Las gasolineras españolas están recibiendo muy buenas noticias en este comienzo de año. Todo hacía indicar que el repunte de los precios y la delicada situación de los hogares españoles les pasaría factura. Pero se acaba de comprobar que no ha sido así.
A lo largo del último año, el repostaje en las estaciones de servicio se ha encarecido de manera considerable. De hecho, el pasado verano se rebasaron los 2 euros el litro de combustible, alcanzando su máximo histórico. A partir de que estallara el conflicto en Ucrania la situación se agravó de forma importante.
La solución planteada por el Gobierno fue aprobar una serie de descuentos en los carburantes, que llegaron hasta los 20 céntimos por litro. A ello se sumaron las compañías petrolíferas que también contribuyeron con sus propias bonificaciones.
Detrás de esa notable subida de los precios del combustible siempre se responsabilizó a la guerra. Pero dicho argumento queda en entredicho, como recoge El Periódico. Sobre todo tras darse a conocer los resultados de las gasolineras a lo largo del último año.
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Aumentan de forma importante los ingresos
Las principales estaciones de servicio incrementaron sus ventas diarias hasta alcanzar los 27,7 millones de euros de ingresos. Supone una subida importante si tenemos en cuenta que el ejercicio pasado recaudaron de media 23,4 millones. Así lo recoge el boletín de ventas diarias del Ministerio de Hacienda.
A lo largo de febrero se ha mantenido esta tendencia al alza, alcanzando los 32,7 millones de euros al día. En 2022 se habían obtenido el mismo mes 28,6 millones. Suponen 4 millones más al mes.
Indican que esto es una buena prueba de que a las gasolineras no les ha ido nada mal en este escenario económico. Pese a que la inflación se encuentra imparable, se sigue consumiendo mucho combustible.
Situación de incertidumbre en el mercado
Los responsables de las principales gasolineras de este país no tienen muy claro lo que puede ocurrir en cuestión de semanas. Después del veto de la Unión Europea al diésel ruso, que empezó a aplicarse el 5 de febrero, todo hacía indicar que los carburantes sufrirían un importante repunte. Pero finalmente no fue así, ya que se experimentó una ligera caída de los precios.
A finales de febrero se volvía prácticamente a la normalidad después de que el gasóleo volviera a tener un precio más económico que la gasolina. Sin embargo, el panorama puede variar en cualquier instante.
Es cierto que las compañías petrolíferas han hecho acopio de carburante desde comienzos de año. Eran conscientes de que a partir de febrero se les cortaría el suministro de diésel procedente de Rusia. Pero en algún momento se agotarán esas reservas, y llegado ese día, el conductor lo acabará pagando en sus repostajes.
Las estaciones de servicio se verán obligadas a recurrir a otros mercados. Algunos países actuarán de intermediarios y adquirirán el combustible de Rusia, para luego vendérselo a Europa. Una estrategia que hará que el precio a abonar resulte mayor.
La ayuda de 20 céntimos de Repsol
Después de que en diciembre finalizara la ayuda de los 20 céntimos del Estado, la mayoría de gasolineras optaron por mantener sus descuentos. La mayoría de ellos se elevaban hasta los 10 céntimos, pero solo para los clientes con tarjeta o que pagasen a través de sus aplicaciones.
Al término de marzo concluirá dicha campaña. Pero en el caso de Repsol ya se ha puesto manos a la obra. Anuncia una nueva propuesta que permitirá un ahorro de hasta 20 céntimos para sus clientes.
Para ello será necesario tener contratados con la compañía los servicios de gas, electricidad o butano. Cuantos más contratos haya, mayor será el descuento a aplicar.