Una dieta balanceada tiene enormes beneficios: brindar energía, mantener sano el sistema nervioso, fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la digestión y, lógicamente, controlar el peso. En general se recomienda combinar alimentos que aporten carbohidratos, proteínas, grasas, vitaminas y minerales por tal de obtener todos los nutrientes esenciales que nuestro organismo necesita.
Entre los alimentos que aportan más micronutrientes se encuentran las frutas. De hecho, es recomendable consumir 5 porciones al día. Sin embargo, suele pasar que nos encontramos diferentes opiniones sobre qué fruta es mejor comer, en qué presentación o a qué hora. En este artículo nos proponemos desmentir 6 mitos sobre los beneficios o los perjuicios de ciertas frutas.
Mitos sobre la fruta y sus beneficios nutricionales
Existen varias ideas erróneas que están muy generalizadas y que tienen que ver con las propiedades nutricionales de las frutas. Veamos cuáles son los más populares.
1. Las frutas congeladas pierden propiedades
Cada vez es más difícil encontrar tiempo para elegir frutas frescas o para sembrarlas en huertos propios. Ante esto, es muy común adquirir frutas congeladas en los supermercados o incluso congelarlas en nuestras propias neveras. ¿Es verdad que pierden propiedades?
Aunque hay un gran debate al respecto, se ha demostrado que las frutas congeladas sí mantienen sus nutrientes. Esto se debe al proceso de recolección y congelado: son cosechadas en su mejor época, luego cocidas levemente y después congeladas. No obstante, sí que suelen perder parte de sus propiedades organolépticas, es decir, el sabor y la textura.
Sin embargo, son una muy buena alternativa para hacer un helado sano en verano, por ejemplo. Se pueden elaborar usando la fruta congelada y un yogur natural o griego, sin azúcar.
2. Las frutas no deben mezclarse
Mezclar dos o hasta tres diferentes tipos de fruta no es dañino -al menos si se mezclan de manera adecuada y según el estómago de cada quien. Es importante considerar las propiedades de cada fruta antes de combinarla, ya que, por ejemplo, una mezcla de cítrico con dulce puede no ser prudente para el estomago.
No se aconseja mezclar lácteo con cítrico, pero sí una fruta ácida con otra semi ácida, una dulce con una semidulce, o una dulce con lácteo. Algunos ejemplos serían la piña con lima y guayaba, la naranja con fresa o la leche con plátano y la papaya. También se recomienda no agregar azúcar para aprovechar al máximo el dulce natural.
3. Los cítricos son buenos para curar resfriados
Solemos pensar que algunos síntomas del resfriado pueden aliviarse mediante el consumo de vitamina C, y también creemos que los cítricos son las frutas que contienen una cantidad mayor de este nutriente. Sin embargo, no es así: hay frutas no cítricas que contienen igual o más vitamina C, por ejemplo la guayaba o la grosella negra.
Además, las investigaciones científicas no han comprobado una relación entre vitamina C y el alivio del resfriado, pero sí que puede llegar a reducir su diración. Sin duda el consumo frecuente de vitamina C es un importante para mantener sano el sistema inmunológico, pero desde luego no es un remedio definitivo contra la gripe.
Mitos sobre el aumento de peso
Se dice que algunas frutas engordan, sobre todo si se consumen a ciertas horas del día. Pero, ¿qué dice la ciencia? ¿Es esto cierto?
1. El plátano engorda
Entre otras propiedades, el plátano contiene potasio, fibra, vitamina C e hidratos de carbono. Por estos últimos suele pensarse que el plátano es una fruta que engorda, pero no necesariamente es así.
Los carbohidratos que el plátano contiene son de fructosa (azúcar) natural, sobre todo cuando está totalmente maduro, por lo que no aumentan el peso como lo harían los alimentos procesados.
De hecho se trata de una fruta con bajo contenido calórico (aproximadamente 100 calorías) y, por los tipos de fibra que contiene, el plátano produce una sensación de saciedad más rápida que otras frutas. Como cualquier alimento, es recomendable no tomarlo en exceso o evitar su consumo antes de dormir para que nuestro cuerpo asimile mejor la fructuosa.
2. Comer fruta por las noches engorda
El problema de comer frutas por la noche es muy similar al de comer cualquier otro alimento a la misma hora: si no tenemos en cuenta sus propiedades puede causarnos una indigestión, un mal sueño o una subida de peso porque durante el reposo nuestro cuerpo asimila de manera más lenta los azúcares.
Aunque el azúcar de la fruta es de rápida absorción, por la noche se recomienda consumir frutas de alto contenido en agua, por ejemplo una manzana o una pera. También se aconseja no consumir cítricos, como la naranja o el kiwi, porque esto puede afectar la acidez estomacal.
Del mismo modo, es bueno evitar frutas con alto contenido de fructuosa (fresa o mango) porque nuestro cuerpo las asimila de manera más lenta.
3. Si es más dulce tiene más calorías
No necesariamente. El sabor de la fruta y su contenido calórico son dos propiedades diferentes y que dependen de sus componentes químicos.
Entre las frutas con más fructosa, el glúcido de las frutas, se encuentran el higo, la uva, el litchi o la granada, y entre las que menos tienen, la grosella, el membrillo o el aguacate. De hecho, el aguacate es una de las frutas menos dulces pero también una de las que tienen un mayor contenido calórico.