El Alzheimer es un trastorno cerebral que destruye de forma progresiva la memoria y la capacidad de pensar. Esta alteración neurodegenerativa suele aparecer en torno a los 60 años. Ahora bien, eso no quiere decir que no pueda afectar a gente más joven.
Con el paso del tiempo, la enfermedad va afectando otras habilidades del comportamiento, dificultando la vida cuotidiana. Sus causas siguen sin estar claras, aunque se cree que son muchas. Se trata, en definitiva, de una enfermedad compleja, aunque puede prevenirse haciendo caso a algunos consejos...
¿Cuáles son los primeros síntomas del Alzheimer?
Existen síntomas iniciales que pueden alertarnos de que algo no está yendo bien. Síntomas que, según algunos expertos, son indicadores claros de que es muy probable que acabemos sufriendo Alzheimer en algún momento de nuestras vidas. Te desvelamos cuáles son estos y cómo reconocerlos, ya que resultan fáciles de identificar a simple vista:
- Desorientación: Suele ser el primer indicio de la enfermedad, y se da cuando la persona empieza a perder la noción de su ubicación.
-Tristeza y/o apatía: Es un síntoma muy común, ya que la persona empieza a notar que sus habilidades están cambiando. La desorientación y la falta de motivación hacen que la persona se sienta triste y/o perdida.
-Delirios y alucinaciones: A menudo, las personas que padecen los primeros síntomas de la enfermedad empiezan a mostrar desconfianza hacia el entorno y la gente que les rodea.
¿Qué factores de riesgo se asocian al Alzheimer?
Años atrás, diversos estudios se cuestionaban posibles factores de riesgo, y entre ellos se incluían la depresión o el tabaquismo.
Sin embargo, los últimos avances científicos señalan hacia otros factores que repercuten directamente en la enfermedad. Estamos hablando de la obesidad, la falta de ejercicio y el nivel educativo.
La pregunta que nos queda por hacernos es, ¿hasta qué punto pueden influir negativamente? Descubrámoslo:
1. La obesidad
Una nueva investigación de la Universidad de Sheffied (Reino Unido) ha descubierto que la obesidad puede estar relacionada con padecer Alzheimer. Esto se debe a que un exceso de peso puede suponer una sobrecarga para el cerebro y, por tanto, puede agravar la enfermedad.
El hecho de mantener un peso saludable ayudaría a preservar algunas estructuras cerebrales. Mantener una alimentación saludable es algo fundamental, y como vemos no tan solo por una cuestión estética sino también por salud.
2. Falta de ejercicio
Son muchos los estudios que demuestran que las personas físicamente activas son menos propensas a desarrollar un deterioro en la función mental. De esta forma, practicar ejercicio de forma regular ayuda a conservar capacidades como el pensamiento y el razonamiento.
Además, ayuda a prevenir el deterioro cognitivo. Y es que el hacer ejercicio puede aumentar el tamaño del hipocampo (la parte asociada a la formación de la memoria). Afortunadamente, se trata de uno de los factores de riesgo más fáciles de cambiar. Te animamos a que incorpores el ejercicio como parte de tu estilo de vida.
3. Nivel educativo
Algunos investigadores hablan de "reserva cognitiva". Este concepto hace referencia a la capacidad que tiene el cerebro para tolerar los efectos asociados a la demencia.
En este sentido, las personas con un mayor nivel educativo podrían hacer frente en mejores condiciones los cambios cerebrales. Para trabajar la neuroplasticidad te aconsejamos que realices actividades que fomenten la estimulación cognitiva. No hace falta complicarse mucho, ya que basta simplemente con leer, hacer puzzles o sudokus.
Finalmente, cabe recordar que alrededor del 40% de los casos de demencia (a nivel mundial) están estrechamente relacionados con los tres factores que te hemos comentado. En cualquier caso, la decisión modificar estos hábitos está en tu mano.