La última reforma de las pensiones aprobada por el Gobierno incorpora unas cuantas novedades. Todo con el ánimo de convertir este sistema en un modelo de contribución al Estado lo más justo posible. Una experta en el tema aprecia una anomalía en las prestaciones que se va a corregir con esta reforma.
Se trata de "un ejercicio de funambulismo, estamos viendo mucha mala fe", asegura la sindicalista Afra Blanco en laSexta Xplica. Recuerda que en 2021 "se llega a un acuerdo, en donde también están las patronales, y allí se garantiza el poder adquisitivo de las pensiones. Y se deroga el factor de sostenibilidad".
Entiende que con la nueva propuesta se subsana "una anomalía" que no ocurre en Europa. "Tenemos los topes de las pensiones más bajos que nuestro entorno", incide. Destaca que lo que hace "esta medida es caminar hacia un modelo en donde se contribuya en función de lo que se cobre".
Para que su explicación se entienda mejor quiso ilustrarla con un ejemplo muy claro. Señaló que "aquí, cualquier persona que cobra más de 4.500 euros al mes, por el resto no contribuye". Sin embargo, "si usted cobra 1.000 euros, contribuye en arreglo a esos 1.000 euros".
Las tres medidas más importantes que incluye la reforma
La reforma planteada por el Gobierno incluye tres medidas básicas para incrementar los ingresos del sistema. Entre ellas se contempla destapar las bases máximas de cotización, indica La Razón. Las otras propuestas son duplicar el Mecanismo de Equidad Intergeneracional y crear una cuota de solidaridad en las cotizaciones de los sueldos más elevados.
Destope de las bases máximas de cotización
Las bases máximas aumentarán el IPC anual más una cuantía fija de 1,2 puntos porcentuales entre 2024 y 2050. Hasta el año 2050 supondrá un incremento acumulado del 38%.
La intención del Ejecutivo es analizar cada cinco años en el marco del diálogo social la subida de las bases máximas de cotización. Basándose en ello, se trasladará un informe a la Comisión parlamentaria del Pacto de Toledo.
Cuota de solidaridad
Otra de las medidas propuestas por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones es una "cuota de solidaridad". Se trata de la parte del salario que en estos momentos no cotiza por rebasar el límite máximo de cotización. Es esta la medida que planteaba la sindicalista.
La intención es fijar un recargo a los salarios altos del 1% en 2025. A partir de ese año seguirá creciendo a un ritmo de 0,25 puntos anuales, hasta alcanzar en 2045 el 6%. El trabajador correría con el 1%, mientras que el 5% restante sería responsabilidad de la empresa.
En este sentido, los sindicatos señalaron que todavía hay unos cuantos "flecos sueltos". Entre otras cosas, definir si la cuota de solidaridad para la parte del sueldo que no cotice al sistema se limita al Régimen General.
Duplicar la sobrecotización
Una tercera medida que se ha puesto sobre la mesa es duplicar la sobrecotización vinculada al Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI). El MEI es el nuevo sistema que reemplaza al Factor de Sostenibilidad que se aprobó en la reforma de 2013.
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Este mecanismo incorpora un impuesto que ha entrado en funcionamiento este mismo año. Está pensado para asumir la jubilación de los baby boomers, que es la generación más numerosa. En cuestión de una década empezarán a retirarse muchos de ellos.
En un primer momento, la reforma contemplaba una cotización adicional del 0,6% para el Fondo de Reserva de la Seguridad Social. Pero en una segunda parte del modelo se ha propuesto elevar esa cotización hasta el 1,2% en 2029.
El empleado asumiría el 0,2% frente al 1% de la empresa. En el borrador que se facilitó a sindicatos y patronal, esta sobrecotización del 1,2% se conservaría desde 2030 hasta 2050.