Se avecinan cambios importantes en las farmacias españolas. Sobre todo en lo referente a la manera de informarse sobre los principios activos y contraindicaciones de los medicamentos.
Un gesto tan común en cualquier casa, como es abrir una caja de pastillas y sacar el prospecto para revisarlo puede pasar a la historia. La reforma de la legislación farmacéutica que tiene entre manos la Comisión Europea plantea otros métodos para enterarse sobre los tratamientos.
La intención es que a partir del próximo año desaparezca por completo el papel en el interior de los fármacos. A cambio, se facilitaría el contenido de los mismos a través de un sistema de códigos QR, recoge Las Provincias. Supone un importante avance en lo tecnológico, aunque también presenta unas cuantas deficiencias.
Sobre todo si reparamos en la gente de más edad y en aquellas personas que no se desenvuelvan con soltura en los entornos digitales. Tendrían serias dificultades para acceder a la información básica de los medicamentos.
El organismo europeo asegura en uno de sus documentos que la digitalización supone un paso ineludible. Explican que las distintas partes implicadas en la negociación respaldan dicha propuesta.
Los beneficios que le encuentran a esta medida
Desde Bruselas indican que la supresión del prospecto acarreará una serie de ventajas. Entre otras cosas sostienen que las cadenas ganarán en simplicidad, además de rebajarse los posibles problemas de escasez de fármacos.
También consideran que habrá muchas más facilidades a la hora de actualizar la información sobre cualquier producto farmacéutico. Además se producirá un importante ahorro en papel, que es posiblemente una de las grandes preocupaciones de las entidades comunitarias.
De momento, en España ya están realizando pruebas con fármacos de uso hospitalario. Dicha labor corre a cargo de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Y durante los próximos meses analizarán las ventajas de suprimir los prospectos en las cajas de pastillas.
La comunidad farmacéutica muestra cierto malestar
Como es lógico, una medida de estas características siempre despierta muchas dudas. Sobre todo entre aquellos colectivos que se puedan ver afectados por dicha solución que propone la Comisión Europea.
De momento, las farmacias ven con buenos ojos la inclusión de los códigos digitales QR en las cajas. Creen que se trata de una adecuada herramienta para mantener a la gente informada. Sin embargo, lo encuentran como algo complementario, y no como un sustitutivo del papel.
El responsable del área de Divulgación Científica del Consejo General de Colegios Farmacéuticos rechaza la eliminación de los prospectos. Carlos Fernández Moriano, considera que lo oportuno es que conviva tanto el papel como los códigos QR.
Explica que en el caso de los fármacos que se dispensan en las farmacias, la reducción de la información a formato electrónico supone un problema. "Solo puede ser una alternativa como complemento al prospecto", añade.
Cree que la mayor parte de las personas que utilizan fármacos son pacientes de edad avanzada y que "están polimedicados". Por lo que entiende que se encontrarían con un serio contratiempo a la hora de disponer de todos los datos sobre un medicamento.
No hay que olvidar que gran parte de la población mayor de 65 años cuentan con serias dificultades para manejarse en el ámbito digital. Además, muchos de ellos no cuentan con dispositivos como teléfonos inteligentes, ni tampoco con la destreza necesaria para desenvolverse en este sector.
Si a ello se le une que tienen que tomar varios fármacos al mismo tiempo, el problema se agrava considerablemente. De momento, los planes de Bruselas siguen en pie y es más que probable que a partir del año que viene prescindan del papel en el interior de las cajas.