El gazpacho (tradicionalmente conocido también con el nombre de gazpacho andaluz) se ha convertido, con el paso de los años, es uno de los platos más reconocidos de la gastronomía andaluza, de donde originalmente proviene. Y donde, de hecho, se consume prácticamente cada día, sobre todo durante los meses de verano.
No en vano, se trata de una opción maravillosamente refrescante para los días de mayor calor, gracias a que se sirve fría. Mientras que, por su riqueza en hortalizas frescas (principalmente tomate), se convierte en una opción nutritiva para hidratar nuestro cuerpo en las jornadas calurosas estivales.
Básicamente consiste en una sopa fresca y refrescante, además de sumamente sabrosa, convirtiéndose en un entrante perfecto para cualquier almuerzo en un caluroso día de verano. No obstante, también puede convertirse en una opción ligera para cenar, e incluso hay quienes lo disfrutan durante la merienda.
Como te comentábamos al comienzo de esta nota, se trata de una sopa fría originaria del sur de España, concretamente de Andalucía, una región que se caracteriza por ser cálida y seca. Y aunque parezca simple y tremendamente sencilla de elaborar, lo cierto es que es tan auténtica como parece, gracias a su sabor suave y delicioso, y su textura característica.
¿Cuál es el origen del gazpacho?
El gazpacho es un plato característico de Andalucía, de donde de hecho es originario. No en vano, los antiguos jornaleros y campesinos lo elaboraban con la intención de aprovechar el pan seco y pasado de los días anteriores. Para ello, lo mojaban en agua, lo estrujaban a mano y lo mezclaban con tomates (que también eran estrujados manualmente). Luego machacaban en un mortero ajo, sal, aceite de oliva virgen extra y algunas hortalizas y verduras picadas, preferiblemente pimiento rojo y pepino.
No se sabe en qué momento empezó su elaboración, dado que no existe constancia histórica real y específica. Pero los expertos creen que la primera vez que hace referencia a este plato, al menos mencionando su nombre, fue en el año 1611, en una obra titulada ‘Tesoro de la Lengua Castellana o Española’, elaborado por Sebastián de Covarrubias y Orozco, donde lo nombra y describe, aunque en este diccionario no aparece la palabra tomate ni pimiento.
Luego, alrededor de un siglo y medio más tarde, concretamente en el año 1786, Juan de la Mata, repostero real de los reyes Felipe V y Fernando VI, en la obra ‘Arte de repostería’, ofrecía la fórmula de un gazpacho elaborado para las mesas de los nobles, donde igualmente no tiene nada que ver al gazpacho tradicionalmente como lo conocemos hoy en día.
En cualquier caso, sí se sabe que fue hacia el siglo XIX cuando se tiene la constancia que por primera vez el tomate fue introducido en la receta del gazpacho, por lo que muchos expertos coinciden en señalar que, muy probablemente, este plato se trata de una combinación de distintas recetas antiguas, pero con un resultado innovador y mucho más moderno.
Receta de gazpacho andaluz. Cómo prepararlo en casa
Ingredientes:
- 2 kg de tomates muy maduros (pelados, sin semillas y picados en trozos grandes)
- 2 pepinos (pelados, sin semillas y picados en trozos grandes)
- 1 cebolla pequeña (picada)
- 3 dientes de ajo (picados)
- El interior de una baguette de un día
- 1 pimiento rojo
- 2 cucharadas de vinagre de jerez (se puede sustituir por vinagre de vino tinto)
- ½ taza de aceite de oliva virgen extra
- Una pizca de sal
- Una pizca de pimienta negra molida
Ingredientes para la guarnición:
- ¼ taza de pimiento rojo (picado)
- ¼ taza de pepino (picado)
- ¼ taza de picatostes
- ½ taza de huevo duro (picado)
Elaboración del gazpacho:
- Una de las formas más simples y sencillas de pelar los tomates es hirviéndolos en agua en una cacerola de pequeño tamaño. Ponemos el agua a hervir, y tan pronto como empiece a hervir, apaga el fuego y coloca los tomates en el agua caliente durante aproximadamente 1 minuto. Ahora retíralos con cuidado de no quemarte, porque estarán muy calientes. Observarás como la piel se desprenderá fácilmente.
- Remoja ahora el pan en unas cucharadas de agua durante algunos segundos. Retira con suavidad y exprímelo bien para conseguir que se seque lo máximo posible.
- Coloca los tomates, el pan, los pepinos (picados), las cebollas (peladas y picadas), el ajo y el pimiento en una licuadora. Licúa bien hasta que la mezcla esté bien suave.
- Añade agora el vinagre y licúa nuevamente hasta que el ingrediente se haya incorporado completamente.
- Si deseas que el gazpacho tenga una textura más suave, este es el momento ideal para colarlo. En caso contrario, tendrá una textura más gruesa, pero también así es delicioso, por lo que todo dependerá de cada gusto personal.
- Añade ahora el aceite de oliva virgen extra poco a poco, mientras la licuadora continúa en funcionamiento, hasta que se haya incorporado por completo.
- Una vez que el gazpacho se haya mezclado convenientemente, viértelo en un tazón grande de cristal. Sazona con más vinagre, sal y pimienta negra molida. Mezcla, tapa y deja enfriando en la nevera durante al menos 1 hora, antes de servir.
- A la hora de servirlo, simplemente debes servir cada vaso o tazón con las verduras picadas, los picatostes y el huevo si lo deseas. Además, añadiendo un chorrito de aceite de oliva virgen extra justo antes de tomar es aún más delicioso.