Hoy en día mucha gente decide guardar dinero en efectivo en su casa, llegando en ocasiones a acumular cantidades elevadas. Sin embargo, de cara a Hacienda hay un par de operaciones que pueden delatar al ciudadano e incluso crearle un problema.
En cualquier caso es preciso aclarar que tener dinero 'bajo el colchón' no implica ningún tipo de irregularidad. Se da a entender que aquellas personas que lo reúnen es porque lo han obtenido de manera lícita. Y así lo tienen más a manos para hacer uso de él cuando les toque afrontar algún tipo de imprevisto.
A la Agencia Tributaria le es indiferente que se guarde el dinero en la cuenta corriente del banco o en el domicilio. Lo único que les preocupa es que cualquier movimiento que se efectúe con él se haga conforme a la ley.
En muchas ocasiones suele vincularse esas cantidades de efectivo que se guardan en casa con actividades delictivas. Entre ellas el fraude fiscal, el blanqueo de capitales, financiación de terrorismo o economía sumergida.
De ahí que hace un par de años se rebajara el límite de pagos en metálico. Pasó de 2.500 euros a 1.000, afectando este tipo de operaciones sobre todo a los profesionales
¿Cuándo sospecha Hacienda de nosotros?
Hacienda siempre permanece muy atenta a todos los movimientos que efectúan los ciudadanos. Pero hay ciertas operaciones que hacen saltar todas las alarmas. En concreto existen dos casos en los que ponen el foco.
En primer lugar cuando se produce una entrada o salida de efectivo de 3.000 euros o más. El otro hace referencia a los movimientos en los que se empleen billetes de 500 euros.
En el caso de que una entidad financiera realice una operación de estas características, dicha información llegará al organismo tributario. No implica que Hacienda actúe de oficio en todas las situaciones, aunque sí que puede abrir una investigación cuando considere oportuno.
Debe comprobar si existen sospechas o indicios de actividades delictivas. Por lo tanto, aquel contribuyente que no tenga nada que esconder porque esté actuando correctamente no debe preocuparse por nada.
Los bancos tienen la obligación de hacerle llegar a la Agencia Tributaria todos los datos que se encuadren en los parámetros mencionados. El artículo 93 de la Ley General Tributaria así lo contempla.
En él se especifica que las entidades deben proporcionar "toda clase de datos, informes, antecedentes y justificantes con trascendencia tributaria". Además deben estar vinculados con "el cumplimiento de sus propias obligaciones tributarias o deducidos de sus relaciones económicas, profesionales o financieras".
Cómo evitar los problemas con Hacienda
El control de Hacienda puede considerarse de rutinario, así que tampoco hay que alarmarse. Aquellos que tengan acumulado varios miles de euros en su casa no tendrán motivos para preocuparse si lo han obtenido de manera legal. Para protegerse de cualquier posible sanción en este sentido, lo conveniente sería declararlo todo por medio de la declaración de la Renta.
Hay que informar debidamente de la procedencia del mismo. Por lo general tendrá su origen en rendimientos del trabajo, como pueden ser salarios, pensiones o comisiones de la empresa. La otra posibilidad que se contempla es que derive de rendimientos de capital mobiliario o inmobiliario.
Por lo general, todo ese dinero que tengamos 'bajo el colchón' habrá pasado previamente por el banco. Cualquier nómina o renta que se cobre suele ingresarse en una cuenta corriente, o al menos será lo más común.
Hoy en día resulta poco habitual que este tipo de pagos se efectúe en mano. Al seguir este proceso resultará más fácil que nos puedan controlar y por tanto también habrá menos riesgo de levantar sospechas por posibles irregularidades.