Es bastante probable que esta escena se repita en muchos momentos: nos hemos preparado nuestro bocadillo favorito. Y, cuando nos disponemos a comerlo, de repente se nos cae al suelo. Si es así, a partir de ahora debes saber que no debes consumirlo.
Existe una “regla de los tres segundos”, que se suele hacer cuando, de repente, nuestra comida favorita se nos cae y desparrama por suelo. ¿Sabes realmente en qué consiste?
Básicamente, se refiere a que podemos recoger la comida del suelo, soplarla un poco y comerlo de forma totalmente segura si lo hacemos “en solo tres segundos”. Pero se trata de un mito. De hecho, como señalan los expertos, todo depende del lugar en el que nos encontremos y del tipo de alimento que hayamos preparado.
Evidentemente, no es lo mismo que se haya caído un trozo de pizza en mitad de la acera, que una patata frita en el suelo de nuestra casa recién fregado.Pero, ¿se trata de algo adecuado? ¿Puede suponer un riesgo para la salud? Esto es lo que advierten los expertos. Toma nota.
¿Podemos comernos algo que se nos ha caído al suelo?
Como hemos visto, la regla de los tres segundos consiste en comer un alimento inmediatamente tras haberse caído al suelo. Según esta teoría, en menos de tres segundos podría haber menos bacterias. Pero no es cierto.
No en vano, como advierten los expertos, los gérmenes que se encuentran en el suelo pueden acabar contaminando los alimentos al instante. Y esto también se aplica al piso de nuestra casa. Incluso aunque se encuentre recién limpiado.
Los cocineros profesionales, por ejemplo, tienen reglas muy estrictas en este sentido cuando se trata de comida. Por lo que algo que cae al suelo es basura, de forma que se tira inmediatamente.
Esto es debido a que el riesgo es que la comida esté contaminada por bacterias potencialmente patógenas, que luego pueden atacar tu sistema digestivo, es tremendamente elevado desde el momento que se nos cae al suelo.
Y no importa el tiempo que transcurra ni el tiempo que nuestro preciado bocadillo o sándwich permanezca en el suelo. Por ejemplo, en 2003, Jillian Clarke, una estudiante estadounidense, demostró que la contaminación de los alimentos se produce en menos de cinco segundos. Para ello, había recubierto baldosas de cerámica con la bacteria Escherichia Coli, antes de arrojar golosinas sobre ellas y luego observarlas bajo un microscopio.
Cuidado también con estos alimentos
En este sentido, otros estudios también han mostrado que la tasa de contaminación depende tanto de la superficie del suelo como de la consistencia de los alimentos. Los investigadores descubrieron así que las baldosas y el parquet se contaminan más rápidamente que la moqueta. Pero también que cuanto más húmedo está un alimento, más rápido se infecta.
Además, ciertos tipos de alimentos son más frágiles con respecto a una posible contaminación. Esto incluye carne y pescado crudos, pero también huevos y queso de leche cruda, por ejemplo.
Así, un trozo de sandía podría ser atacado por bacterias en menos de un segundo, mientras que una barra de chocolate podría permanecer casi media hora en el suelo, sin mayor peligro. Pero esto no implica que podamos comerla… porque siempre existen riesgos.
Aunque no todas las bacterias sean necesariamente patógenas, es mejor aplicar el principio de precaución. Por tanto, si algo de comida se nos cae al suelo, lo primordial es tirarlo y volver a elaborarlo (si es posible).