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Manos de personas comiendo diferentes comidas grande con muchos alimentos

El gesto común en las comidas en España que asusta a los expertos: es peligroso

Evita este peligroso gesto para prevenir importantes problemas de salud

En España es muy común  hacer grandes comidas  con familiares y amigos. Unas comidas o cenas mayormente copiosas y llenas de alimentos. Uno de los alimentos más típico  en estas comidas es el marisco. Este se consume en grandes cantidades especialmente en fechas señaladas, como Navidad o las vacaciones de verano.

Es cierto que cada región tiene preferencia por un tipo u otro de marisco: langostinos, gambas, mejillones, etc. Pero igual de cierto es que, sin importar por cuál nos decantemos, siempre es un acierto tenerlo en la mesa. Ahora bien, el problema, según los expertos, es que no solemos plantearnos cuáles son los posibles riesgos de comer marisco, a diferencia de lo que ocurre con las carnes rojas.

Variedad de pescados y crustáceos
El marisco suele gustar a casi todo el mundo | Getty Images

El gesto común con el marisco que presenta serios riesgos

El marisco es, en general, un tipo de comida bajo en calorías, lo que implica que sea ideal para introducirlo en muchas dietas. Ahora bien, cada vez más expertos alertan de que hay que tener cuidado, especialmente cuando comemos gambas, langostinos  y cigalas.

Estos tres tipos de marisco son los que presentan un mayor riesgo, pudiendo incluso crear problemas de salud importantes. Si a estas alturas te preguntas qué hace que estos mariscos tan populares sean menos sanos que los demás, la respuesta es el colesterol...

El colesterol, presente también en algunos mariscos

Los crustáceos mencionados anteriormente tiene niveles de colesterol exagerados, similares a algunas de las carnes que más asustan a los nutricionistas. Por ejemplo, por cada 100 gramos de langostinos o gambas, encontramos 200 mg  de colesterol. Y todo esto teniendo en cuenta que, según los expertos, no deberíamos superar los 300 mg  de colesterol al día.

Dibujo de una arteria roja con glóbulos rojos y colesterol amarillo
El colesterol puede llegar a obstruir nuestras venas y arterias | Getty Images

Es cierto que, como destaca Javier Nicolás García, "sin el colesterol no podríamos vivir. Es una sustancia presente en la membrana de todas las células del cuerpo y, por tanto, necesaria  para el correcto funcionamiento del organismo". Sin embargo, hay que tener cuidado con las dosis  que ingerimos. 

Cuando nos pasamos de la raya con el colesterol, este se acumula  en las paredes de las arterias  formando unas placas. Esto puede ser muy problemático, ya que provoca arteriosclerosis, es decir, que las venas se obstruyan  y cause problemas cardiovasculares  como trombosis o infartos.

Pero, no te equivoques, el colesterol no está presente en las mismas cantidades en cualquier parte de los mariscos. Expertos como la nutricionista y cocinera Boticaria García explican que la mayor parte se encuentra en la cabeza de los crustáceos.

Y es aquí donde aparece el principal problema, ya que si hay algo muy típico en nuestro país, esto es chupar las cabezas de langostinos y gambas. Boticaria explica que, "si no se chupan las cabezas, el contenido de colesterol del langostino es inferior al de otros pescados a los que no se les tiene miedo".

Langostinos crudos
Evita chupar las cabezas de estos crustáceos | Getty Images

Por tanto, evita  siempre chupar las cabezas  de las gamas, langostinos y cigalas, aunque para muchos sea un manjar y la mejor parte del marisco.

El otro problema de la cabeza del langostino: el cadmio

El cadmio  es un metal  que se encuentra con cierta facilidad en la naturaleza, pero cuya ingesta excesiva puede ser muy peligrosa  para la salud. Este se acumula en el hígado  durante décadas, siendo casi imposible  limpiarlo o extraerlo. Puede casuar graves problemas  de salud, como disfunción  o fallo renal, la desmineralización de los huesos e incluso pueden provocar cáncer.

La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (IARC) lo incluye entre las sustancias cancerígenas  para los seres humanos. Y, como indica la Unión Europea, "los productos alimenticios son la principal fuente de ingesta de cadmio". Por esta razón, su presencia en nuestros alimentos está muy regulada, pero el marisco se puede escapar un poco de la normativa.

3 gambas con lechuga sobre un plato blanco
No dudes en introducir gambas a tu dieta | Getty Images

Este peligroso metal se encuentra disuelto en los fluidos  de la cabeza  de las gambas, los langostinos y las cigalas. Otro motivo por el que los expertos desaconsejan  totalmente chupar la cabeza de estos crustáceos.

Otra parte del cuerpo que debes evitar a toda costa

Si bien la costumbre es pelar las gambas y comerlas directamente junto a una salsa, debes prestar atención  al hilo  que tienen en su interior. Y es que, aunque parezca una vena sin más, se trata del tracto digestivo del animal, es decir, la tripa.

Como es evidente, el contenido de este intestino puede estar plagado de restos  parcialmente digeridos del animal. También puede contener trazas de arena  y barro, que no son comestibles. Hay que tener en cuenta que también puede tener bacterias  que pueden afectar  a nuestro organismo.

Gambas sobrepuestas en un vaso con limón
Sácale la tripa a las gambas, pueden contener bacterias | Getty Images

Es muy fácil identificarlo. Si ese hilo es de color oscuro, significa que está lleno y debes limpiarlo para evitar problemas. En cambio, si esta de color transparente significa que está limpio, aunque los expertos  siguen recomendando extraerlo.

Por este motivo, es importante quitar la tripa  siempre. Con solo un corte en la parte superior se puede extraer fácilmente, dejando el crustáceo completamente limpio y listo para comer.

En conclusión, siempre es recomendable seguir las recomendaciones  de los expertos. Pero, en este caso, aún es más importante para poder evitar todos estos problemas  de salud  mencionados.