En este artículo vamos a revisar qué es el disulfiram (Antabus) y para qué sirve, qué efectos produce, cuáles son las dosis recomendadas y sus principales contraindicaciones, riesgos e interacciones farmacológicas.
El disulfiram es un fármaco para el alcoholismo que se comercializa como Antabus y Etabus. Su mecanismo de acción consiste en la inhibición de la actividad del aldehído deshidrogenasa, una enzima que se encuentra en el hígado.
El disulfiram se utiliza como un tratamiento de condicionamiento aversivo para la dependencia del alcohol y viene en tabletas de entre 250 mg y 500 mg.
Este medicamento ha estado en uso clínico desde la década de 1940 pero sólo a partir de los años 80 se empezó a estudiar su eficacia mediante una metodología científica apropiada.
El disulfiram por sí solo no es tóxico pero cuando se toma con alcohol causa muchos efectos adversos y desagradables, siendo el miedo de padecerlos un punto importante del tratamiento, ya que el objetivo es condicionar al paciente a evitar el alcohol.
Lo que hace el disulfiram es alterar ciertos pasos en la descomposición del alcohol. Cuando se ingiere el alcohol, se convierte primero en una sustancia química llamada acetaldehído. El acetaldehído se descompone en acetato; para ello, la sustancia aldehído deshidrogenasa debe estar activa.
El disulfiram inhibe esta sustancia y, en consecuencia, el acetaldehído no puede descomponerse de forma correcta. Este proceso último es lo que causa los efectos incómodos que alientan a la persona a evitar el alcohol.
El efecto adverso más común del disulfiram es la somnolencia, acompañada de fatiga. Además se experimenta un regusto metálico o similar al ajo, pero la mayoría de los usuarios desarrollan tolerancia a este efecto.
El Antabus también está asociado a la impotencia, sobre todo cuando se toma en dosis de 500 mg por día. Entre otros efectos secundarios, el disulfiram, Antabus o Etabus puede causar visión borrosa, decoloración e inflamación de la piel, aumento del ritmo cardíaco y cambios en el estado mental.
Durante los primeros meses de tratamiento con disulfiram es importante controlar la función hepática para detectar signos de ictericia, náuseas, vómitos, dolor abdominal, heces líquidas y orina de color más oscuro, ya que estos signos pueden indicar que existe un daño hepático causado por el medicamento.
Cuando se consume alcohol junto con disulfiram, normalmente se suele experimentar sintomatología que incluye enrojecimiento, dolor de cabeza, náuseas, vómitos y dolor abdominal. Evitar que estos síntomas aparezcan es una motivación importante para dejar de beber en personas alcohólicas que se someten a un tratamiento con Antabus.
El tratamiento con disulfiram debe iniciarse sólo después de que el paciente haya estado en abstinencia de alcohol durante al menos 12 horas. La dosis inicial puede ser de hasta 500 mg una vez al día.
Si el fármaco causa sedación, la dosis puede administrarse por la noche pero es mejor tomarla por la mañana, en el momento en que la motivación para no beber es más sólida. El periodo de dosificación inicial puede durar de 1 a 2 semanas.
En el mantenimiento, la dosificación puede llegar a variar de 125 a 500 mg diarios, siendo la dosis promedio de 250 mg al día. El Antabus debe seguir tomándose hasta la recuperación completa de la persona; este proceso puede durar meses o incluso años, dependiendo de la respuesta y la motivación del individuo para dejar de consumir alcohol.
Finalmente, la duración de la actividad del disulfiram es de 14 días después de haber interrumpido el tratamiento y los usuarios deben evitar el alcohol durante este periodo de tiempo para no experimentar sus efectos no deseados.
El disulfiram es un medicamento utilizado para el tratamiento del alcoholismo, y por lo tanto se debe evaluar cuidadosamente la capacidad para comprender el objetivo de la terapia de las personas que desean tratarse. Se les debe explicar detalladamente cómo con este medicamento se modificará su comportamiento desadaptativo (alcoholismo) mediante el refuerzo negativo (disulfiram).
Asimismo, las personas con antecedentes de psicosis, enfermedades miocárdicas graves y oclusión coronarias no deben tomar este medicamento. Las personas con diabetes que se tratan con este fármaco corren un mayor riesgo de presentar complicaciones y aquellos que sufren de enfermedades hepáticas graves o avanzadas tienen totalmente contraindicado su uso.
Es importante recordar que, además de evitar el alcohol, las personas que tomen disulfiram deben evitar también cualquier tipo de producto que contenga alcohol como jarabes, tónicos y enjuagues bucales. Ni siquiera se pueden utilizar preparaciones tópicas que contengan alcohol como perfumes, colonias y lociones.
El disulfiram puede aumentar la toxicidad de otros medicamentos como las benzodiacepinas, el astemizol, la ciclosporina, la eritromicina y los medicamentos para reducir el colesterol llamados estatinas.
Asimismo, el disulfiram combinado con medicamentos inhibidores de la MAO (como fenelzina y tranilcipromina), metronidazol, omeprazol y antidepresivos tricíclicos pueden causar efectos adversos en el sistema nervioso central.
El disulfiram también puede aumentar las concentraciones de los medicamentos teofilina y fenitoína en el cuerpo y nunca se debe usar con tranilcipromina y amprenavir en solución oral.
Finalmente, este fármaco puede aumentar el riesgo de sufrir hemorragias en personas que también estén en tratamientos con medicamentos anticoagulantes como la warfarina.
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