Existen afecciones físicas que suelen afectar exclusivamente, o en mucha mayor proporción, a hombres o a mujeres. El motivo es que, por lo general, estas enfermedades o condiciones de salud suelen poseer una causa hormonal, pero no siempre tiene porqué ser así.
Un ejemplo puede ser el caso de la ginecomastia. Una afección del sistema endocrino predominantemente masculina. En este artículo hablaremos acerca de qué es la ginecomastia, qué síntomas la acompañan y cuáles son las causas y tratamientos existentes.
La ginecomastia es un desorden masculino del sistema endocrino en la que se produce una hinchazón del tejido mamario provocado por un desequilibrio hormonal. Concretamente por una alteración en los niveles de estrógenos y testosterona.
Esta afección puede afectar tanto a uno como a ambos senos y, en muchas ocasiones, de manera desigual y, aunque por sí mismo no resulta un problema de gravedad, puede aparecer dolor en los senos. Además de que, psicológicamente, puede resultar difícil hacer frente a la enfermedad, lo que implica sentimientos de vergüenza y disminución de la autoestima.
Aunque existen diversas causas que pueden provocar este desequilibrio hormonal, la ginecomastia puede aparecer con más probabilidad en recién nacidos, chicos que se encuentran en la etapa de la pubertad y hombres mayores, ya que en todas estas etapas de la vida son habituales los cambios en los niveles hormonales.
En ciertos casos, la ginecomastia y los síntomas que la acompañan pueden desaparecer por sí solos pero en el caso contrario los tratamientos de primera línea suelen incluir terapia farmacológica con tamoxifeno o intervenciones quirúrgicas.
Aunque pueda resultar sorprendente, ya que la mayoría de hombres afectados llevan esta condición con suma discreción, la ginecomastia es una afección muy común, llegando a afectar hasta a un 70% de los chicos adolescentes.
Tanto este segmento de la población como los recién nacidos a menudo desarrollan ginecomastia temporal debido, respectivamente, al efecto de las hormonas maternas y a los cambios hormonales propios de la etapa de la pubertad.
Tal y como se menciona en el punto anterior, el síntoma principal de la ginecomastia es el aumento de tamaño de uno o ambos senos del hombre. Este aumento se caracteriza por desarrollar un tejido torácico subcutáneo suave y móvil por debajo de la areola del pezón que, al tacto, puede diferenciarse del tejido adiposo, mucho más blando.
Este síntoma puede acompañarse de un incremento en el diámetro de la areola así como de una asimetría en el tejido del tórax. Aunque no es lo habitual, cuando la ginecomastia aparece como una consecuencia de una cáncer de mama masculino, puede darse la secreción de una sustancia lechosa por el pezón, también conocido como galactorrea.
Finalmente, además de los síntomas físicos, la ginecomastia puede suponer un fuerte impacto psicológico para el hombre, el cual puede desarrollar síntomas psicológicos asociados a estados de estrés y ansiedad, sentimientos de vergüenza, baja autoestima y preocupaciones constantes sobre la posibilidad de tener cáncer de mama.
La ginecomastia es una consecuencia de disminución drástica de los niveles hormonales de la testosterona, en comparación con los niveles de estrógenos naturalmente presentes en el hombre.
Existen varias causas que pueden bloquear los efectos de la testosterona, disminuir los niveles de esta o aumentar los del los estrógenos. Las principales causas de la ginecomastia son:
Tanto los estrógenos como la testosterona son hormonas que se encargan de regular y controlar el desarrollo y mantenimiento de las características sexuales en hombres y en mujeres. Mientras que la testosterona controla principalmente los rasgos masculinos como la masa muscular y el vello corporal, el estrógeno regula los rasgos femeninos, incluyendo el crecimiento de los senos.
A diferencia de lo que mucha gente piensa, los estrógenos no son una hormona exclusivamente femenina, igual que la testosterona no se encuentra solo en los hombres, las dos se producen en ambos sexos solo que en diferentes cantidades.
Sin embargo, en la ginecomastia, los estrógenos masculinos son anormalmente altos o se encuentran muy descompensados en comparación con la testosterona. Estos desequilibrios suelen darse con mayor intensidad en tres etapas de la vida: nacimiento, pubertad, adultez tardía.
Existen una serie de medicamentos que pueden causar ginecomastia. Estos son:
Antiandrógenos
Esteroides anabólicos y andrógenos
Tratamientos farmacológicos para el SIDA
Ansiolíticos
Antidepresivos tricíclicos
Antibióticos
Fármacos para las úlceras
Quimioterapia
Fármacos para afecciones cardíacas
Medicamentos para la motilidad gástrica
Algunas drogas así como el alcoholismo pueden provocar ginecomastia debido a la acción que ejercen sobre los niveles hormonales. Entre las sustancias de abuso que pueden causar esta afección se incluyen: alcohol, anfetaminas, marihuana, heroína, metadona.
Son varias las enfermedades o condiciones de salud que pueden causar ginecomastia en hombres. Entre las principales se incluyen: hipogonadismo, tumores , hipertiroidismo, cirrosis e insuficiencia hepática, desnutrición y hambre.
Aunque no es habitual, los aceites esenciales extraídos a base de algunas hierbas como el árbol de té o la lavanda puede provocar una pequeña alteración de los estrógenos que, unida a otras condiciones, puede desencadenar el desarrollo de una ginecomastia.
En la mayoría de los casos, la ginecomastia remite al cabo del tiempo sin necesidad de recurrir a tratamiento médico. No obstante, si esta es una consecuencia de una enfermedad subyacente o un efecto secundario de un fármaco, el tratamiento de la enfermedad o la suspensión de la medicación pueden ser suficiente para remediar la ginecomastia.
Por el contrario, si la condición no mejora por sí sola o causa otros síntomas como dolor, sensibilidad o síntomas psicológicos, puede ser necesario recurrir tratamientos como terapia farmacológica o cirugía.
Entre los principales fármacos de elección para el tratamiento de la ginecomastia se incluyen el tamoxifeno, el raloxifeno y los inhibidores de la aromatasa. Todos ellos son habitualmente utilizados para tratar el cáncer de mama y otras afecciones pero también han demostrado ser eficaces en casos de ginecomastia.
Si, a pesar del tratamiento farmacológico, no se disminuye el volumen de la mama afectada es posible que el especialista recomiende llevar a cabo una cirugía para eliminar el exceso de tejido mamario.
Las dos opciones de cirugía en la ginecomastia son:
Liposucción: se elimina la grasa mamaria pero no el tejido de la glándula en sí.
Mastectomía o eliminación del tejido de la glándula mamaria.
Johnson, R. E. & Murad, M. H. (2009). Gynecomastia: pathophysiology, evaluation, and management. Mayo Clinic Proceedings, 84(11): 1010–1015.