En los últimos años se han popularizado los remedios florales de Bach, una terapia basada en las propiedades medicinales atribuidas por su creador, el médico Edward Bach, a distintas plantas silvestres.
En este artículo analizaremos para qué sirven las flores de Bach según su creador, así como las evidencias científicas que existen en relación a la efectividad de estos remedio
¿Qué son las flores de Bach?
Las flores de Bach son una terapia desarrollada por el médico y homeópata galés Edward Bach en las décadas de 1920 y 1930. Consisten en una solución compuesta por esencia floral que se disuelve en líquido, habitualmente agua y brandy.
Bach pensaba que las enfermedades físicas se debían a emociones negativas que, al mantenerse de forma crónica, causaban una falta de armonía corporal. Asimismo dudaba de la eficacia de la medicina científica para tratarlas.
El procedimiento mediante el cual Bach desarrolló su terapia fue intuitivo, no sistemático. Cuando sentía emociones negativas ponía la mano encima de distintas plantas; si al hacerlo notaba que su malestar se aliviaba, obtenía unas gotas de rocío de la flor y preparaba con ellas una solución. Más adelante empezó a hervir las flores porque resultaba más práctico.
Se atribuye a las flores de Bach propiedades medicinales que dependen de la planta que contenga cada uno de estos productos. En concreto, Bach afirmaba que estos beneficios se debían a las vibraciones de cada flor.
¿Para qué se usan?
Bach desarrolló 38 remedios florales, prácticamente todos ellos fabricados con flores silvestres de Gales. Estas plantas se dividen en 7 grupos según las propiedades terapéuticas que les atribuyó Bach.
1. Miedos
La flor de álamo temblón se utiliza para tratar temores vagos e imprecisos, como la claustrofobia, la agorafobia y el miedo a la muerte y a lo sobrenatural. Por contra, la de mímulo se recomienda para la timidez y los miedos concretos.
A la cerasífera se le atribuyen propiedades curativas contra los miedos irracionales, por ejemplo a volverse loco y a perder el control.
La flor de castaño rojo se recomienda para aliviar la preocupación por los seres queridos, y la de heliantemo (o jarrilla) para el perfeccionismo y la autoexigencia.
2. Incertidumbre
Bach recomendaba tomar remedios con flor de ceratostigma a las personas inseguras, con scleranthus a las que no se pueden decidir entre dos opciones opuestas y con avena silvestre a las que sienten incertidumbre por falta de objetivos en la vida.
Prescribía genciana de campo a las personas pesimistas o deprimidas por causas conocidas, y flor de aulaga a las que han perdido toda esperanza. Quienes se encuentran hastiados y mentalmente agotados deben usar remedios con hojarazo (o carpe), según Bach.
3. Falta de interés por el presente
Los seguidores de Bach prescriben brote de castaño a las personas que repiten sus errores, madreselva a las que viven en el pasado y clemátide a las que viven en un mundo de fantasía para evadir la realidad.
Para el agotamiento de tipo físico o mental se emplea flor de olivo, para la tristeza intermitente mostaza, para las personas apáticas y desmotivadas rosa silvestre (escaramujo) y para quienes rumian y debaten con ellas mismas mentalmente, flor de castaño de indias.
4. Soledad
La flor de brezo se utiliza para tratar el egocentrismo y el ensimismamiento, y la violeta de agua para la soledad por orgullo y sentimiento de superioridad. La impaciencia se recomienda a personas que se sienten solas porque son irritables y no tienen paciencia.
5. Susceptibilidad a la influencia de los demás
Los remedios con agrimonia se usan en casos de adicción y despreocupación. La centáurea se recomienda a quienes se muestran excesivamente complacientes con los demás y son abusados por ello.
La flor de acebo se prescribe a las personas envidiosas y rencorosas, y la de nogal a quienes se muestran indecisos ante situaciones nuevas o difíciles.
6. Tristeza y desesperación
Bach atribuía propiedades curativas al manzano silvestre cuando se tiene la autoestima baja y la sensación de ser impuro. Asimismo, recomendaba flor de olmo a quienes se sentían sobrepasadas por sus obligaciones.
La flor de alerce se considera útil para el sentimiento de inferioridad, la de roble para la obsesión con el trabajo, la de pino para la desesperación por culpabilidad y la leche de gallina para las secuelas de traumas, tanto físicos como mentales.
De forma similar, la flor de castaño dulce se usa para la desesperación profunda, mientras que la de sauce se recomienda para el resentimiento y la sensación de ser víctima del destino.
7. Sufrimiento por los demás
La posesividad y la sobreprotección de los seres queridos se tratan con achicoria, y la avidez de poder y de dominación con flor de vid. A las personas que no comparten las responsabilidades con los demás se les prescribe verbena.
La flor de haya se recomienda a personas insensibles y críticas con los demás. El remedio con agua de roca se usa para el perfeccionismo.
¿Es eficaz esta terapia?
Los estudios controlados afirman que la eficacia de las flores de Bach es equivalente a la del placebo. Esto significa que sus posibles efectos terapéuticos no dependen de sus componentes, sino de las expectativas de quien las toma.
Los placebos pueden producir cambios en el organismo, aliviando los síntomas o bien la percepción subjetiva de la persona. No obstante sus efectos no se pueden asegurar y dependen en buena parte del engaño del paciente.
En el caso de las flores de Bach, se cree que el propio hecho de tomarlas puede ser relajante. Además, prestar atención a las propias emociones es beneficioso en sí mismo.
Aunque los estudios afirman que las flores de Bach no son eficaces para prevenir ni curar ninguna enfermedad, también sugieren que probablemente sea seguro tomarlas, es decir, que no parecen tener efectos secundarios indeseables.