¿Es posible vivir más de 120 años con salud y vitalidad? Esta es una pregunta que interesa a la ciencia y a la sociedad desde hace siglos. Y quienes nacieron en la década de 1950 se preguntan hasta qué edad podrían llegar. Ahora lo hemos descubierto gracias a un estudio.
La longevidad humana es el resultado de la interacción entre factores biológicos, ambientales y sociales que determinan la duración y la calidad de la vida. Aunque existe un límite natural para la vida humana, que se estima en unos 150 años, este límite no es inmutable ni insuperable.
De hecho, hay evidencias de que la longevidad humana está aumentando gracias a los avances médicos, tecnológicos y sociales que permiten prevenir y tratar las enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
El envejecimiento es un proceso natural que implica cambios a nivel celular, molecular y orgánico. Estos cambios afectan a la capacidad de reparación y regeneración de los tejidos, así como a la función de los sistemas inmunitario, endocrino y nervioso.
También se relaciona con el acortamiento de los telómeros, que son uno de los marcadores biológicos del envejecimiento y su longitud se asocia con la longevidad. Pero, ahora, los expertos desvelan cuántos años pueden vivir quienes han nacido en la década de los años 50 del siglo pasado. El estudio ha sido publicado en PLOS One.
¿Hasta cuándo podrías vivir si naciste en 1950?
Según los expertos, existe un 95% de posibilidades de que una mujer que nació en el año 1950 en Suecia alcance una edad comprendida entre los 117,1 y los 125,5 años. Esto significa que podría fallecer en algún momento entre los años 2067-2075.
Los investigadores señalan que esta predicción es posible. Un estudio anterior estimaba que las posibilidades de que alguien viviera más de 122 años, el récord actual de longevidad humana, eran solo del 20% antes de llegar al año 2050.
Pero los progresos en salud que se han producido en la segunda mitad del siglo XX probablemente permitirán descubrir un "potencial oculto" en el ser humano. Y esto se manifestará en un aumento significativo de las personas que alcanzarán los 100 años o más, e incluso los 110 años en la segunda mitad del siglo XXI.
¿Qué podemos hacer para vivir más años?
¿Cómo podemos aumentar nuestra esperanza de vida? ¿Y tener más salud durante más tiempo? La ciencia ha identificado algunos hábitos que pueden ayudarnos a lograr este objetivo.
1. Seguir una dieta saludable
La alimentación es un factor clave para la longevidad. Numerosos estudios han demostrado que seguir una dieta mediterránea, que incluye abundantes frutas, verduras, cereales integrales, frutos secos, grasas saludables.
Estos alimentos aportan múltiples beneficios para la salud y reduce el riesgo de enfermedades crónicas y muerte prematura. Otros alimentos y nutrientes que se han asociado con una mayor longevidad son la fibra, el pescado, las proteínas vegetales y las grasas insaturadas.
Por el contrario, los alimentos procesados, fritos y azucarados se han vinculado con mayores riesgos de padecer problemas de salud y morir antes. No es necesario tener una dieta perfecta, sino que hacer cambios inteligentes puede tener un gran impacto.
2. Hacer ejercicio regularmente
El ejercicio físico es beneficioso tanto para la salud física como para la mental, mejorando aspectos como la capacidad cardiovascular, el estado de ánimo y la energía. También puede alargar nuestra vida.
Los expertos aconsejan realizar al menos 150 minutos de ejercicio aeróbico moderado, o 75 minutos de ejercicio aeróbico intenso por semana. Además de dos sesiones de fortalecimiento muscular, lo que ayudaría a obtener beneficios para la salud y la longevidad. Pero no hace falta exagerar. Incluso hacer actividades ligeras como caminar o limpiar puede aumentar la esperanza de vida de las personas mayores.
3. Mantener un peso corporal saludable
Los hábitos de alimentación y ejercicio nos ayudan a mantener un peso corporal saludable, que un estudio publicado en Circulation definió como un índice de masa corporal entre 18,5 y 24,9.
De hecho, sabemos que la obesidad está relacionada con enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares y el cáncer, que pueden acortar nuestra vida.
Como vemos, estos son solo algunos de los hábitos que pueden ayudarnos a vivir más y mejor. No se trata de seguirlos a rajatabla, sino de incorporarlos a nuestro estilo de vida de forma gradual y flexible. Al hacerlo, no solo aumentaremos nuestra esperanza de vida, sino también nuestra calidad de vida.