La mayoría de las personas hemos experimentado en mayor o menor medida algún dolor abdominal a lo largo de nuestra vida. Ya sea después de comer o de ingerir un determinado alimento, el dolor estomacal puede haber aparecido y sin embargo no le hemos dado mayor importancia. Ahora bien, si esto se vuelve muy habitual no debemos pasarlo por alto.
Qué hay detrás del típico "dolor de barriga"
El dolor de barriga es uno de los síntomas más habituales entre la población. Comer en exceso, ingerir alimentos en mal estado e incluso padecer afecciones como el estreñimiento pueden dar lugar a su aparición.
También es muy habitual padecer hinchazón cuando existen gases o cólicos. Sin embargo, hay que tener presente que la intensidad del dolor no siempre refleja la gravedad de la afección que lo causa.
De forma general podemos describir cuatro tipos de dolor abdominal. El primero y más habitual es el dolor generalizado, y suele afectar a gran parte del abdomen. El segundo es el dolor localizado, y está presente más bien en una sola zona del abdomen.
También existe el dolor tipo calambre. Este tipo de dolor es debido mayoritariamente a los gases y la distensión abdominal. En la mayoría de ocasiones acaba desapareciendo y no suele presentar más complicaciones.
Y por último mencionamos el dolor tipo cólico, que se caracteriza por iniciar y acabar de forma repentina. Este tipo de dolor, aunque viene y va, suele ser más intenso. Seguramente hayas experimentado uno o más de estos dolores en algún momento de tu vida.
Se trata de algo bastante habitual, pero no por ello debemos bajar la guardia. Por eso, debemos controlar su intensidad y duración, ya que si solemos padecerlo al cabo de las 2 o 5 horas después de comer es posible que algo no esté yendo bien.
Signos que no debemos obviar
Como hemos comentado anteriormente, los dolores estomacales pueden darnos alguna pista. Si después de cada ingesta notas molestias en la barriga, debes consultarlo con el médico. Este dolor abdominal reiterativo podría deberse a una úlcera de estómago (también llamada úlcera péptica o gástrica).
De esta forma, si además de padecer dolor abdominal también notas sensación de hinchazón, de saciedad o náuseas es conveniente que acudas al médico para descartar esta patología.
Rafael Restrepo, especialista en cirugía general y digestiva en Vithas Madrid Arturo Sodia, señala que las úlceras de estómago son una lesión en la pared mucosa del estómago y/o del duodeno. Su origen puede deberse a múltiples factores, pero mayoritariamente se debe a una infección llamada H. Pylori, así como también por el uso de antiinflamatorios no esteroides (AINES).
De forma menos habitual, algunas enfermedades ya preexistentes como crohn o sercoidosis también podrían influir en su aparición. Restrepo apunta a que el dolor característico de las úlceras estomacales se suele situar debajo de las costillas y en ambos lados, tanto izquierdo como derecho.
La causa de este dolor tras realizar alguna ingesta se debe a la llegada del ácido al duodeno. Las úlceras que se encuentran en el último tramo del estómago son las que causan dicho dolor. Además, alimentos muy copiosos o ricos en grasas podrían empeorar los síntomas.
La importancia de acudir al médico cuanto antes
El experto de Vithas señala que las personas fumadoras son más propensas a desarrollar úlceras recurrentes. Además de todo esto, si cualquier persona presenta los síntomas mencionados y va acompañado de sangrado, es de vital importancia acudir al médico cuanto antes.
En este sentido, una prueba diagnóstica es fundamental para determinar la existencia o no de dicha patología. Para ello, el método que se emplea es la gastroscopia, a través de la cual se puede visualizar el aspecto que presenta la úlcera.
A través de esta misma prueba también se pueden tomar biopsias, en caso de ser necesario. De esta forma, y una vez realizado el diagnóstico, se podría llevar a cabo un tratamiento para erradicar el H. Pylori. No obstante, también existen casos en los cuales pueden surgir complicaciones, por ejemplo si existe una perforación.
Así pues, el especialista podrá valorar la opción de realizar una posible intervención quirúrgica, y si fuese necesario recurrir a realizar una laparoscopia (una técnica mínimamente invasiva).