El calor es un factor relacionado con una gran cantidad de problemas en la salud. Uno de los que más llaman la atención es el picor de piel, que aumenta cuando también ascienden las temperaturas.
La razón por la que la piel puede sufrir daños durante el verano está muy relacionada con la deshidratación, que ocasiona rigidez y sequedad en la misma. En algunas ocasiones, esto deriva en picor y escapas, mucho más molestas.
Este tipo de afección también se conoce como xerosis. A pesar de que puede afectar a cualquier persona, incide mucho más en los mayores, debido a que su piel es más frágil y fina. Sin embargo, existen algunos consejos con los que deshacerse del problema.
Los trucos para evitar las escamas y el picor de piel cuando hace calor
Debido a que cada vez son más los casos que se dan de este tipo de afecciones de la piel, algunos expertos no han querido dejar pasar la oportunidad de comunicar qué se puede hacer para evitarlas. Con estos trucos y consejos, podrás hacer que este problema no vuelva a aparecer y disfrutar como nunca de los días de calor. Sin preocupaciones.
1. Un extra de hidratación
El primer punto que hay que tener en cuenta es que siempre se debe llevar a cabo una buena rutina de hidratación. En este sentido, lo ideal es hacer uso de cremas hidratantes que tengan un alto contenido en lípidos.
De esta forma, se creará una barrera que sellará la piel, lo que evita la evaporación, así como que las sustancias nocivas del exterior puedan acceder a la misma. Asimismo, podrás disminuir el efecto de sequedad que proporciona la xerosis.
2. La importancia de la protección solar
Además de la hidratación, otro de los puntos que hay que tener en cuenta a la hora de evitar las escamas y el picor de la piel es la importancia de la protección solar. A partir de ahora, deberás llevar contigo siempre una.
En cualquier momento del día, es imprescindible que la piel esté protegida con cremas solares que tengan un factor de más de 50. Lo mejor es aplicar el producto cada hora, si se está expuesto al sol. De este modo, se garantiza que funcionen a la perfección.
3. Reduce el tiempo en la ducha
Ducharse o bañarse con agua muy caliente puede ser muy placentero. Sin embargo, no es lo más aconsejable cuando tienes la piel sensible, ya que se puede terminar dañando la película que la protege.
En este sentido, lo ideal es que la ducha dure unos cinco minutos y, si es posible, usar siempre agua tibia y no demasiado caliente. Cuando tengas que secarte, lo mejor es hacerlo a toques con una toalla, sin frotar. Esto también puede conseguir que la piel sufra.
4. Hazte con un jabón de calidad
Por último, como ves, la hora de la ducha es una de las más importantes a la hora de no castigar la piel durante el verano. Si ya conoces que lo mejor es ducharte poco tiempo y con agua tibia, ahora debes saber que también hay que apostar por el jabón adecuado.
Los ideales serán aquellos que no contengan detergentes y que cuenten con un pH fisiológico neutro o cercano al de nuestra piel. Es decir, sobre un 5,5. Estas características harán que el riesgo de que la piel se irrite se minimice, protegiéndola ante los agentes externos.
Siguiendo estos consejos tanto durante el verano como en el invierno, disfrutarás de una piel más protegida, sana y con un mejor aspecto. Como ves, para evitar las escamas y el picor de piel, lo mejor es apostar por una buena rutina de ducha, hidratación y protección. Gracias a ello, el problema desaparecerá.