Mantener una buena ergonomía y cuidar la salud en el trabajo es una parte fundamental de la prevención de riesgos laborales. No solo la empresa debe cuidar las condiciones y la salud de sus empleados, sino que deben ser los mismos trabajadores quienes adopten una serie de hábitos saludables. Esto es de suma importancia, ya que la ergonomía y salud de los miembros de una empresa acaba repercutiendo en el éxito de la misma.
Se debe empezar por crear algo conocido como 'cultura de la ergonomía', que se puede explicar con ejemplos prácticos. Más allá de que los responsables pongan a disposición de los trabajadores sillas ergonómicas en una oficina, los empleados deben cuidar la postura para no sufrir problemas de espalda o cadera. Este, por supuesto, es solo uno de muchos ejemplos.
Por ese motivo, recogemos una serie de pautas y consejos de buenas prácticas en el lugar de trabajo. Aplicarlas todas y mejorar las condiciones laborales requiere de un esfuerzo para implantar esa cultura de la ergonomía de la que antes hablábamos, pero los resultados pueden ser remarcables.
1. Pantalla
Este consejo es para aquellos que desempeñen su tarea delante de una pantalla, aunque hoy en día es difícil encontrar una empresa que no ofrezca sus servicios en una página web o no tenga un sistema digitalizado. En este sentido, los caracteres de la pantalla deben ser visibles y el contraste de la misma debe estar en consonancia con el entorno. Por otro lado, el monitor debe ser ajustable y estar bien asentado en la superficie de trabajo.
Por otro lado, aunque se ha mejorado mucho este aspecto en los últimos años, los monitores emiten una radiación que puede resultar perjudicial para la vista, sobre todo a corta distancia. Por eso, los expertos recomiendan que la distancia entre la pantalla y el empleado no debe ser inferior a 40 centímetros.
2. Superficie de trabajo
La superficie de trabajo es otro de los aspectos fundamentales para prevenir riesgos en el lugar de trabajo y mantener una correcta ergonomía entre el trabajador y su entorno. La recomendación básica es que la superficie sea estable para evitar caídas y accidentes y poco reflectante, para evitar posibles reflejos que dañen la vista. Finalmente, debe ser suficientemente amplia para garantizar una posición cómoda.
3. Asiento
Uno de los aspectos que menos se tienen en cuenta cuando estamos trabajando es la postura. ¿Cuántas veces nos hemos sorprendido frente a la pantalla del ordenador en una posición extraña o incómoda? Igual que la superficie, el asiento debe ser estable pero que proporcionar libertad de movimiento. También es recomendable que sea ajustable para que los ojos queden a la altura de la pantalla o de los elementos de trabajo.
4. Iluminación
Las condiciones ambientales de trabajo juegan un papel fundamental para la salud física y mental del trabajador. Debe haber iluminación suficiente como para crear un ambiente de trabajo cómodo y satisfacer las necesidades visuales del empleado. Siempre que sea posible, es preferible utilizar las fuentes de luz natural evitando que estas creen reflejos incómodos. Esto no solo mejora las condiciones visuales, sino que puede suponer un ahorro en el consumo de energía.
5. Carga de trabajo
La carga de trabajo se define como todos aquellos requerimientos, tanto físicos como psicológicos, que se le exigen a un trabajador durante su jornada laboral. Por lo tanto, esta debe estar en consonancia con sus capacidades, ya que de lo contrario puede suponer un deterioro en su salud y -perjudicial para el mismo empresario- acabar afectando a su producción.
Para soportar la carga de trabajo deben existir periodos de descanso. Otros consejos para aliviar la carga de trabajo son limitar el tiempo dedicado a una tarea, establecer prioridades, ejercitar la disciplina o, en caso de que el trabajador tenga a más empleados a su cargo, delegar las tareas que considere oportunas, siempre que la delegación de tareas no suponga una carga excesiva para su subordinado.
6. Factores psicológicos
Cuando nos referimos a salud en el lugar de trabajo, también nos referimos a la salud mental. Por ese motivo, es de vital importancia establecer una buena coordinación, cooperación y cohesión entre compañeros de trabajo, evitando así el estrés, la falta de comunicación o la falta de motivación laboral. En este sentido, el empleador debe tener en cuenta las características de cada trabajador, como la personalidad, las expectativas, las vulnerabilidades o la capacidad de adaptación.