La enfermedad de Crohn es un trastorno que disminuye de forma sustancial la calidad de vida de quienes la padecen puesto que, además de provocar síntomas digestivos, se asocia a malestar psicológico de especial relevancia.
¿Qué es la enfermedad de Crohn?
La enfermedad de Crohn pertenece al grupo de enfermedades intestinales inflamatorias. Consiste en una inflamación del sistema digestivo que puede ir desde la boca del estómago hasta el ano.
Comúnmente existe mayor prevalencia de afectación en la parte más baja del intestino delgado (íleon) o del intestino grueso (colon y recto). Aun así es conceptualizada como una enfermedad con síntomas bastante heterogéneos, ya que sus consecuencias pueden variar en función del área afectada.
A pesar de que se trata de una enfermedad crónica, hay personas que durante largos periodos de su vida no presentan síntomas; estos pueden aparecer o remitir de manera intermitente sin seguir un patrón aparente.
¿A quién afecta y qué la causa?
La enfermedad de Crohn normalmente empieza a manifestarse al inicio de la edad adulta, en edades comprendidas entre los 14 y los 35 años. Afecta a mujeres y a hombres por igual, y existen datos que muestran que es común en algunas familias con tendencia a la enfermedad inflamatoria intestinal.
El motivo aún se desconoce, algunos estudios apuntan a que podría deberse a una reacción anormal del sistema inmunitario, aunque tampoco se descarta la causa bacteriana. Sea como sea, sabemos que no se trata de una enfermedad contagiosa.
¿Cuáles son los síntomas principales?
Los síntomas presentes en la enfermedad de Crohn dependen de área del sistema digestivo que se encuentre afectada. De todos modos existe una serie de síntomas comunes que aparece en la gran mayoría de personas que la padecen.
Los síntomas más habituales son el dolor abdominal y la diarrea, además de la fiebre, la pérdida de peso y el sangrado rectal. Algunos síntomas menos comunes son el dolor en las articulaciones, las fisuras y las lesiones cutáneas. Asimismo es habitual que se den problemas con la absorción de nutrientes.
¿Cómo detectar la enfermedad de Crohn?
Si bien la presencia de los síntomas anteriores es el mayor indicativo para sospechar de una posible enfermedad de Crohn, el diagnóstico definitivo lo hará un médico mediante diferentes técnicas.
Estas pruebas incluyen exámenes físicos en los que se palpa el abdomen y se comprueba si está hinchado, se realizan pruebas de heces y sangre en el laboratorio o la tomografía computarizada (TC), con la que se pueden obtener imágenes del tubo digestivo. El uso de la colonoscopia también es habitual.
Tratamiento de la enfermedad de Crohn
Dentro de la amplia variedad de tratamiento existentes, cabe destacar que la enfermedad de Crohn no tiene cura. Sin embargo, el tratamiento con fármacos, la cirugía y la intervención psicológica ayudan a controlar los síntomas.
1. Fármacos, la primera opción
Tras el diagnóstico de enfermedad de Crohn, los médicos recurren al tratamiento farmacológico para el control de los síntomas. Lo más habitual es el uso de corticosteroides como la prednisona o la metilprednisolona, que ayudarán a reducir la actividad del sistema inmunitario y bajar la inflamación.
También es común que se prescriban aminosalicilatos, que ayudan a reducir la inflamación del tubo digestivo y son ideales para los primeros signos y para quienes sólo presentan síntomas leves. Ejemplos de este tipo de fármaco son la olsalazina o la mesalamina.
Por último existen medicaciones inmunomoduladoras, que también ayudan a disminuir la inflamación. El efecto de este tipo de fármacos no es instantáneo sino que el cuerpo necesita adaptarse y el paciente podría tardar hasta 3 meses en notar una mejora.
2. Cirugía, cuando la enfermedad se complica
La cirugía es un método que suele utilizarse en situaciones de emergencia cuando ocurre alguna obstrucción intestinal, grandes hemorragias o perforación. También es eficaz para la eliminación de fístulas.
Algunas de las intervenciones van desde la extirpación de la parte enferma del intestino delgado (resección del intestino delgado) o de una sección del intestino grueso (colectomía subtotal) hasta la extirpación total del colon y del recto (proctocolectomía).
Esta última hace necesaria la realización de una ileostomía, creando así una apertura que conecta el intestino con el exterior del cuerpo. Por lo general se aplica en la parte baja de la cintura, donde se conecta una bolsa de ostomía que recogerá las heces que se vayan produciendo.
3. Tratamiento psicológico para mejorar la calidad de vida
Dada la gran cantidad de síntomas que caracterizan a la enfermedad de Crohn, los efectos secundarios de la medicación y su interferencia en la vida diaria de los pacientes, se generan consecuencias emocionales y conductuales que es importante tratar.
La emociones negativas tales como la vergüenza, la ansiedad, la preocupación, la rabia o el miedo son muy comunes entre las personas que padecen la enfermedad de Crohn. Esto deriva en comportamientos como el aislamiento, la apatía o la evitación, que inciden de forma muy negativa en el bienestar de los pacientes.
Es por todo esto que el tratamiento psicológico cobra especial relevancia; así, existen programas que trabajan la adaptación a los síntomas, la disminución del miedo y las emociones negativas, la aceptación de la enfermedad y la libre comunicación con familiares y amigos acerca de la enfermedad.
Sentirse comprendido, evitar el derrotismo y la indefensión aprendida, y asumir la enfermedad de una manera optimista hará que el difícil proceso de adaptación se convierta en un camino más sencillo y positivo, siempre con la compañía de los seres queridos.