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Dos personas firmando un documento delante de un notario

Esta es la forma en la que se reparte la herencia de una casa entre hermanos

Todo quedará condicionado a la presencia o no de un testamento

Tras el fallecimiento de una persona, los primeros en heredar serán sus hijos. Sin embargo, en ocasiones puede llegar a generarse situaciones un tanto controvertidas entre los beneficiarios. Para que sepas lo que le corresponde a cada uno, a continuación te desvelamos cómo se realizaría el reparto entre hermanos.

Uno de los factores más importantes de esta distribución es la presencia o no de un testamento. Este documento lo acabará condicionando todo.

En una herencia, cualquier heredero tiene la posibilidad de renunciar a la parte que le corresponde, como recoge la legislación. Pero salvo que exista constancia de posibles deudas, la mayoría suele aceptar los bienes y propiedades de su progenitor o familiar.

¿Cómo se reparte una vivienda entre los herederos?

Antes de proceder a la repartición de una vivienda hay que comprobar si estamos ante un bien inmueble indivisible. De esta forma, a cada uno de los herederos les correspondería una parte proporcional del mismo. Además, en el caso de que hubiera un cónyuge vivo, tendría la posibilidad de disfrutar del usufructo de ella.

La casa en cuestión se estructura en tres partes, explican profesionales de González-Gómez Abogados a Tododisca. Una de ellas es la legítima, que se distribuirá entre los herederos forzosos a partes iguales. Siempre que no aparezcan en el testamento los herederos naturales.

Dos personas con un bolígrafo en la mano firmando documentos
La herencia se distribuiría, por lo general, a partes iguales entre los hermanos | Getty Images

En el caso de que el fallecido no deje testamento, la propiedad en cuestión pasará a manos de sus familiares. Pero ante esta situación pueden generarse una serie escenarios a tener en cuenta.

En primer lugar, cuando deje esposa e hijos, la ley establece que estos serán los encargados de heredar la casa. Los hijos que tuviera el muerto se distribuirían a partes iguales la vivienda.

Cuando el cónyuge sobreviva y consiste en un matrimonio con bienes gananciales, le corresponderá la mitad del inmueble. Por su parte, cuando no haya bienes gananciales, el cónyuge sobreviviente tan solo tendría derecho a una tercera parte de la casa en usufructo.

Si la persona fallecida no cuenta con hijos, las leyes determinan que la propiedad la heredarán los padres o los familiares más próximos. Ya sean hermanos, sobrinos, tíos, etc. En el caso de no haber constancia de parientes de hasta cuarto grado, el inmueble pasará a manos del Estado.

Situaciones que se repiten con mucha frecuencia en las herencias

En torno a las herencias pueden darse muchas circunstancias, y casi todas ellas resultan muy habituales en el día a día. Una opción es que dos hermanos hayan heredado a partes iguales un inmueble y uno de ello falleciera. En el caso de que este último contara con tres hijos, su parte de la vivienda, que sería el 50%, se dividiría en tres porciones.

Hombre tendiendo la mano con un bolígrafo para firmar un documento
Lo adecuado es ponerse en manos de un abogado para solventar cualquier tipo de duda | Getty Images

También habría que conocer qué sucedería cuando el hermano sobreviviente acabe muriendo. De suceder esto, nos enfrentaríamos a varios supuestos a tener en cuenta. De no dejar ni esposa ni hijos, la vivienda la heredarían por ley sus sobrinos de forma directa. En concreto se dividiría a partes iguales entre los sobrinos directos.

Por su parte, cuando tuviera esposa e hijos, la mitad le correspondería al cónyuge y la otra mitad a sus hijos. Mientras tanto, los sobrinos conservarían la cuota que les correspondía.

Una tercera posibilidad consiste en que hubiera realizado el testamento y dejara por escrito que no dejaría nada a los sobrinos. Sin embargo, tal y como confirman los profesionales consultados, por la ley de la legítima le correspondería una parte a los sobrinos.

En concreto, una tercera parte de la mitad, que se estructuraría en partes iguales. Al tratarse de situaciones bastantes complejas, lo conveniente sería ponerse siempre en manos de expertos.