y tareas que este lleva a cabo para funcionar con normalidad y, además, tienen incluso el poder de regular aspectos psicológicos y cognitivos como nuestro estado de ánimo, nuestra atención o la sensación de cansancio.
Unas de las principales encargadas de regular nuestro metabolismo son las hormonas tiroideas, por lo que un exceso en su producción puede provocar todo un abanico de síntomas y alteraciones físicas. En el este artículo hablaremos sobre qué es el hipertiroidismo, sus síntomas, causas y tratamiento, y en qué se diferencia del hipotiroidismo.
El hipertiroidismo es una afección del sistema endocrino en la que se produce una secreción excesiva de hormona tiroidea debido a un aumento anormal en el funcionamiento de las glándulas tiroides.
Esta glándula ubicada en la garganta, justo debajo de la nuez de Adán, está formada por dos lóbulos y se encarga de regular el metabolismo del cuerpo y la sensibilidad del organismo a otras hormonas. Para ello produce dos tipos de hormonas primarias: tetrayodotironina (T4) y triyodotironina (T3). Hormonas que controlan la forma en la que las células utilizan la energía del cuerpo.
A pesar de que los signos y síntomas del hipertiroidismo pueden variar entre las personas, en la mayoría de casos incluyen aumento del ritmo cardíaco, irritabilidad, problemas para dormir, debilidad muscular, intolerancia al calor y pérdida de peso. Todos ellos son causados por un aumento excesivo del metabolismo corporal.
En contadas ocasiones, puede complicarse y acarrear una crisis tiroidea. Esta eventualidad es una especie de infección que provoca un empeoramiento de los síntomas de la enfermedad, acompañado de sensación de confusión, fiebre muy alta y, bastante a menudo, puede acabar con la muerte del paciente.
El hipertiroidismo puede estar causado por una gran variedad de afecciones físicas o enfermedades, como la enfermedad de Graves o un tumor en la glándula pituitaria y el tratamiento dependerá en gran medida de estas causas y del estado de gravedad del paciente.
Finalmente, según datos epidemiológicos, esta afección ocurre más a menudo en mujeres que en hombres, concretamente, entre dos y diez veces más. Los primeros síntomas suelen aparecer entre los 20 y los 50 y se ha constituido como un de las enfermedades más comunes entre las personas mayores de 60 años.
¿Cuáles son sus síntomas?
Una de las características distintivas del hipertiroidismo es que puede simular otros problemas de salud, cosa que pueden suponer una dificultad a la hora de acertar con el diagnóstico.
Esta enfermedad puede provocar una gran cantidad de signos y síntomas, siendo el signo más distintivo la aparición del bocio en la garganta. El bocio es una hinchazón que puede aparecer en la base del cuello, debido a la inflamación de las glándulas tiroides y es un síntoma que se comparte también con el hipotiroidismo.
Los síntomas y signos principales del hipertiroidismo son:
Pérdida repentina de peso y disminución del apetito
Taquicardia o ritmo cardíaco rápido
Arritmia o latidos cardíacos irregulares
Palpitaciones o latidos cardíacos fuertes
Ansiedad y sensación de nerviosismo
Irritabilidad
Temblores en manos y dedos
Aumento de la sudoración
Alteraciones en el ciclo menstrual
Incremento de la sensibilidad al calor
Aumento de los movimientos intestinales
Bocio
Sensación de cansancio y fatiga
Debilidad muscular
Pelo fino y quebradizo
Aunque ambas son enfermedades del sistema endocrino que provocan una inflamación de las tiroides y la consecuente alteración del funcionamiento de estas, a diferencia del hipertiroidismo, el hipotiroidismo se distingue por una disminución de la actividad de las tiroides.
Como consecuencia, disminuyen los niveles de hormonas tiroides liberadas en el plasma sanguíneo. Si bien es cierto que ambas condiciones presentan algunos síntomas similares como el bocio y la sensación de cansancio, en el hipotiroidismo se desencadenan síntomas opuestos como el aumento de peso, la baja tolerancia al frío y los síntomas de depresión.
¿Cuáles son las causas del hipertiroidismo?
Tal y como se menciona al inicio del artículo, son varias las enfermedades o condiciones de salud que pueden causar hipertiroidismo. En muchos casos, este es un síntoma provocado por una enfermedad subyacente conocida como enfermedad de Graves.
La enfermedad de Graves es un trastorno autoinmune en la se desencadena un aumento en la producción de anticuerpos que ejercen un efecto hiperestimulante en la glándula tiroides, la cual aumenta la producción de hormonas T3 y T4, causando los síntomas anteriormente descritos.
No obstante, existen otras afecciones que pueden provocar este incremento en el funcionamiento de la tiroides. Las causas del hipertiroidismo pueden ser:
Niveles excesivos de yodo
Tiroiditis o inflamación de la tiroides
Tumores en ovarios o testículos
Tumores benignos en la tiroides o en la glándula pituitaria
Aumento de los niveles de T4 debido al consumo de algunos suplementos dietéticos o medicamentos
La investigación médica y farmacológica ha conseguido desarrollar diferentes tratamientos o intervenciones para el hipertiroidismo. La elección de uno de ellos depende de varios factores tales como la edad, el estado de salud del paciente, la causa del hipertiroidismo, la gravedad del trastorno y, en última instancia, las preferencias personales de quien lo padece.
Los principales tratamientos del hipertiroidismo son:
Administrado por vía oral, el yodo radiactivo es absorbido por la glándula tiroides, causando una disminución en el tamaño de esta. Como consecuencia, bajan los niveles de hormonas tiroideas y se alivian los síntomas de la enfermedad a lo largo de los 3-6 meses siguientes.
Las medicaciones antitiroideas reducen los síntomas del hipertiroidismo de manera gradual al evitar que la glándula tiroides produzca cantidades excesivas de hormonas. Los fármacos antitiroideos más utilizados son el metimazol y el propiltiouracilo.
Aunque los betabloqueantes no reducen la inflamación y los niveles de hormonas tiroideas por sí mismos, en el hipertiroidismo, son utilizados para tratar la presión arterial alta, reducir la frecuencia cardíaca y prevenir las palpitaciones.
Este tipo de tratamiento farmacológico, es habitualmente administrado con el objetivo de que la persona se sienta algo mejor hasta que los niveles de T3 y T4 vuelvan poco a poco a la normalidad y disminuyan el resto de síntomas asociados.
En el caso de que los tratamientos anteriores no funcionen o no puedan ser administrados debido a las condiciones de salud de la persona, se puede recurrir a una cirugía conocida como tiroidectomía.
Mediante la tiroidectomía, se extirpa la mayor parte de la glándula tiroides. Las principales desventajas de esta opción es que, durante la intervención, pueden dañarse las cuerdas vocales y las glándulas paratiroides. Además, debido a que el organismo ya no producirá hormonas tiroideas, el paciente necesitará tratamiento con hormonas tiroideas sintéticas (levotiroxina) durante el resto de su vida.
Referencias bibliográficas
Devereaux, D. & Tewelde, S. Z. (2014). Hyperthyroidism and thyrotoxicosis. Emergency Medicine Clinics of North America, 32(2): 277–292.