La tecnología se mantiene en auge constantemente y, por este motivo, se ha convertido en una de las grandes apuestas para regalar en Navidad. Sin embargo, el psicológico Rafa Guerrero destaca que es importante que los padres conozcan el funcionamiento del cerebro ante este tipo de regalos.
En una entrevista con 'ABC', el experto señala que «lo importante es la apariencia» y que «todo esto influye en nuestro día a día, nuestra forma de ser». Por eso, subraya que es importante tener en cuenta lo que supone la tecnología para el cerebro de un niño.
Cumplen con todos los estímulos de atención y segregan dopamina
El experto advierte que los aparatos electrónicos son tan atractivos para los más pequeños porque cumplen con todos los estímulos de atención de un recién nacido: luz, música o sonidos y movimiento.
Cada vez que los niños están con algún aparato electrónico están segregando dopamina y esto les genera placer y les incita a querer repetir.
Es precisamente este el motivo por el que les cuesta tanto abandonar los aparatos electrónicos, porque están metidos en esos «circuitos de placer, que son exactamente los mismos que se dan en los consumos adictivos».
«Si yo acostumbro a un niño a que haya constantemente música, luz… Le estaré generando una sobre estimulación en el cerebro que primero, no es necesaria y segundo, va a tener sus consecuencias».
Los aparatos electrónicos «ponen al niño en 'modo avión'»
Además, Rafa Guerrero también subraya que «vivimos en una sociedad creada por y para el adulto, donde no hay tiempo para criar, para estar con los niños».
Hoy en día lo importante para los padres no es la educación del infante, «es que nuestro hijo se vista rápido, que coma, y no llegue tarde al colegio», recalca el experto.
«Lo que estamos haciendo en primer lugar no es educar en una manera sana y respetuosa, y en segundo lugar estás perpetuando el error y retrasando hábitos saludables».
Muchos padres dan de comer a sus hijos mientras le ponen dibujos o algún vídeo que los distraiga, pero lo que realmente están haciendo es «anestesiar el gusto por la comida de ese niño, está poniendo al niño en 'modo avión'» y, además empobrecer su capacidad de comunicación y privarle de momentos en familia.
«El desayuno, la comida y la cena son la piedra angular a través de la cual se desarrolla el bienestar de la familia. Pero cuando uno va por un camino y se da cuenta tiene que retroceder».
«Si cuando el niño es pequeño yo lo que hago es enchufar el dispositivo a la hora de comer o de vestirse, no solo no estoy fomentando la maduración de su cerebro, sino que le estoy perjudicando».
Los niños no son los únicos que comen frente a algún dispositivo electrónico, los adultos también lo hacen y, como sucede con los más pequeños, «están comiendo mecánicamente y es imposible que sean conscientes del sabor, de la textura, de la cantidad que ingieren... en definitiva, del disfrute».
No ser conscientes de lo que están haciendo y lo que están ingiriendo, aumenta mucho «sus probabilidades de padecer sobrepeso».
Hay que esperar a que el cerebro madure
Rafa Guerrero señala que cuanto más tarde se inicien con la tecnología, más maduro estará y preparado estará el cerebro y, por lo tanto, será «más consecuente».
«De esta forma la corteza prefrontal, que es la última zona del cerebro que se desarrolla, estará lo más madura posible».
La corteza prefrontal, explica el experto, es la que «nos permite concentrarnos, controlar y retrasar determinados impulsos, planificarnos, ser conscientes de lo que estás diciendo, comiendo» y la regulación emocional «también está implicada».
No obstante, insiste en que son los padres los que deben decidir si consideran a sus hijos lo suficientemente maduros para regalarles un móvil o no, aunque también remarca que «no es solamente quedarse de brazos cruzados esperando a que el cerebro madure».